jueves, 8 de enero de 2009

¿Qué hacer?

¿Qué hacer?

Hay un elemento muy interesante en los estudios:

Cuando una adolescente tiene buena relación con su madre y ésta se opone drásticamente a que su hija se embarace, las posibilidades de que esto ocurra se reducen en forma notable.

Por lo tanto, el primer paso es mantener un buen contacto con los niños, para que éstos puedan plantear sus dudas y problemas.

No se trata de dar "sermones" sobre el tema.

El segundo paso, obviamente, es enseñar a los niños acerca del sexo y la sexualidad desde las edades más tempranas posibles.

Sin embargo, "educación sexual" no es proveer al adolescente de ciertas nociones de biología, como se hace habitualmente.

La enseñanza deber ser clara, directa y práctica.

Se deben evitar los mensajes contradictorios. Por ejemplo, es ambiguo y desconcertante para un niño que su padre le diga: "No debes tener relaciones sexuales. Pero si llegas a hacerlo, no te olvides de usar ...".

El mensaje correcto sería el siguiente: "Te sugiero que no tengas relaciones. Y ahora veremos, juntos, cómo lograrlo".

También es posible enseñar, a niños y niñas, a decir "NO", aunque sus compañeros los induzcan a juntarse con amigos e iniciar dichas actividades.

Estas fórmulas ayudan efectivamente a evitar embarazos no deseados.

Alfredo Ruiz
Psicólogo y psicoterapeuta

"Yo" quiero

"Yo" quiero

Existe una razón adicional por la cual muchas adolescentes quedan embarazadas. Y esa razón es simple, según la investigadora Irma Hilton:

"Ellas quieren ese embarazo".

Esto es especialmente notorio en las muchachas que se sienten aisladas: la posibilidad de dar a luz a una criatura significa para ellas la perspectiva de tener a alguien que las quiera y alguien a quien querer.

Por otra parte, suelen ver el embarazo como una forma de afirmar su independencia de los padres o de ser "como su madre".

Muchas motivaciones, dice Irma Hilton, nacen de sentimientos de desesperanza, de tener la sensación de que hay muy pocas y limitadas oportunidades en la vida. Así, tener un niño es lograr "algo".

Varios expertos sostienen que esos sentimientos son comunes entre los adolescentes de estratos socio-económicos bajos, que ven las posibilidades de estudio y trabajo muy escasas. Además, estas familias suelen mostrarse más "tolerantes" frente a un embarazo y muchas aceptan el hecho.

Por otra parte, varios estudios muestran que las jóvenes de bajo rendimiento académico están tres veces más propensas a ser madres que aquellas con buenas calificaciones.

¿Cómo ayudar a los adolescentes?

Es un hecho que el embarazo entre adolescentes está aumentando en forma notable.

En Estados Unidos, "una" de cada diez jovencitas menores de 18 años queda esperando guagua. En la mitad de los casos, esa criatura nace.

No podemos extrapolaar estas cifras a nuestra realidad. Sin embargo, cada vez llegan más personas a las consultas de psicólogos planteando el problema: ¿Cómo controlar a mis hijos?

Ante todo, y por diversas razones, es preciso considerar que los jóvenes de hoy son sexualmente más activos que los de décadas anteriores.

Por otra parte, no muestran responsabilidad alguna frente a los peligros de un embarazo.

¿Por qué?

Según la psicóloga norteamericana Karen Pitman, muchos adolescentes aducen que la actividad sexual debe ser "espontánea y no planificada".

Otro experto, el psicólogo Byrne, sostiene que los muchachos y jovencitas que tienen más sentimientos de culpa y ansiedad con respecto al tema, manifiestan, curiosamente, menos interés por evitar embarazos.

La psicoterapia

La Terapia Cognitiva de la depresión en la actualidad se hace sin medicamentos antidepresivos. Recientes investigaciones muestran que la Terapia Cognitiva sola es tan efectiva como la medicamentación con antidepresivos en el tratamiento de pacientes severamente deprimidos, como lo señala un artículo aparecido en el American Journal of Psychiatry de 1999.

Desde el enfoque de Beck el tratamiento consiste en entrenar al paciente en una variedad de técnicas de control para reducir y extinguir síntomas específicos (como está descrito en el libro Que nos pasa cuando estamos deprimidos).

La Terapia Cognitiva Procesal Sistémica de Guidano, es más bien un método que una técnica, en la cual el objetivo central es conseguir el cambio en la forma como la persona procesa su significado personal, en este sentido el proceso de cambio es flexibilizarla, hacerla más abstracta y generativa en las explicaciones que se da de sus experiencias emocionales. Para lograr esto es fundamental que el paciente aprenda una metodología de autoobservación.

Hablaremos ampliamente de estos enfoques terapéuticos en el próximo artículo.

Alfredo Ruiz
Psicólogo y psicoterapeuta

El enfoque procesal sistémico de la depresión

Para Guidano, la depresión se produce en aquellos individuos cuyas características centrales de su organización de personalidad son una marcada tendencia a responder a los eventos de la vida cotidiana, aún los mínimamente discrepantes, en la forma de desamparo/tristeza y rabia como resultado de una activa construcción de estos eventos en términos de pérdida, rechazos, fracasos y decepciones, que lo lleva a una explicación del mundo en términos de una imagen de sí mismo globalmente negativa, como la de alguien no querible.

En estas personas la posición central que adquieren las experiencias de pérdida se pueden rastrear en la etapa del desarrollo evolutivo especialmente en la primera infancia, de modo que ya a esa edad se estabiliza en el niño un conjunto de escenas nucleares cargadas de afecto conectadas con eventos de pérdida afectiva real o imaginaria con las figuras parentales. Estas experiencias son recurrentes y se mantienen durante toda la vida y se constituyen en su organización de significado personal

El modelo de depresión del desamparo aprendido de Seligman

Este modelo nos señala que la depresión sería el resultado de la expectativa individual ante la ocurrencia de eventos negativos, sobre los cuales la persona carece de control.

Para entender el modelo de depresión de Seligman es necesario examinar dos conceptos claves: el desamparo aprendido y el estilo explicativo. Ambos se encuentran indisolublemente asociados entre sí. El desamparo aprendido, de acuerdo a Seligman, es la reacción a darse por vencido, a no asumir ninguna responsabilidad, a no responder, como consecuencia de tener la creencia de que cualquier cosa que hagamos, ya sea en ese momento o posteriormente, carecerá de toda importancia. El estilo explicativo es la forma que por lo general elegimos para explicarnos a nosotros mismos por qué suceden las cosas que nos pasan.

Para Seligman, el estilo explicativo es el gran modulador del desamparo aprendido. Así, un estilo explicativo optimista bloquea la experiencia de desamparo; por el contrario, un estilo explicativo pesimista permite que la misma experiencia de desamparo que la persona experimenta, continúe, se agrande y se propague a otras situaciones de vida. En otras palabras, la intensidad y el tiempo de la experiencia de desamparo, como también los espacios en que se disemine, dependerán de la forma como uno elige el explicarse las cosas que le suceden.

El modelo cognitivo de la depresión de Beck

En su investigación, Beck comprobó que los pacientes depresivos reportaban contenidos de pensamiento negativo, que no se observaban en aquellos pacientes no deprimidos. Estos pensamientos estaban referidos a las siguientes temáticas:


Una visión negativa de sí mismo
El individuo deprimido manifiesta una marcada tendencia a considerarse como deficiente, inadecuado o inútil. Atribuye sus experiencias desagradables a un defecto propio, sea físico, mental o moral. Se considera indeseable a causa de sus supuestos defectos; tiende a rechazarse a sí mismo y supone que los demás también lo rechazarán.

Consideración negativa del mundo
Las interacciones con el ambiente son interpretadas como privaciones, derrotas. El depresivo estima que el mundo le hace enormes exigencias y le presenta obstáculos que interfieren con el logro de sus objetivos de vida.



Consideración negativa del futuro
Siempre, desde una perspectiva oscura, se da vueltas y vueltas sobre una serie de expectativas que parecen amenazantes. Supone que sus problemas y experiencias comunes continuarán indefinidamente y que a los cuales ya conocidos se agregarán otros males mayores.

Caracteristicas o signos de la depresión (Diagnóstico Descriptivo)

Caracteristicas o signos de la depresión (Diagnóstico Descriptivo)

Volveremos a repetir los signos de la depresión .

Los síntomas o signos de la depresión se focalizan en cuatro áreas básicas: conductual, afectiva, cognitiva y neurovegetativa.

La persona depresiva pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en las que antes le ocasionaban placer.
Prefiere estar triste, desesperanzada, desanimada. A menudo recurre a expresiones como: "me siento dentro de un hoyo", "creo que toqué fondo".
Hay trastornos del apetito, generalmente por disminución del mismo, junto con una pérdida significativa del peso. Otras personas muestran un aumento del apetito o de la ingestión de alimentos -aunque no haya apetito- y también del peso.
En el caso de los niños, tienden a dejar de comer, estancándose en su proceso de crecimiento.
Son comunes los trastornos del sueño: dificultades para quedarse dormido, sueño interrumpido, demasiado sueño (hipersomnia).
El aspecto psicomotor sufre alteraciones: la persona puede sufrir episodios de agitación, incapacidad para permanecer tranquila, estallidos de queja o de gritos.
En el otro extremo, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar muy pausado y en movimientos corporales lentos. Y en los niños se observa una importante disminución de la actividad.
Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante, hasta la tarea más pequeña puede parecer una tarea difícil o imposible de lograr.
A esto se agrega un sentimiento de minusvalía. El individuo cree que todo lo ha hecho mal; y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha, incluso, detalles mínimos, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce la idea de que él no vale nada.
Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
Es frecuente que la persona tenga dificultades para concentrarse, y que le cueste tomar decisiones o recordar las cosas pasadas.
Se presentan pensamientos constantes acerca de la muerte, que incluso llevan a elaborar ideas suicidas. Aunque puede sentir miedo de morir; no obstante estar convencido de que él y los demás estarían mejor si falleciera.
También se presentan síntomas como: llanto frecuente, sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, preocupación excesiva por la propia salud física, ataques de pánico y fobias.

Una manera adecuada y moderna de considerar la depresión

Una manera adecuada y moderna de considerar la depresión

Ahora bien, para el Dr. Beck, como lo manifiesta en sus últimos informes científicos "el dividir la psicopatología en campos opuestos, es decir biológicos vs. psicológicos; o psicofarmacología vs. psicoterapia, puede ser conveniente en algunos casos y servir para ciertos propósitos prácticos, en rangos estrechos. No obstante, debe ser reconocido que este enfoque es limitado y, finalmente, contraproducente. Los trastornos mentales, como la depresión, no pueden ser considerados ni psicogénicos o bioquímicos, ni reactivos o endógenos".

No existe la depresión endógena

Por lo tanto, como lo indica Beck, la manera más sofisticada de considerar la depresión es reconociendo que los fenómenos psicológicos (como la depresión) y bioquímicos son sólo diferentes caras de la misma moneda; dependiendo de las unidades de observación y de las técnicas que se estén usando.

Sin embargo, es crucial tener en consideración que siempre que hay un proceso psicológico, al mismo tiempo hay un proceso bioquímico que lo acompaña. Entonces, de acuerdo con Beck, si hay un proceso psicológico anormal -como la depresión-, podemos decir que el proceso bioquímico también es anormal. En consecuencia, seria un simplismo presumir que la bioquímica causa el trastorno psicológico y viceversa.

Lo señalado anteriormente queda bien ejemplificado con las investigaciones de Seligman, quien demostró que, después de un shock inevitable, los animales permanecían inmóviles y no hacían nada para evitar nuevos estímulos nocivos, de los cuales ellos podían escapar.

Este fenómeno se denomina "desamparo aprendido", que desde un punto de vista psicológico, puede ser llamado depresión; y desde un punto de vista biológico se le denominaría "deplesión" (baja de niveles de las catecolaminas). De este comentario se desprende, por lo tanto, que la conducta del animal no puede ser explicada por una causa única, ya sea la biológica o la psicológica.

De lo recién señalado podemos concluir que no es útil ni práctico seguir hablando de la depresión endógena. Y por este motivo la clasificación psiquiátrica norteamericana no la incluyó más en su nosología. En ella se distingue el episodio depresivo mayor, la melancolía y la depresión bipolar.

El nuevo sistema de clasificación de los trastornos mentales es meramente descriptivo: define la depresión por los síntomas que presenta la persona, es decir por lo que hace, lo que piensa o lo que siente. Esto tiene la gran ventaja de que, a nivel de especialistas, es muy fácil ponerse de acuerdo, pues solamente tienen que cumplirse los criterios. Y, por último, también permite definirla en mucho mejor forma.

¿Qué es la depresión?

¿Qué es la depresión?

Básicamente, un trastorno en la afectividad o el estado de ánimo.

Actualmente, la depresión se define por sus características y no por sus supuestas causas u orígenes, como se concebía hace algunos años.

En efecto, se hablaba de "depresión endógena", aduciendo que el trastorno depresivo tendría un origen biológico, esto es, por falla en los neurotransmisores. Como opuesto a éste, se diagnosticaban depresiones "psicogénicas o reactivas", en las cuales las causas del problema serían factores externos desencadenantes. También se hacía el diagnóstico "depresivo involucional", indicando que el origen del problema era la edad de la persona y dependiendo de la gravedad de la depresión, se diagnosticaba como "depresión neurótica", si era más leve; o bien "psicótica" en su forma más severa. A pesar de todo este enfoque del problema sigue siendo compartido por muchos especialistas.

Sin embargo todo este sistema clasificatorio provocaba una gran confusión, y los especialistas (médicos, psicólogos, psiquiatras) tenían grandes diferencias para decidir en que categoría ubicar a sus pacientes.

Pero no solamente existía ese problema, sino que también se presentaba otro, relacionado con el tratamiento. Ya que si la depresión era endógena, el tratamiento se haría en base a medicamentos; y si la depresión era reactiva, el tratamiento indicado se haría mediante una psicoterapia.

Nuevos enfoques en el tratamiento de la depresión

En este artículo queremos ponerlo al día, de la forma más sucinta, en la investigación y teorías científicas acerca de la depresión y de por qué se produce.

140 millones de personas en el mundo, de acuerdo a los informes de la O.M.S., sufren depresión.

En medicamentos, hospitalizaciones y ausencias laborales debida a este trastorno, E.E.U.U. gasta anualmente once mil millones de dólares.

Imposible no reconocer la magnitud del problema. Y es por eso que en los últimos años, varios centros académicos del mundo se han dedicado a investigar la depresión.

Es así como nacieron varios enfoques clínicos, de los cuales tres son los que en este momento han mostrado ser los más efectivos. Uno es el Modelo Cognitivo de Beck, el otro, el Modelo de Desamparo Aprendido, de Seligman y últimamente el Enfoque Cognitivo Procesal Sistémico de Guidano.

Tratamiento temible soledad

Los problemas de soledad se tratan en el mismo contexto en que se analiza la depresión.

La experiencia de los psicólogos con personas solitarias, sugiere que la mayoría de éstas no parecen ser significativamente más exigentes que otras personas, y que sin embargo tienen amistades que serían insatisfactorias para la mayoría de la gente.

Por lo tanto, el entrenamiento por lo general incluye cambios conductuales específicos en la forma de iniciar y profundizar sus relaciones sociales del paciente, tanto en el momento actual, como antes de que surgiera el problema.

Se investiga: a) la cantidad de tiempo que el pacientes pasa con sus amistades; b) la capacidad de la persona para "abrirse" frente a otros, hablando de sus sentimientos y pensamientos íntimos; C) las conductas "cariñosas" que los amigos otorgan al paciente, (para determinar hasta qué punto cada amigo puede ser confiable y cuánto puede depender de ellos, especialmente en los momentos de crisis) y d) la intimidad física, que incluye la regularidad de estos contactos y la satisfacción que el paciente obtiene del aspecto físico de cada relación.

Es muy probable que exista una sobreposición de estos cuatro elementos, pero sirven para evaluar la naturaleza de la soledad del paciente. Porque puede ser solitario por las dificultades que tiene para iniciar una relación, o para profundizarlas.

Por otra parte, los pacientes crónicamente solos a menudo revelan muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que a nadie le importan.

Esta actitud puede ser cambiada. Y el nuevo enfoque terapéutico para tratar la soledad como un problema clínico, permite desarrollar estrategias cognitivas y conductuales de las cuales hablaremos en un próximo capítulo.

Alfredo Ruiz
Psicólogo y psicoterapeuta

Cómo se diagnostica La temible soledad

Resulta fundamental para el terapeuta diagnosticar correctamente la soledad y determinar si en realidad existe. Porque muchas personas se definen como "solas" sin serlo en realidad.

¿Qué es entonces la soledad?

Psicológicamente se define como la ausencia, real o percibida, de relaciones sociales satisfactorias, que se presenta con síntomas de trastornos psicológicos y desadaptación, como ansiedad, depresión, insomnio, abuso de drogas y alcoholismo.

Sufren de soledad los individuos que tiene carencia de:

una persona cariñosa de quien depender,
alguien que lo atienda,
oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona,
un grupo de amigos del cual sentirse parte,
alguien que necesite de su amor,
alguien que lo desee físicamente,
personas con quienes compartir valores e intereses,
amigos para compartir actividades recreativas,
relaciones en el trabajo,
un sentido de confianza en los amigos íntimos,
intimidad física en forma regular,
Es importante destacar que existe la soledad crónica en aquellas personas que no han sido capaces de establecer relaciones satisfactorias por un período de varios años y por lo menos a través de dos etapas de su vida, como podrían ser la adolescencia y la adultez joven; o la adultez joven y la edad madura.

También existe la soledad temporal, que incluye un estado de ánimo breve y ocasional de soledad, por ejemplo después del trabajo, o durante los fines de semana.

La temible soledad

Sólo en lo últimos años la soledad ha sido considerada como un problema clínico, que requiere de una terapia específica.

El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia, tanto en la población en general como en personas que presentan algún grado de desajuste.

La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares.

Este problema había sido sistemáticamente negado como un trastorno que requiere de una atención seria, tal vez porque quienes lo sufren no siempre admiten que puede ser la raíz de otros males. O no quieren reconocerse como "solos", debido a que experimentan vergüenza de sus sentimientos o de su inadecuación para superar el aislamiento.