domingo, 22 de agosto de 2010

LA LECTURA Y LA ESCRITURA COMO ESTRATEGIA PARA EL APRENDIZAJE AUTÓNOMO

LA LECTURA Y LA ESCRITURA COMO ESTRATEGIA PARA EL APRENDIZAJE AUTÓNOMO
por Mª José González. Licenciada en Psicología

El aprendizaje consiste en asociar conocimientos propios a conocimientos nuevos y de esta manera construir nuestros propios significados a partir de los ajenos. Distinguimos 2 tipos de aprendizaje:

-Asociativo: es profundo y duradero en el tiempo.

-Memorístico: es superficial y poco duradero en el tiempo.

Lo deseable sería realizar un aprendizaje asociativo, pero no siempre hacemos relaciones con la información adquirida. En ocasiones, por muy lamentable que nos parezca, nos quedamos en la superficie del aprendizaje al limitarnos a memorizar la información sin establecer esa relación con los conocimientos previos, con lo cual, con la misma velocidad que adquirimos ese conocimiento se nos disipa y se pierde. Por tanto, en el proceso de aprendizaje la memoria tiene un objetivo claro, el de reproducir conceptos y para ayudarnos en estas tareas están las estrategias de aprendizaje, las cuales son actividades intencionales que se realizan con el propósito de facilitar la adquisición, almacenamiento y posterior uso de la información. Las más empleadas son: las estrategias de lectura, las de escritura, los mapas conceptuales y los diagramas de flujo.

Para realizar un buen aprendizaje son necesarios algunos requisitos. Uno de ellos es la motivación hacia el tema, del cual hay que elaborar conceptos y organizar contenidos; sin embargo, la intención de aprender no es una garantía de que el sujeto aprenda. Por contra, se puede aprender aunque ese no sea el propósito, por ejemplo a través de la lectura por placer; es lo que llamaríamos aprendizaje incidental y se produce debido al hecho de que comprender es una actividad intelectual que implica atribuir significado a la información nueva y relacionarlo con la ya existente.

Otros de los requisitos son la autodirección y el autocontrol, es decir, que haya presencia de un objetivo y conciencia de que existe, pero además será necesario realizar una evaluación o supervisión periódica de las propias acciones. Cuando estas estrategias se aplican a la información escrita presentan la ventaja de su permanencia ya que el lector puede volver sobre el texto, manipularlo y organizarlo; su mayor inconveniente es que se encuentra desprovisto del contexto y por lo tanto de la explicación oral de los contenidos por parte del comunicante. No obstante, la lectura como estrategia de aprendizaje es un instrumento primordial para la adquisición y transmisión de conocimientos, ya que se establece una relación recíproca entre el lector y el texto.

Cuando la lectura es activa se comprende y se aprende y esto implica hacer un procesamiento de la información y emplear una serie de conocimientos, hipótesis y experiencias previas. Cuando leemos para aprender nuestra lectura suele ser lenta y repetida, es decir, hacemos una primera lectura exploratoria. El lector se interroga sobre lo que lee, establece relaciones con lo que ya sabe, revisa los términos, efectúa síntesis, subraya, elabora esquemas, etc.. Asociado a ello está el proceso interno de lectura, puesto que al leer cada uno de nosotros estamos dando al texto un significado propio. Estas estrategias aparecen integradas en el curso de la lectura: se dan previamente a ella, mientras leemos y después de leer.

Se distinguen 3 tipos de estrategias de lectura:

- Las que permiten dotarse de objetos concretos de lectura y aportar

conocimientos previos relevantes.

- Las que permiten establecer inferencias, revisar y comprobar la propia

comprensión mientras se lee.

- Las dirigidas a resumir, sintetizar y extender el conocimiento

adquirido mediante la lectura, establecer las ideas principales y

elaborar síntesis y resúmenes que transformen el conocimiento.

Cuando se trata de aprender es necesario añadir a las estrategias de lectura otras estrategias, como son las de escritura, las cuales son necesarias entre otras cosas para resumir.

Para intervenir sobre un texto es importante tener en cuenta la estructura y unas variables características que hacen que se puedan manipular y organizar el texto según nuestra conveniencia. Esta estructura nos da una información, la cual se podrá dar de maneras diferentes en función del texto. Nos orientará para recordar el tipo de texto de que se trata bien sea narrativo, descriptivo o explicativo. Desde esta perspectiva cabe puntualizar que el texto narrativo está asociado a una estructura regular (inicio, trama, final) y a una menor cantidad de información que los textos expositivos y por ello resultan más fácil de comprender y retener; en cambio, la estructura expositiva presenta una mayor dificultad para el lector debido a su gran variedad de información.

Es importante tener en cuenta la forma de presentación del texto, puesto que el autor nos está diciendo de este modo qué es lo que tenemos que esperar del texto. Por tanto, no sólo se comprende un texto por el hecho de disponer de conocimientos previos, sino porque éste se deja comprender, es decir, porque el texto posee una cierta estructura y sigue una cierta lógica. La mayoría de los textos que utilizamos habitualmente para estudiar son expositivos y presentan la siguiente estructura: título, sub-títulos y apartados, índices, resúmenes elaborados, cambios tipográficos y palabras clave. Los puntos y puntos y aparte quieren decir algo, nos dan información.

Todo lo anterior nos ayudará también si intentamos desarrollar otro tipo de estrategias que favorecen el aprendizaje mediante instrumentos que nos permiten una mejor organización de los contenidos de la información. Una de estas estrategias son los mapas conceptuales y se presentan como un instrumento educativo eficaz siempre que sean combinados con otros instrumentos, ya que no pueden nunca sustituirlos por completo.

Llamamos mapa conceptual a las representaciones que siguen unas ciertas normas: 1) ser representaciones esquemáticas de conceptos 2) organizados jerárquicamente 3) formando proposiciones 4) y estableciendo relaciones significativas entre ellos.

La construcción se inicia a partir de un sólo concepto clave, o bien a partir de un conjunto de ellos y se debe favorecer la inclusión de nuevos conceptos, ejemplos, relaciones cruzadas, etc.. Los conceptos se unen entre sí por medio de líneas o bien mediante flechas cuando las relaciones no son subordinadas; además deben ser flexibles. Las relaciones se representan por medio de líneas y palabras de enlace.

Los conceptos son las palabras que expresan las imágenes mentales que poseemos acerca de todo lo que nos rodea y nos sucede. Las diferentes ciencias se han encargado de ampliar el número y el significado de los conceptos que empleaban, dando como resultado una red conceptual consensuada y más o menos estructurada y jerarquizada. Sin embargo, hay algunas ciencias que no poseen una estructura jerarquizada absoluta, es el caso de las Ciencias Sociales ya que están muy condicionadas por las diferentes ideologías. Esto sin embargo no es un obstáculo, sino más bien al contrario ya que hay que conocer, recordar y relacionar los conceptos empleados, interpretar y comprender sus significados y lo más importante, reelaborar lo aprendido para obtener nuevos significados.

Otra de las ventajas de los mapas conceptuales son que permiten que su elaboración sea colectiva, además de que, dependiendo de la finalidad perseguida se pueden empezar a construir por diferentes puntos de partida.

Hay un instrumento que es muy similar y que incluso en ocasiones sustituye eficazmente a los mapas conceptuales, se trata de los diagramas de flujo. En éstas ocasiones las relaciones entre ellos deben ser explícitas, empleando palabras de enlace. La mayor diferencia es que generalmente expresan sucesiones de actividades y por ello predominan las flechas en lugar de las líneas.

En síntesis, si queremos aprender de los textos tendremos que implicarnos activamente y encontrar sentido a leer, por ello serán importantes todos los aspectos motivacionales, afectivos y psicológicos, así como entender el mensaje del autor a través del texto. Para facilitar la tarea podemos emplear instrumentos como los mapas conceptuales, los cuales resultan ser una interesante opción para la organización de los contenidos de la información.



Mª José González
Licenciada en Psicología
mjgonzalez@psicocentro.com

martes, 10 de agosto de 2010

PSICOLOGÍA DEL DEPORTE.

PSICOLOGÍA DEL DEPORTE.

Seguidamente se expone la definición e historia de la psicología del deporte:

1.2.1. DEFINICIÓN.

Según la Asociación Americana de Psicología A.P.A. (citado por García, S. 2000) “la Psicología del Deporte y de la actividad física es el estudio científico de los factores psicológicos que están asociados con la participación y el rendimiento en el deporte, el ejercicio y otros tipos de actividad física”.

Thomas (1980; citado por González, J. 1992) afirma que “la psicología del deporte investiga, como disciplina científica, las causas y los efectos de los procesos psíquicos que tienen lugar en el ser humano antes, durante y después de una actividad deportiva”.



1.2.2. HISTORIA.

El nacimiento de la psicología del deporte se debe a las aportaciones del ruso Peter Lesgaft, quien a principios de siglo hizo unas aportaciones fundamentales para su posterior desarrollo. Y a Peter Roudick, a quien se considera el padre de la psicología del deporte Rusa. Para 1921 el alemán Schulte publica “Cuerpo y alma en el deporte: una introducción a la psicología del ejercicio físico ” y en 1926, C. Griffith publica “Psicología del atletismo” a partir de lo cual sienta las bases del laboratorio de psicología aplicada al deporte. Es en 1965 cuando se celebra en Roma, gracias a F. Antonelli, el I Congreso Mundial de Psicología del Deporte y se crea la Sociedad Internacional de Psicología del Deporte. Para 1970 comienza a editarse, también en Roma, la publicación periódica del International Journal of Sport Psychology (Gonzàlez, J. 1992; García, S. 2000).

En los Juegos Olímpicos de 1976 los rusos ganaron más medallas de oro que cualquier otro país. Los logros atléticos de los equipos rusos y de Alemania Oriental hicieron sospechar del uso de fármacos prohibidos. Sin embargo, en Noviembre de ese año “Track and Fields News” publicó que las sesiones de entrenamiento mental eran utilizadas por los rusos (Garfield, Ch. 1987).





1.3 DEPORTE.

El deporte es una expresión de la capacidad lúdica y creativa del hombre. Su unión a las creencias religiosas, la danza y el teatro era común en las civilizaciones antiguas.

A continuación se expondrá su definición y clasificación:



1.3.1. DEFINICIÓN.

Permavieja, (1966; citado por Hernández, A. 1999) en una metódica descripción de las diferentes acepciones del término “deporte” a lo largo de la historia, encuentra la primera referencia en lengua provenzal y de ella se deriva a otras lenguas romances como el francés o el castellano.

Etimológicamente se utilizó para referirse a regocijo, diversión, recreo. La primera vez que aparece con este significado es en un poema de Guillermo de Poitiers. En español la forma verbal “deportar” aparece por primera vez en el poema del Mio-Cid (1140 d.c.) y con el significado de diversión con ejercicios físicos, es en el libro de “Los Milagros de Nuestra Señora” del escritor Gonzalo de Berceo (Siglo XVI).

Permavieja concluye que la primera acepción de la palabra deportes es la de “diversión en forma de ejercicios físicos”.

Según El Diccionario de los Deportes (Karag, A. Citado por González, J. 1992) el término hace referencia a todo ejercicio metódico de fuerza y destreza que tiende al desenvolvimiento general del individuo.

Parlebas (1986; citado por Hernández, A. 1999) lo define como el conjunto finito y enumerable de las situaciones motrices codificadas bajo la forma de competición e institucionalizada.




1.3.2 CLASIFICACIÓN DEL DEPORTE.

Hay varias formas de clasificar el deporte, sin embargo en este estudio nos limitaremos a las siguientes:

· Según las interrelaciones que se efectúan en la práctica deportiva (Riera, 1985; citado por Espinoza, M. 1997)

a. Deportes sin cooperación ni oposición: donde el rendimiento depende de la relación del deportista y los objetos con los que interactúa. Por ejemplo: Gimnasia, saltos y lanzamientos en atletismo, entre otros.

b. Deportes con cooperación sin oposición: en los que el rendimiento depende de las interacciones de deportistas, objetos y compañeros, resaltando la cooperación. Por ejemplo: Nado sincronizado, patinaje por parejas, etc.

c. Deportes sin cooperación y con oposición: la interacción existe entre deportistas, objetos y oponentes. Por ejemplo: Atletismo excepto relevos, boxeo, esgrima, judo, y otros.

d. Deportes de cooperación y oposición: en los cuales la interacción se da entre deportistas, objetos, compañeros y oponentes. Por ejemplo: Voleibol, relevos en atletismo, baloncesto, béisbol, entre otros.

· Según el lugar donde se practican (Ruiz, 1984; citado por De Matheus, B. 2000)

a. Deportes náuticos: se practican en ambientes acuáticos. Por ejemplo: Canotaje, vela, natación, etc.

b. Deportes de pista: se practican en forma de carreras de distancia. Por ejemplo: atletismo, ciclismo, entre otros.

c. Deportes de campo: son los practicados en canchas. Por ejemplo: baloncesto, béisbol, voleibol, y otros.

· Según los ámbitos de aplicación para el psicólogo del deporte (García, S. 2000):

a. Deporte de ocio, salud y tiempo libre: a esta categoría pertenecen los programas de ejercicios aeróbicos, y cualquier otra actividad deportiva de tipo casual y con fines prioritariamente de recreación, de salud, y buena forma física.

b. Deporte de base e iniciación: se refiere a la fase de inicio de la actividad físico-deportiva, especialmente en edades tempranas. Más que competitiva es una actividad lúdica y de desarrollo personal.

c. Deporte de rendimiento: tiene como meta la consecución de resultados óptimos en la competición deportiva. Se regula por una normativa y se enmarca en una institución, organización o entidad; e implica una práctica continuada, planificada y realizada dentro de márgenes de edad, en función de la modalidad deportiva practicada ya sea amateur o profesional.