viernes, 30 de septiembre de 2011

SEMINARIO SOBRE EL STRESS

SEMINARIO SOBRE EL STRESS
por Marjorie Carevic Johnson




INTRODUCCIÓN


La mayor parte de las personas están expuestas a niveles mucho más altos de stress de lo que creen estar. Stress ocurre cuando pierdes tu trabajo, o no tienes dinero para pagar tus deudas o cuando un familiar ocupa una operación. La mayoría de nosotros piensa que "stress" es sinónimo de "preocupación". Si estás preocupado estás "estresado".

Sin embargo, para tu cuerpo, la palabra stress tiene un significado mucho más amplio. Para tu cuerpo el stress es sinónimo de cambio. Cualquier cosa que cause un cambio en tu vida causa stress. No importa si es un cambio "bueno" o "malo", ambos son estresantes. Cuando encuentras tu casa soñada, es stress, si te rompes una pierna, eso es stress. Bueno o malo, si es un cambio en tu vida es estresante para tu cuerpo.

Aún los cambios imaginarios son estresantes. (De hecho los cambios imaginarios son los que llamamos "preocupaciones"). Si temes que no tendrás suficiente dinero para pagar la renta, eso es stress. Si te preocupa la posibilidad de ser despedido de tu trabajo, eso es stress. Si crees que te darán un aumento eso también es stress. (aunque sea un cambio positivo). No importa si el evento es bueno o malo, real o imaginario, cualquier cambio produce stress. Cualquier cosa que causa un cambio en la rutina cotidiana es stress. Cualquier cosa que cause un cambio en la salud de tu cuerpo es stress. Los cambios imaginarios son tan estresantes como los cambios reales.

Veamos diferentes tipos de stress. Algunos son tan frecuentes que ni siquiera estamos conscientes de que son estresantes.

Podríamos decir que al stress también se le conoce como un “mensajero cerebral químico”, debido a que las células cerebrales se comunican entre sí mediante "mensajeros químicos". Cuando la persona está expuesta a niveles altos de stress ésta comunicación comienza a deteriorarse. Cuando éstos mensajeros "fallan" la persona comienza a sufrir síntomas tales como: insomnio, dolores generalizados, depresión, angustia etc... A ésta condición se le llama "sobre-stress". Existen tres "mensajeros" cerebrales que controlan el sueño, los niveles de energía y las sensaciones de dolor y placer. Ciertos químicos al igual que ciertas drogas pueden temporalmente restaurar la función de los mensajeros o transmisores cerebrales pero no completamente ni por mucho tiempo. A éstas substancias las llamaremos "levanta-muertos". El uso de los levanta-muertos causan una sensación de bienestar similar al de una montaña rusa. Las personas en ésta montaña rusa empiezan a sentir desesperación por cualquier cosa que las haga sentir mejor. Con frecuencia utilizan "calmantes" recetados por su doctor o adquiridos ilegalmente.

El "sobre-stress" es más frecuente en ciertas familias. Investigaciones han demostrado que la tolerancia al stress es una condición hereditaria.

Existen distintos factores que producen stress:

- Stress emocional: Cuando tienes pleitos, desacuerdos o conflictos que causen un cambio en tu vida, eso es estresante.

- Enfermedad: Una gripa, una fractura, una infección, un dolor de espalda son cambios en tu condición física.

- Forzando tu cuerpo: Una gran fuente de stress es exigir demasiado de uno mismo. Si estás trabajando o divirtiéndote 16 horas del día, habrás reducido tu tiempo disponible para descansar. Tarde o temprano la perdida de energía causará que tu cuerpo se atrase en su capacidad de repararse a si mismo. No habrá suficiente tiempo ni energía para que tu cuerpo reponga aquellas células muertas o restablezca los niveles de neurotrasmisores cerebrales. Ocurrirán cambios en tu medio-ambiente interno. Ocurrirá un declive en tu energía. Te quedarás sin combustible! Si, a pesar de esto continúas derrochando tu energía, ocurrirán cambios permanentes. La lucha de tu cuerpo por mantenerse sano a pesar del desgaste energético excesivo es una "gran fuente" de stress para tu cuerpo.

- Factores medio ambientales: Los climas demasiado fríos o calientes también pueden ser estresantes. La altitud de una ciudad al igual que la contaminación por toxinas o venenos también son estresantes. Cualquiera de estos factores amenaza a tu cuerpo con un cambio en el medio ambiente.

- Factores hormonales: Los grandes cambios hormonales de la pubertad son severas causas de stress. El cuerpo del adolescente cambia de forma, sus órganos sexuales comienzan a funcionar y nuevas hormonas comienzan a ser segregadas. La pubertad, como todos lo sabemos, es muy estresante. Una vez que la mujer ha pasado por la pubertad, su cuerpo ha sido diseñado para trabajar mejor en la presencia de hormonas sexuales femeninas. Para las mujeres que ya han pasado por la pubertad, la ausencia de hormonas es una fuente importante de stress. Una vez al mes, antes de la menstruación, los niveles de hormonas femeninas disminuyen abruptamente. En muchas mujeres el estrés causado por esta disminución de hormonas, es suficiente para causar un episodio de sobre-stress. Este sobre-stress temporal es conocido como síndrome pre-menstrual. Después del embarazo las hormonas cambian dramáticamente. Después del parto o de un aborto la ausencia de hormonas podrá causar un episodio de sobre-stress. Existe otro momento en la vida de una mujer cuando los niveles de hormonas disminuyen. A esto le llamamos "menopausia". El declive de hormonas durante la menopausia es leve y constante. Sin embargo, éste declive menopáusico es suficiente para causar sobre-stress en muchas mujeres.

- Tomar responsabilidad por las acciones de otros: Cuando tomas responsabilidad por las acciones de otra persona, ocurren cambios en tu vida sobre los cuales no tienes ningún control. El tomar responsabilidad por las acciones de otra persona es una fuente importante de stress.





CONCEPTO PSICOBIOSOCIAL DEL STRESS
El stress es la tensión física y mental que se siente cuando se está bajo tensión, dentro de su cuerpo se ha activado un sistema que le advierte y lo prepara para enfrentar el cambio o el peligro. Es una defensa natural del organismo, que actúa como una reacción del cuerpo, como una respuesta del organismo. Se encuentra dentro de nosotros mismos, son recursos excepcionales que se llama; ‘ luchar o huir ‘. Este sistema hace que nos pongamos alerta; el corazón late más rápido, los músculos se ponen tensos, se suda, la boca se seca, él estomaga y los intestinos palpitan alteradamente, cambia el apetito, dolor de cabeza, temblor en las manos.

El stress psicológico es una relación particular entre el individuo y su entorno. Correspondería a una respuesta adaptativa y defensiva frente a la amenaza o peligro. Para aquellas personas que por una razón son más sensibles al stress, este tiene un significado más grave que para otras.

INTENSIDAD ESTIMULO
O + PERCEPCIÓN = RESPUESTA DEL INDIVIDUO
AGENTE ESTRESOR

Las situaciones afectan al individuo según el momento y su estado emocional. Hay otra variable denominada “filtro”, este permite excluir, mitigar, o bien amplificar. Este “filtro” está ligado a cada persona con su carácter, sensibilidad, modo de enfrentar los sucesos, experiencias pasadas, y sus mecanismos de defensa. Como respuesta al stress suele observarse sentimientos contradictorios como amor, odio, rabia, afecto, tristeza y alegría. Sentimientos de temor y angustia junto a la tristeza y la culpa, se conglomeran para formar la columna vertebral que sostiene la desdicha humana ya que alteran proyectos de vida e interfieren en el desarrollo de la vida más plena.

Kierkegaard propone una diferencia entre miedo y angustia. El miedo estaría vinculado con un objeto, un proceso cognitivo y la angustia en cambio sería vaga e indeterminada. Ambas se diferencian en el compromiso somático. Temor y angustia cuando no son respuestas instintivas ante un peligro inmediato, surgen en algunas actitudes erróneas definidas como:

- Anticipación imaginaria

- Contaminación del presente con el pasado

- Resistencia al sufrimiento

- Deseo y ambición.

Levine, habla de un “grado óptimo de stress”, que contribuye a la estabilidad del organismo y confiere la máxima eficacia al comportamiento. Sus estudios demuestran que la capacidad del aprendizaje mejora, se es menos sensible a la monotonía, y se afinan las actitudes para la percepción.

Psicobiologia del Stress
El stress no puede eliminarse, porque es una parte de nuestra vida, hasta puede ser positivo si sabemos manejarlo eficazmente. El stress causa la ansiedad, que en pequeñas cantidades es positivo y saludable porque nos mueve a hacer las cosas bien , pero si cada cosa pequeña nos pone ansiosos y nerviosos este stress pasan a ser negativos y nocivos. El stress nos hace susceptibles a los resfriados, trastornos respiratorios, aumenta el riesgo de los problemas de los trastornos cardiacos, presión arterial alta, diabetes, asma, ulceras, colitis y cáncer. Es la respuesta general del organismo ante un estimulo agobiador o situaciones de amenaza física. Podríamos decir también que son como reacciones del cuerpo. Podemos tener stress, incluso los niños y no darnos cuenta. El stress es una defensa natural del organismo que se encuentra dentro de nosotros mismos y que sirve para hacer frente a demandas excepcionales de experiencias difíciles en nuestra vida diaria, es también un importante aumento en el nivel de activación fisiológica y cognitiva con recursos también excepcionales.

Según los investigadores el stress psicológico, especialmente desarrolla una “cascada” de reacciones desde la estimulación simpática adrenal, con aumento de adrenalina y noradrenalina. Experiencias de ansiedad y tensión se asocian a una disminución de la glicemia, crisis de ira y resentimiento fueron asociados aumentos de niveles de glucosa.

Willis, afirmaba que la tristeza prolongada era un factor de diabetes. Habría una disminución de la glicemia con aumento de ácidos grasos libres.

Por sus relaciones con los procesos cognitivos merece especial atención en la psicobiología del stress, el estudio del cortisol, cortisona y corticosterona. También tiene relevancia los efectos inmunosupresores del stress. Esto se basa en el efecto que tienen los estímulos estresantes sobre la actividad del sistema inmunitario, expresados a través de alegrías, infecciones y enfermedades autoinmunitarias.

Datos de estudios empíricos con seres humanos indican que eventos estresantes (exámenes académicos, falta de sueño) se asocian a decrementos en la concentración de linfocitos y células T en el sistema inmunitario. Enfoques multidisciplinarios han podido determinar que ciertos procesos conductuales influyen funciones del sistema inmunitario y por otro lado que el estado inmunológico de un organismo influye sobre la conducta. Esta nueva línea de investigación sería una promesa en el campo de la psicología de la salud en el futuro. Por otro lado la “activación autonómica” plantea que el stress se produce cuando el organismo se da una activación mayor que la que este es capaz de reducir con sus estrategias de afrontamiento, psicológicas y conductuales. Por lo tanto, stress no es sinónimo de activación, ya que lo que pone en riesgo al organismo, es su incapacidad para mantener parámetros óptimos para un máximo rendimiento psíquico e intelectual.

Seyle observó fenómenos relacionados con el stress que se conoce como Síndrome General de Adaptación (SGA). Este síndrome de adaptación se desarrolla en tres etapas:

1. Reacción de Alarma: Alteraciones psicológicas, al mismo tiempo hay una disminución de las defensas generales del organismo, se caracteriza por una serie muy compleja de modificaciones bioquímicas que tratan de compensar este estado de excesiva actividad, inestabilidad del nivel de glucosa en la sangre, descargas masivas de adrenalina, aumento del catabolismo general de los tejidos, excitación cardiaca, aumento del tono muscular y trastornos gastrointestinales difusos.

2. Etapa de Resistencia: Desaparecen los signos característicos de alarma y las defensas alcanzan un nivel superior a lo normal. La duración depende de la intensidad del estímulo del agente estresor, además de un cierto número de variables que pueden contribuir o no a que el organismo logre llegar a esta adaptación. Variables como una dieta equilibrada, disciplina de ejercicios y relajación, y por otra parte factores de riesgo como sueño poco reponedor, tabaco y el uso de alcohol.

3. Etapa de Agotamiento: Habiendo superado las dos primeras, es aquí donde las defensas generales vuelven a disminuir hasta llegar a un nivel muy bajo. Fallan todas las estrategias de adaptación y los signos de reacción comienzan a hacerse irreversibles. Si el agente estresor continua actuando, el organismo puede sucumbir; pueden producirse síntomas patológicos, enfermedad e incluso la muerte.



La hormona Acth es la hormona del stress; que siempre se ve en aumento en las personas estresadas. Actúa sobre la corteza suprarrenal produciendo cortisol (respuesta neuro-endocrina). El hipotálamo, bajo un estimulo estresor, estimula la hipófisis comunicando el estimulo a puntos terminales. El sistema nervioso central lo proyecta al resto del organismo y codifica el stress externo e interno, a esto se le llama Heterostasis. En la heterostasis normalmente circula por la sangre una determinada cantidad de sustancias, por ejemplo la glucosa, las cuales aumentan las consecuencias del stress y llevan al medio interno a un nivel que pone en alerta a todo el organismo y resume el cambio fisiológico el cual pasa a ser fisiopatológico.

El organismo responde dentro de tres ejes fisiológicos.

1- Neural: hay una activación inmediata del sistema. nervioso simpático y del parasimpático que controlan la respiración, el ritmo cardiaco, la tensión muscular [toxicidad], los movimientos...

2- Neuroendocrino: se activa lentamente y hace que se aumente la actividad de la medula, de las glándulas suprarrenales que liberan adrenalina, noradrenalina y catecolaminas, esto es muy importante, pues prepara al organismo para responder a cualquier amenaza externa ya sea luchando o huyendo.

3- Endocrino: cuando la actividad es más aguda, mas mantenida e intensa. cuando no se puede superar el problema, este eje controla la liberación de Glucocorticoides [glucosa y corticoides], Mineralcorticoides [especialmente magnesio], hormonas del crecimiento timo [glándula del timo e hipófisis], Tiroideas, Vasopresina [levanta la presión] y Cortisol [hormona productora del estrés].

Si el stress se produce por un exceso de actividad o sobrecarga de los órganos afectados es natural que este trastorno aparezca en los mismos órganos afectados. Cuando una persona aprende a controlar una situación que le provoca stress, deja de sufrir estos trastornos.



Stress en Medicina
El stress en medicina se define como un proceso físico, químico o emocional productor de tensión que puede llevar a una enfermedad física. Presenta tres etapas: alarma, resistencia y agotamiento, las cuales ya fueron definidas anteriormente.

El stress produce algunas alteraciones, las cuales pueden ser enfermedades o agraves de estas. Los trastornos psicosomáticos producidos por el stress generalmente afectan al sistema nervioso autónomo, el cual controla los órganos del cuerpo. Estudios han reconocido que las personas son más proclives a enfermedades de todo tipo cuando están sometidas a stress. Las experiencias negativas causan el suficiente stress como para reducir la resistencia del cuerpo a una enfermedad determinada. Por otra parte, las experiencias positivas también pueden alterar la capacidad normal del individuo para resistir la enfermedad. La hipertensión es una de las alteraciones más comunes influidas por el stress, la cual puede dañar los riñones e incluso llevar a un ataque de apoplejía. Otras alteraciones producidas por el stress, y más comunes, son los problemas gastrointestinales, encabezando la lista las úlceras pépticas y la anorexia nerviosa, seguidas por las dolencias inflamatorias del colon y el intestino, la colitis ulcerosa y la enteritis local. Las alteraciones respiratoria también se pueden ver afectadas por el stress, siendo la más común el asma la cual puede estar producida por contratiempos de tipo emocional. Además el stress emocional puede causar o empeorar muchos trastornos de la piel. Finalmente tenemos a las situaciones traumáticas las cuales dan paso a alteraciones de tipo stress post-traumático.

El tratamiento de las alteraciones producidas por el stress se limita a veces a aliviar el síntoma físico antes que el psicológico o psíquico. Los tratamientos psicológicos van dirigidos a ayudar a la persona a solucionar la causa del stress o bien a enfrentarse a ella de una manera más eficaz. Muchas veces se recomienda la combinación de ambos tratamientos, físicos y psicológicos.




Psicología del Stress
1. Patrón de conducta A :

Se da en personas que perciben el entorno como opuesto a sus objetivos y amenazadores de su autoestima. La tendencia a la dominación y a competir, los induce a vivir permanentemente en estado de lucha y con demostrada agresividad hacia los demás. Recurre a una estrategia conductual de lucha por la consecución del control, se pone en competencia con las otras personas, visualiza amenaza en todas partes, restringe su yo interno y baja su autoestima. En ellos la conducta no llega a ser consumatoria, manteniendo al organismo en una prolongada activación y situándolo en un estado de resistencia o dureza. La inhibición conductual es una expresión de claudicación del organismo en sus intentos por adaptación al medio conservando su orden interno. Se acompaña de una a activación neuroendrocina (mayor excreción de ACTH y cortisol), y nervioso central, inhibición inmunológica, estados emocionales displacenteros, ansiedad y depresión, con repercusiones biológicas (HA, ulceras, infecciones. La existencia puede desembocar en un fracaso adaptativo aparte de un mal futuro biológico.



2. Patrón de conducta B :

Corresponde al individuo relajado, tranquilo, confiado, atento a la satisfacción y al bienestar personal, con relaciones interpersonales relajadas y expresión abierta a las emociones, incluyendo las hostiles.

3. Patrón de conducta C :

Estaría constituido por personas de un estilo verbal pasivo, blando y no asertivo, cooperador en forma extraordinaria, con conductas de resignación y sumisión, bloqueo y contención expresiva de las emociones.




La activación conductual estaría sustentada biológicamente por sistemas ya establecidos, que parecen alternarse en la regulación del organismo según los efectos de su conducta sobre la situación:

a) Sistema activador de la acción dependiente de la actividad nervioso-central de Haz prrosencéfalo.

b) Sistema de lucha y huida bajo el control amigdaliano.

c) Sistema inhibidor de la acción o de castigo regulado por la región septohipocámpica.



De acuerdo a esta distinción la activación conductual puede expresarse a través de comportamientos adaptativos, por su eficacia para suprimir estímulos amenazadores o por su valor para reducir la activación biológica que provocan. En otras ocasiones esa activación da lugar a conductas de lucha en busca del control de la situación, y por último la inhibición conductual en respuesta paradójica a la activación biológica central.

En cualquier caso las conductas adaptativas persiguen reducir la activación provocada por la cognición del entorno lo que implica una valoración del riesgo que se corre y de las posibilidades que tiene la persona para afrontarlo.



MEDIADORES PSICOSOCIALES DEL STRESS
Estilo de Vida

El estilo de vida se ha definido como una forma de vida o la manera en que las personas conducen sus actividades día a día, estilo de vida saludable serían todas aquellas conductas sobre las cuales el individuo ejerce control, incluyendo acciones por mínimas que éstas sean y que son parte permanente del patrón de nuestra vida cotidiana.

El estilo de vida saludable, tiene un impacto favorable en el estado de salud, a la vez que puede neutralizar o minimizar algunos riesgos productores de enfermedades.

Es posible la predisposición a determinadas enfermedades crónicas, a través de estilos de vida adecuados que implican reales cambios de conducta.

En el concepto estilo de vida, tiene dos componentes complementarios: la promoción o el fomento de la salud y la prevención o protección contra las enfermedades.

La conducta de promoción o fomento de la salud, es un enfoque positivo de vida dirigido a mantener o aumentar el nivel de bienestar, autorrealización y satisfacción personal.

El propósito de la promoción de la salud es permitir que las personas tengan un mayor control sobre los elementos determinantes de su propia salud.

a) Factores de riesgo asociados a los estilos de vida:

- Tabaquismo (se producen 6000 a 9000 muertes de personas mayores de 15 años al año)

- Alcoholismo (49% de las muertes se relacionan con el alcohol)

- Vida sedentaria (menos del 25% de los hombres y 13% las mujeres practica algún deporte por más de 20 minutos, dos o más veces por semana)

- Obesidad asociada a hipercolesterolemia (estudios muestran que el 50% de la población adulta presenta niveles de colesterol mayor de 200mgs/dl)

- Contaminación atmosférica (factor de riesgo de enfermedades pulmonares, rinitis, conjuntivitis una población en transición epidemiológica cuya población joven es cercana a un 30%. En personas mayores de 65 años se registra también un porcentaje mayor de 5%. Esto implica que los esfuerzos en salud pública están centrados en ambos extremos de la vida.

Por otra parte, el estudio indica también que es posible lograr que la incidencia de riesgos en relación a los estilos de vida disminuya en base a importantes recomendaciones de autocuidado en salud, todo lo cual reviste gran importancia, al considerar que la expectativa actual es de 72 años de vida al nacer.



b) Recomendaciones para lograr un mejor estilo de vida. Se trata de promover el desarrollo de capacidades y habilidades para el autocuidado, orientado a la mantención de la salud, basado en:

- Reforzamiento del concepto de sí mismo, autovaloración o autoestima.

- Desarrollo de la capacidad para resolver problemas incluyendo superación de la adversidad.

- Afrontamiento adecuado al stress, mediante conductas adaptativas.

- Comunicación positiva y abierta en las relaciones interpersonales (familiares, laborales y sociales).

- Evitar hábitos de tabaquismo, alcoholismo, uso y abuso de drogas.

- Desarrollar ejercicios físicos tres a cuatro veces por semana.

- Alimentación adecuada y equilibrada.

- Evitar el sobrepeso y la obesidad.

- Incorporación de espacios de recreación a lo menos 30 minutos diarios.

- Combatir la contaminación ambiental.



La organización mundial de la salud (OMS) amplió el rol de la promoción de salud, considerando de gran importancia el retrasar la aparición de enfermedades crónicas y mantener la capacidad funcional de las personas hasta una edad avanzada.

La adopción de estilo de vida saludable, en personas diabéticas y obesas, favorece en ellas el estado de salud y un desplazar la aparición de otras enfermedades de tipo crónico, a las que, por predisposición, factores psicosociales y ambientales están expuestas.



Ansiedad y Stress

La ansiedad es una vivencia, un estado subjetivo o experiencia interior, que podemos calificar de emoción. La ansiedad también es adaptativa y ayuda a enfrentarse a exigencias de la vida. Todos los procesos de activación ansiosa tienen como objetivo preparar el organismo para la acción. Es siempre un estado de alerta del organismo que produce un sentimiento indefinido de inseguridad. Como sentimiento, la ansiedad se vertebra en cinco planos: fisiológico, psíquico, de conducta, cognitivo o intelectual y asertivo.

- Fisiológico: palpitaciones, sequedad de la boca, nauseas, vómitos, tics localizados, temblor de pies y manos.

- Psíquico: inquietud interior, desasosiego, inseguridad.

- Conducta: estados de alerta, bloqueo efectivo, trastornos del lenguaje no verbal.

- Cognitivo o Intelectual: Dificultad para concentrarse, pensamientos preocupantes, y a veces ilógicos, manifestaciones de trastornos de la memoria.

- Asertivo: disminución importante de habilidades sociales, dificultad para iniciar una conversación o expresar a los demás sus verdaderas opiniones. Prefiere pasar desapercibido.



Se han escrito tres elementos ligados a la ansiedad:

a) Pérdida de Control: en las depresiones no endógenas, la predominancia recaería en factores psicológicos. Ante una valoración frente al fenómeno estresante existen mecanismos de adaptación con síntomas neorofisiológicos, con cambios centrales y periféricos específicos que llevan a una sensación de insuficiencia y pérdida de control. Ello conduciría al bloqueo de estrategias adecuadas, con la aparición de síntomas depresivos y desencadenamiento de los mismos cambios neuroquímicos que tienen lugar en la depresión. La teoría de la indefensión plantea que las personas creen poder tener el control sobre su entorno, cuando fracasa”usando sus hipótesis”, generalizan su desconfianza a otras situaciones renunciando a un control del que realmente son capaces. Sólo un porcentaje de personas expuestas al stress terminan en una depresión, ocurriendo esto aproximadamente en un 5% en los hombres y un 10% en las mujeres. Pueden oponerse a la gente potencial estresante, a través de mecanismos de defensa o procediendo a la acción para modificar el contexto objetivo. Entre los mecanismos de defensa podríamos hablar de la defensa perceptiva que respondería a “percepción selectiva del entorno” gracias a la cual se evita la cognición de la amenaza, y de la “negación”, que se trataría de una cognición en la que se ha suprimido los significados amenazantes. Se asumen otros hábitos como el fumar, beber, comer con tendencia a la bulimia, hacer ejercicio, las que no son realmente conductas adaptativas. Desde el punto de vista psicológico, las personas intentan controlar las piezas de su mundo cada vez que en forma más minuciosa y detallada, si no lo logran se vuelven tremendamente ansiosos.

b) Pérdida del amor y afecto: ausencia de afecto y de calor emocional en los periodos precoces del desarrollo. Dificultad en la toma de decisiones, esto les genera una situación de stress. Se ha probado que el sentido más profundo de la experiencia está dado por su resonancia afectiva. Las emociones superan a la lógica en una percepción sutil y matizada de la realidad. La memoria emocional, cuando es exagerada, es la reemplazable de la distorsión de la conducta del hombre normal, y una visión deformada de los hechos caracterizan la subjetividad del comportamiento neurótico.

c) Pérdida de la autoestima: se manifiesta principalmente por el temor al fracaso.




Entorno Familiar y Social

Constituiría el tercer mediador psicosocial destacado en la adaptación a la enfermedad y la mantención de la salud. Como por ejemplo los amigos del paciente diabético, la familia y el equipo que cuida de su salud pueden ser importantes fuentes de apoyo. Relaciones familiares conflictivas pueden influir negativamente en el estado de salud del paciente.

Experiencias y estudios permanentes de familias destacan características especiales de familias nutridoras y familias conflictivas teniendo en cuenta que el concepto de sí mismo se desarrolla principalmente en el contexto familiar. Padres de autoestima más elevada propician familias nutridoras, los integrantes de este tipo de familia se sienten más libres para expresar sus sentimientos, logrando así un mejor desarrollo emocional y un reconocimiento y valorización de sus capacidades, lo que les permite enfrentar en mejores condiciones la vida diaria, en cambio, las de baja autoestima, generan familias conflictivas y problemáticas.

En algunas familias se enseña la conformidad individual, en otras la rebeldía, o responsabilidad de grupo. Una reunión familiar significa el único lugar donde se pueden considerar abiertamente las necesidades, negligencia, injusticia, experiencias individuales dentro del grupo, involucrando las necesidades de todos y los ajustes necesarios. Comunicación, comprensión, procesos de cambios valóricos, son factores poderosos que podrían funcionar con un sentido de familia. Si estos procesos empiezan a funcionar para que sean familias nutridoras, iguales procesos se proyectarían y aplicarían también en la sociedad.

El paciente diabético debe trabajar para conocer y respetarse a sí mismo y aceptar su individualidad. Al tratar de satisfacer sus necesidades, estimularse en su desarrollo intelectual, en su relación con sus seres queridos y la exigencia de sus capacidades. Al satisfacerle conjunto de necesidades básicas, biológicas y psicosociales de afecto, de pertenencia, seguridad y autoestima podrá orientarse mejor y más fácilmente hacia un proceso de madurez e interdependencia, que lo conduzca hacia una autorrealización en el plano emocional, afectivo, laboral, intelectual, económico y social.




Tipos de stress
Existen varios tipos de stress:

a) Stress negativo: El estrés en exceso es malo, los estímulos pueden llegar a producir diversas enfermedades y trastornos, porque la energía que el físico necesita no le da tiempo al organismo para recuperarse y el cuerpo sufre un desgaste.

b) Stress positivo: Ante una emergencia, el mecanismo se activa en forma automática. El problema se percibe claramente, se interpreta con mayor rapidez y se toma una decisión inmediatamente. Una vez que el problema se ha resuelto, el organismo vuelve a su normal funcionamiento.

c) Stress Sociológico: propio de una situación de crisis social.

d) Stress Laboral: no todos reaccionan igual frente a las condiciones de trabajo, los síntomas son muy personales y están relacionados con la propia personalidad y su forma de reaccionar a los estímulos externos.

e) Stress Fisiológico: agresión del organismo por causas físicas - enfermedad.

f) Stress a los cambios ambientales: alteración del sistema endocrino - alteración del sistema nervioso vegetativo - modificación del ritmo y frecuencia cardio-respiratorias - modificación de la tensión arterial, las tazas de azúcar y grasas en la sangre - modifican las funciones hormonales y alteran los ciclos menstruales.

g) Stress Psicológico: respuestas emocionales; angustias - ansiedad - irritabilidad - estados de ánimo negativos - aumento del colesterol - insuficiencias coronarias.

El stress no es tan solo negativo, es también positivo, gracias a este mecanismo que se activa en forma automática ante una situación de emergencia, podemos percibir mejor el problema que tenemos, lo interpretamos con mayor rapidez y decidimos inmediatamente que vamos a hacer. Una vez que el problema está resuelto, el organismo vuelve a su estado normal de funcionamiento. Es importante no confundir el stress con el miedo, por cuanto el estrés prepara el organismo para una intensa actividad de movimiento. Nos hace pensar más rápidamente y actuar con mayor fuerza y energía. Hay alguna situación que puede ser estresadora para algunas personas; hablar en público - hacer una declaración de amor - realizar exámenes - etc., estos estímulos son capaces de producir bioquímicos o eléctricos que pueden desencadenar una respuesta de estrés como el frío - el calor - el ruido - el café o el tabaco.

En muchas ocasiones el estrés se genera a partir de estímulos físicos o también de pensamientos. negativo: el stress en exceso también es malo, los estímulos repetidos pueden llegar a producir diversas enfermedades y trastornos, porque la energía demandada por el físico, no le da tiempo al organismo a una adecuada recuperación y el cuerpo sufre un desgaste excesivo.




Estrategias de Afrontamiento del stress
Para afrontar el stress se puede disponer de varios medios, todos útiles, como por ejemplo, dieta equilibrada y el mantener la forma, la práctica de yoga integral, centrada de técnicas de respiración, posturas, concentración y relajación: la musicoterapia, cuyas melodías con efecto en el plano emocional, permiten el desbloqueo de tensiones internas y de la inhibición, con aumento del bienestar general en el paciente. Otro modo de contribuir favorablemente a su bienestar, consiste en reemplazar el temor y la ansiedad por sentimientos positivos, fomentando el desarrollo de una nueva afición o centro de vida (con apoyo familiar y social si es necesario).

Se sugieren también métodos especiales de afrontamiento del stress, y técnicas de entrenamiento para hacerse inmune a él, incorporados al estilo de vida. La regulación de la actividad y del reposo, particularmente del sueño, constituye una ayuda para el paciente.

Se pretende no sólo aportar ayuda a la salud física del paciente, sino también el apoyo necesario para la maduración psíquica de las personas que presentan stress.



Terapia congnitiva

Basado en el desarrollo de habilidades específicas, un adiestramiento conductual, control de respuestas fisiológicas y reevaluación cognitiva. Incluye aprendizaje de diálogos internos, de cómo afrontar una situación mediante la modificación de procesos cognitivos defectuosos.

Terapia asertiva

La terapia asertiva, persiguen a su vez que el sujeto pierda miedo y desinhiba su acción para que los efectos de su conducta tengan valor de reafirmación de su autoestima y de sus capacidades. También sería un modo de ganar control amortiguando los efectos perturbadores de la amenaza que de hecho pueden consistir en un simple temor de no atreverse a afrontar la situación. Esta terapia permite disminuir la experiencia estresante.



Otra forma de proposición es el análisis de los conflictos, partiendo del principio que un problema no resuelto está mal planteado y si invita a reformular en la mente la situación para hacerla más accesible. Se producen cambios del significado en la evaluación que el sujeto hace de la situación como también del concepto de sí mismo.




Valoración y desarrollo de la autoestima

En el hombre civilizado la angustia y la ansiedad surgirían tanto por situaciones que ponen en peligro su vida, como por los riesgos sociales y culturales que amenazan los valores con los cuales el individuo identifica su existencia. El hombre buscaría vivir una relación más intima con su propia intimidad, su identidad valórica y sus sentimientos. El concepto primordial de este vivir plenamente lo da la "autoestima o autovalorización". Constituye el modo que como persona nos sentimos con respecto a nosotros mismos, siendo elemento esencial para la buena supervivencia psicológica.

Satir, psicóloga norteamericana, cuenta que ella vivía en una granja en la que había un enorme olla de hierro negro. En ella su madre hacía jabón, por lo tanto estaba durante una época del año llena de jabón. En el verano, cuando llegaban los jornaleros, se ocupaba para cocinar.. Otras veces su padre la usaba para guardar abono destinado al jardín. Llegaron a llamarla la “olla del triple uso”. Cada vez que alguien deseaba utilizarla se encontraba con dos problemas. ¿qué tiene la olla?, ¿qué está tan llena?. Muchas veces cuando la gente hablaba de sus sentimientos de autoestima se acordaba de aquella olla. La olla llegó a ser el símbolo que facilitaba la expresión de los sentimientos que habían resultado difíciles de explicar. Al decir mi olla esta llena hoy el resto sabía que ese día ella o el se sentían capaz de todo, llena de energía y bienestar, segura de su propia importancia. En cambio si decía me siento con la olla vacía hoy, esto significaba que se sentía poco importante, que estaba cansada aburrida o resentida. Así la olla pasó a ser sinónimo de autoestima o autovalorización.

El factor emocional que acontece dentro de las personas como entre ellas, es el concepto de valor individual que cada uno tiene de sí mismo. Sentimientos positivos como integridad, honestidad, responsabilidad, amor, todo fluye de una olla llena. Siente que tiene importancia que el mundo es un lugar mejor porque el está ahí, tiene seguridad en su propia competencia. Solicita ayuda a los demás, irradia confianza y esperanza, confía en sus propias decisiones y respeta también el valor de los demás. No tiene reglas para ninguno de sus sentimientos, se acepta a sí mismo como ser humano. Al apreciar debidamente su valor, está dispuesta a aquilatar y respetar el valor de los demás. En cualquier momento de la vida se puede mejorar el concepto de sí mismo. Ya que los sentimientos son nuestra reacción frente a lo que percibimos, éstos a su vez, tiñen y definen nuestra percepción del mundo. Otras personas pasan la mayor parte de la vida en un estado de “olla baja” porque creen que valen poco. Esperan ser traicionadas o engañadas, menospreciadas por los demás y como se anticipan a lo que esperan, generalmente lo atraen. Como defensa se ocultan en un muro de desconfianza y se hunden en un estado d soledad y aislamiento, que suele observarse a menudo asociado a estados de ansiedad. El temor es una consecuencia natural de esta desconfianza, aislamiento y empobrecimiento del mundo interior. El temor evita que uno se arriesgue en la búsqueda de soluciones para los problemas dando así a un comportamiento aún más autodestructivo. Si uno se enfrenta al desafío que teme posteriormente ese desafío desaparecerá.

La persona puede plantearse una solución : tiene que realizar un examen de conciencia respecto a lo que ha dicho o ha hecho, pensado o sentido, algo resultará inadecuado, pero puede conservar lo bueno, buscar algo nuevo para suplir lo descartado. La persona al declarar su autoestima dice: son míos mis triunfos y mis fracasos, mis éxitos y mis errores. Puedo ver, sentir, pensar, decir y hacer. Tengo los medios para acercarme a los demás, para ser productivo, para lograr darle un sentido y orden al mundo de personas y cosas que me rodean. Al reconocer los sentimientos logramos conocernos mejor, lo que nos da una mayor capacidad de tolerancia y comprensión hacia los demás y nos ayuda también a expresarnos más auténticamente.

Para las personas las emociones o los sentimientos tienen una gran importancia en la forma de mirar al mundo. Es así como si ellas se levantan optimistas se atreven a enfrentar el mundo y, si lo hacen depresivos, no son capaces de nada. El hombre al crecer interiormente puede cambiar su vida, siempre hay esperanzas de que la vida cambie y sea mejor aprendiendo algo nuevo. Parte de los problemas del ser humano no son de rango psicológico, sino que corresponden a consecuencias de aprendizajes incorrectos, en la forma de comunicarse y relacionarse con los demás.



Elemento integrador: la Comunicación Asertiva

La comunicación abarca las formas en que las personas intercambian información y se relacionan entre sí, comunican e intercambian sentimientos. Incluye la información que se proporciona y se recibe como también la información que se utiliza.

Satir, expresa que es la forma por la que dos personas miden su autoestima. Es también el instrumento por medio del cual ese nivel de autoestima puede modificarse para ambos. Es aquí donde están las mayores dificultades que entrañan las relaciones humanas, ya que determina el tipo de relaciones que establece el ser humano con los demás y lo que le sucede en el mundo que le rodea. La comunicación es un arte que debería aprenderse para lograr mejorar las relaciones interpersonales.

a) Contexto de la comunicación. La comunicación se da y se desarrolla en dos ambientes:

- El ambiente témporo-espacial: se refiere al lugar y momento de la comunicación.

- El ambiente psicológico: se relaciona con el estado emocional de los interlocutores. Por ejemplo: estados de hostilidad, alegría, tristeza, rabia, etc.

Para una buena comunicación se necesita de estos dos ambientes.

b) Lenguaje de la comunicación: Incluye el lenguaje verbal y no verbal. El lenguaje verbal verbal hace referencia a :el uso de la voz, sonidos convencionales a veces arbitrarios definen y emiten el mensaje, que va desde el emisor al receptor y viceversa. El lenguaje no verbal: corresponde a los gestos y expresiones corporales. Estos lenguajes se complementan y forman el mensaje de la comunicación.

c) Reacciones de la comunicación: frente a un mensaje siempre hay una respuesta cuyo principal matiz es el psicológico, y con características individuales. Es necesario aprender a analizar y evaluar las reacciones que producen nuestra comunicación en las demás personas. Nuestro mensaje puede producir en el interlocutor: Aceptación, Rechazo, Descalificación.

d) Saber escuchar: Una da las virtudes en la comunicación humana es saber escuchar, la que comienza cuando decidimos no hablar o interrumpir a nuestro interlocutor, antes de terminado su mensaje. Mientras se escucha el mensaje, las personas mantienen un espacio o distancia natural hacia el interlocutor. Una invasión de este microespacio puede producir a veces temor o malestar



A lo largo de los siglos el hombre ha reaccionado frente a los conflictos con temor o ira, ninguna forma ha demostrado hasta ahora eficiencia en las relaciones interpersonales. De allí que se haya propuesto una tercera forma de reacción al conflicto: la asertividad.

Cuando la reacción al conflicto es el miedo se crea una actitud de huida y un estilo de sumisión, por el cual permitimos que se violen nuestros derechos y se nos pase a llevar, por lo tanto nos sentimos disminuidos, a disculparnos por todo y a crearnos inseguridad, se traduce en estado de angustia.

Si la reacción al conflicto es la ira, se establece una actitud de lucha que puede ser activa o pasiva, la que se expresa con estilo de conducta de agresión, conducta que contribuye a mantener los propios derechos, pero se viola con el ello los derechos ajenos, provocando temor y gran sentimiento de culpa e incomodidad en el agresor.



Ventajas de la asertividad en la comunicación

La persona asertiva respeta los derechos de los demás, sabe hacer respetar sus derechos, dice lo que siente, opina con un lenguaje claro y preciso y no teme entrar en conflicto. Tiene menos problema de ansiedad que el agresivo o el sumiso. El agresor entra muy a menudo en problema y pierde rápidamente el control de la situación. La ira del agresor que es también una reacción de stress frente a un evento aversivo, le dificulta la comunicación, siendo muchas veces un sentimiento que se impone, no pudiendo con ello enfrentarse adecuadamente a la realidad.

La comunicación afecta a las personas, más aún la agresividad ya que los mensajes hieren. En la comunicación asertiva en cambio se dice lo que se piensa con lo que el interlocutor sabe a qué atenerse. Se dice lo que opina usando un lenguaje y expresiones no verbales y corporales adecuadas, basadas en un mayor grado de seguridad, firmeza y calidez.

Aprender a comunicarse en forma asertiva es una necesidad y también una ventaja: mejora las relaciones interpersonales y a lograr metas propuestas. Reduce las angustias ya que al comunicarse se decide y valora internamente la libertad de pensar, de decir y actuar. Refleja también respeto por uno mismo y un respeto por los demás.

Una buena comunicación debe ser:

a) Directa y Clara, con uso de términos precisos y adecuados informando lo que se desea comunicar, evitando predisposición negativa en el interlocutor.

b) Honesta, exteriorizar los sentimientos sin imponer la propia opinión, evitando la influencia sobre el interlocutor para obtener una respuesta deseada.

c) Congruente, expresar lo que se piensa y se siente y en concordancia con lo que se dice verbalmente, de igual manera lo que se dice con la expresión no verbal.

d) Responsable, asumiendo un compromiso frente a lo expresado.

e) Positiva, ayudando al interlocutor a reconocer y valorar sus capacidades.

f) Respetuosa, escuchar con atención, no descalificar ya que toda persona puede expresar lo que desea; (todos merecemos ser tomados en cuenta) ignorar o minimizar (el problema del otro es tan importante como el nuestro), desautorizar (cada persona tiene una reacción distinta), ironizar (se trata de no herir los sentimientos ajenos), y no aconsejar, ya que el que se expresa no siempre busca un consejo sino comunicarse, tampoco interrumpir considerando que cada cual tiene un tiempo diferente y que le es propio.



Importante es recordar los axiomas de la comunicación: la comunicación es natural, inherente al ser humano, afecta y condiciona y en alguna medida golpea también la autoestima. Aún en silencio nos estamos comunicando. Para otros autores sería la palabra retenida. La palabra es diálogo. Hace que se pase de un estar pasivo a un estar activo que significa compromiso recíproco y bienestar, varía según la calidad de las palabras y actitudes que se intercambian, desde una conversación personal, en que el paciente recibe el alcance del interés y el cariño, hasta una de carácter público, rápida, fría e impersonal. Cuando las palabras que se emiten son de empatía afectiva, el paciente se siente acogido. Los modos o estilos para comunicarse traslucen elementos correlacionados al ser humano.

El equilibrio entre coraje y consideración se manifiesta como madurez. Si una persona puede expresar sus sentimientos y convicciones, considerando los sentimientos y convicciones del otro, se trata entonces de alguien maduro. Una base de confianza e integridad, definida ésta como el valor que nos atribuimos a nosotros y a los demás, es fundamental para lograr acuerdos.

La confianza en sí mismo, seguridad interior propician también la capacidad de desarrollar la interdependencia, significa lograr, que mediante trabajo y comunicación conjunta entre las personas o en equipo, se obtengan soluciones, nuevas alternativas o se logren metas imposibles de obtener mediante un esfuerzo independiente o aislado.



Tecnicas o terapias

1- respiraciones yoguicas ( baja- media- superior- completa)

2- ejercicios de relajación basados en la tensión y relajación de distintos grupos de músculos

3- conductas especificas que permitan modificar el medio ambiente, para que facilite la aparición de conductas deseadas. Ej. Dejar de fumar

4- deportes no agresivos

5- abstinencia de alcohol, tabaco, drogas

6- control mental



Control mental: cambiar los pensamientos negativos por positivos , entrenamiento mental dirigido a evitar los pensamientos molestos que nos acechan - observarlos - identificarlos - verbalizarlos y establecer un estimulo para interrumpir la cadena de pensamientos negativos ej. una palmada, un grito, etc. Sea realista en lo que Ud. puede y no.

Solución de problemas :

l.- cambiar el modo de considerarlos

2.- definir el problema

3.- buscar alternativas posibles

4.- tomar una decisión.



Alimentación: dieta rica en carbohidratos ,proteínas, minerales, agua, descanso - relajación - meditación




Consejos para hacer frente al estrés

1.-puede hacer, las metas ambiciosas son causas frecuentes de estrés.

2- consiga reposo adecuado, establezca una hora regular para dormir

3- evite apurarse y preocuparse

4- controle sus emociones, decida si las circunstancias valen la pena para angustiarse

5- aprenda amar a las personas mas que a las cosas

6- no dependa del alcohol o de las drogas o la automedicación para hacer frente a un problema

7- no mantenga los sentimientos dentro de sí mismo, identifique los errores y converse con algún amigo

8- tome decisiones no importa que puedan sé equivocadas, llegue a acuerdos lo mas que pueda

9- trate de seguir rutinas, evite la desorganización

10- no se compadezca cuando las cosas no están yendo bien

11- desarrolle un sentido del humor cuando las cosas no van bien

12- cuando se sienta apurado, emplee una técnica de relajación

13- coma comidas bien balanceadas. evite los alimentos grasos y azucarados

14- tómese un tiempo para Ud., y haga algo hermoso que le guste. Sea bueno con Ud., mismo



ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR STRESS
Males físicos

Aumentos de la frecuencia cardiaca - presión arterial - transpiración, respiración, tensión muscular, aumento de los niveles de adrenalina, y noradrenalina y del azúcar en la sangre. Aumenta el colesterol, hay una liberación de ácidos grasos en la sangre. Aumenta los niveles de corticoides. Disminuye el riego sanguíneo periférico, disminuye el sistema digestivo. Se inhibe el sistema inmunológico, dificultad para respirar, sensación de ahogo.

Sequedad en la boca, dilatación de las pupilas.

Males psicológicos

Preocupaciones, incapacidad para tomar decisiones, sensación de confusión, incapacidad para concentrarse, dificultad para dirigir la atención desorientación, olvidos frecuentes, bloqueos mentales.

Males motores

Hablar rápido tartamudear, voz entrecortada, imprecisiones, precipitaciones, explosiones emocionales, predisposición a los accidentes, consumo de drogas legales [tranquilizantes], tabaco - alcohol - remedios, comer en exceso, falta de apetito, conductos impulsivos, risas nerviosas, bostezos.



Enfermedades Cardiovasculares

Estudios se refieren que debido a un constante bombardeo de estímulos internos y externos, causantes del stress, son un peligro para el organismo que puede llegar a desarrollar enfermedades debido al stress, como por ejemplo, las enfermedades coronarias o cardiovasculares.

El estrés está muy ligado con las enfermedades cardiovasculares o coronarias, la cual está considerada como una de las alteraciones más frecuentes. Esta enfermedad representa tanto en países desarrollados como sub desarrollados, el mayor problema de la salud pública, seguido muy de cerca por el cáncer, ocupando en los países industrializados el primer lugar de mortalidad, mientras que en los no industrializados ocupa el tercer lugar. Podemos decir que su principal expresión es el infarto el miocardio. Es importante recalcar que estas cifras han decaído un poco, debido a la eficiente acción preventiva de cada uno de los países involucrados.

La lesión que se produce en las enfermedades coronarias es la formación de una placa de ateroma, compuesta por tejidos acumulados que se forman en el interior de la pared de los conductos sanguíneos.. Cuando estas capas crecen en tamaño y numero, impiden e incluso a veces cortan el paso de sangre a los tejidos irrigados por estas arterias. Cuando la obstrucción es parcial se produce una cardiopatía isquemica o angina de pecho, y cuando es total y prolongada puede producir un infarto al miocardio, mas conocido como ataque al corazón. También se puede producir esta patología cuando la capacidad de la arteria coronaria se ve reducida, y el individuo se enfrenta a una experiencia emocional o hace algún ejercicio fuerte. Los factores que facilitan la generación de esta placa son dos:

a) Factor o Mecanismo Mecánico: tiene su efecto en las bifurcaciones y curvas de las arterias coronarias, en donde el flujo sanguíneo produce turbulencias dando paso a la formación de la placa de ateroma.

b) Factor o Mecanismo químico: tiene su efecto principalmente en las lipoproteinas, ya que estas forman con cristales de colesterol las paredes arteriales donde se produce la placa de ateroma.

En ambos procesos es muy importante la presencia de catecolaminas, las cuales son sustancias que se liberan en los procesos emocionales.

La naturaleza u origen de las patologías coronarias es muy compleja, y aún no se conoce un factor único que determine su aparición y desarrollo. Lo único claro es que son enfermedades multifactoriales, por lo cual es importante que conozcamos sus principales factores de riesgo.



Evaluación de factores de riesgo

Hay múltiples índices que nos proporcionan una puntuación global de riesgo coronario. A continuación veremos procedimientos y criterios de evaluación de los principales factores de riesgo.

a) Factores inherentes y tradicionales: Se comenzará con los factores inherentes, ya que mientras más altos sean estos factores, más critica será la intervención. La información debe recogerse mediante entrevistas o historia clínica. Es el sexo, edad y antecedentes familiares de enfermedades coronarias.

En relación con el sexo, los hombres presentan un mayor riesgo que las mujeres, sobre todo en edades anteriores a los 45 años. La edad es otro factor importante, ya que a mayor edad, mayor es el riesgo, siendo especialmente critico a partir de los 40 y máximo el riesgo en los 60.

Los denominados factores tradicionales nos llevan a recabar información acerca de los niveles de colesterol en la sangre, los valores de presión arterial, el peso y los hábitos relacionados con el tabaco.

En lo referente a los niveles de colesterol, el punto critico en nuestro país se encuentra en los valores por encima de 220 mg/dl.

La presión arterial sistólica o máxima es la que parece tener una mayor indicación de riesgo coronario, el cual se incremento a partir de los 50 mmHg, pero debe considerarse factor de riesgo a partir de los 135.6 mmHg.

También es importante lo relación entre el peso y el riesgo coronario, ya que a mayor obesidad mayor riesgo coronario.

En lo que se refiere al tabaco, el ser fumador, y especialmente los fumadores de más de 20 cigarrillos por día, presentan incrementos en el riesgo de padecer eventos coronarios, aunque el incremento de intervención se establece a partir de 10 cigarrillos por día.

También la ingesta de cualquier sustancia cardio- activa, especialmente cafeína, así como trabajos sedentarios y la no realización de ejercicios físicos en forma habitual, también indican la vulnerabilidad de sufrir eventos coronarios.




b) Factores emocionales: Estos factores nos llevan a recabar información acerca del patrón de conducta Tipo A, el conglomerado emocional de ira y hostilidad y el apoyo social. En lo que se refiere al patrón de conducta Tipo A, los instrumentos de medida más utilizados son la Entrevista Estructurada y el Inventario de Actividades de Jerkins (JAS) son los que acumulan un mayor número de evidencias sobre su efectividad.

En lo referente al factor de la ira y la hostilidad, son muchos los instrumentos de medida existentes y utilizados en el estudio de riesgo coronario, pero existe una falta de credibilidad en la mayoría de ellos. Entre todos ellos, quizá el más valido sea la Entrevista Estructurada, que además de proporcionarnos una valoración de Tipo A, evalúa las dimensiones de Potencial de Hostilidad, Ira dirigida Hacia Fuera e Ira Hacia Dentro. Sin embargo los más utilizados en campos de investigación preventiva, son el Inventario de Hostilidad de Buss-Durkee para medir la hostilidad. En el caso de la ira el instrumento más utilizado es el Inventario de Ira de Novaco y el Inventario de Expresión de la Ira Estado-Rango(STAXI).

De los instrumentos de medida de apoyo social, el que parece aportar una información más útil para las aplicaciones clínicas es el Inventario Comportamiental de Soporte Social.




Estrategias de Intervención

La utilización de programas comportamentales con técnicas que garanticen la modificación de la conducta, es la alternativa eficaz para ayudar a la gente a cambiar de estilos de vida y los comportamientos de modo que se reduzca el riesgo de desarrollar la enfermedad coronaria.

La investigación preventiva se compone, por lo tanto, de dos bloques; por un lado la investigación sobre los factores de riesgo tradicionales, y por segundo lado, una investigación sobre los factores emocionales.




Intervención sobre factores de riesgo tradicionales

La alta relación existente entre la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria, hace que gran parte de los sujetos que padecen este segundo trastorno lo hagan como resultado del primero. En este caso se recomiendo que se realicen programas de tratamiento y prevención de la hipertensión.

En lo que se refiere al hábito de fumar, se utiliza un programa anti-tabaco al uso.

En el caso de la dieta, su intervención no difiere de los programas de obesidad actualmente desarrollados en Psicología de la Salud. Es necesario poner énfasis, no solo en reducción de peso sino en el control de la ingesta de alimentos ricos en ácidos grasos saturados. También, en algunos casos, debe ser abordado la ingesta de alcohol.

También es interesante actuar en lo que se refiere a la realización de ejercicio físico habitual. Los beneficios terapéuticos que se obtienen en él, se generalizan a otros factores de riesgo de la enfermedad coronaria.



Intervención sobre factores de riesgo emocionales.

El primer programa de intervención en la enfermedad coronaria basado en factores de riesgo de tipo emocional de Tipo A es el Programa de Administración de Estrés Cardiaco. Este programa se basa en un entrenamiento en reducción de la ansiedad, adaptado a la característica del Tipo A de exponerse continuamente a situaciones límite, para evitar así otras más monótonas que son experimentadas por el sujeto como más estresantes. Este es un programa de duración limitada y consta de nueve horas de intervención. Como resultado de este tipo de investigación se ha encontrado que la totalidad de los sujetos entrenados manifiestan una alta satisfacción.

Un enfoque muy distinto es el contenido en el Proyecto de Prevención Coronaria Periódica, donde el objetivo es modificar los componentes fisiológicos, comportamentales y cognitivos asociados al Tipo A, utilizando un promedio mayor a las 100 horas, en sesiones repartidas en un período de 3 años.

La duración media de los programas de intervención es de 30 horas de entrenamiento y algunos ejemplos son el Programa de Conducta del Proyecto Montreal, la Intervención Educativa para Tipo A o la Terapia Multimodal de Comportamiento.

Independiente del tipo de programa utilizado, se emplean técnicas que son útiles para reducir el riesgo emocional del patrón Tipo A. Las técnicas que parecen tener un efecto preventivo mayor son:

· La educación del riesgo Tipo A, que es un procedimiento en sesiones educativas, en las que se informa sobre la asociación entre los comportamientos Tipo A y la enfermedad coronaria. Esta técnica tiene un 39% de efectos positivos.

· La reestructuración cognitiva, que es un procedimiento enfocado a identificar las cogniciones típicas del Tipo A y del síndrome emocional de ira y hostilidad, y a su posterior modificación mediante su reestructuración. Esta técnica tiene un 37% de efectos positivos.

· La “imaginería” que es una técnica que se basa en imaginar situaciones de alta activación y/o de confrontación, las cuales son utilizadas para practicar habilidades específicas de afrontamiento, desarrolladas mediante la relajación o la reestructuración cognitiva. Esta técnica tiene un 21% de efectos positivos.

· El afrontamiento Tipo B.

· La educación sobre el riesgo coronario

· La relajación.



El principal objetivo es reducir el uso de estrategias de afrontamiento activo y su sustitución por estrategias alternativas que reduzcan la tensión, y que eliminen los efectos patógenos que conlleva el afrontamiento activo.




STRESS Y VULNERABILIDAD DE LAS LESIONES
En líneas generales la presencia de estrés parece aumentar considerablemente la probabilidad que se produzcan lesiones deportivas. Los mecanismos explicativos de la relación entre estrés y lesiones son las siguientes:

- El estrés debilita el sistema inmunitario del organismo y lo hace mas vulnerable a las lesiones.

- El estrés provoca niveles de activación elevados que reducen el enfoque atencional del deportista, quien puede ignorar una información relevante cuya ausencia puede provocar que cometa errores graves en la toma de decisiones y en la ejecución, aumentando de esta forma la probabilidad de una lesión. Así como la activación elevada como respuesta a estímulos estresantes deportivos o extradeportivos, puede limitar la capacidad de atención del deportista hacia la tarea deportiva que debe realizar e incrementar su vulnerabilidad.

- El estrés puede provocar , también , déficits atencionales como consecuencia de una activación muy baja. Cuando el estrés provoca estados de ánimos disfóricos o agotamiento psicológico, el organismo puede no alcanzar el estado de alerta apropiado para rendir; en estos casos, la atención se dispersará en exceso y no se centrará en los aspectos mas relevante de la tarea, pudiendo propiciar graves descuidos , una valoración automática inadecuada de los riesgos de cada ejecución o una deficiente preparación para la practica. Esta distracción puede también producirse cuando el deportista se encuentra muy estresado por cuestiones ajenas a la practica deportiva.

- La sobreactivación que provoca el estrés también puede acelerar el cansancio y agotamiento físico del deportista.

- Igualmente, el estrés puede provocar una sobreactivación muscular especifica que puede dificultar la flexibilidad y la coordinación motora.

- El estrés puede provocar que los deportistas busquen el control de las situaciones estresantes, propiciando excesos de entrenamientos que pueden resultar muy perjudiciales.

- Cuando el ejercicio físico sirve para aliviar los síntomas de estrés ajeno a la practica deportiva, es habitual que se produzcan abusos cuantitativos o cualitativos que aumenta la vulnerabilidad de las lesiones.

- Cuando el estrés es muy elevado puede propiciar comportamientos de escape o de evitación de él mismo (gracias a una lesión pueden escapar o evitar estímulos estresantes no deseados.



Situaciones potencialmente estresantes

Un situación estresante es en el deporte de competición, las situaciones mas especificas tienen que ver fundamentalmente con el estilo de vida de los deportistas (el entrenamiento deportivo que les plantea continuas exigencias de mejora, les exige un sobre esfuerzo etc. y la competición deportiva).

En el entorno del ejercicio físico para la salud o el ocio, aunque en menor medida, también pueden existir situaciones estresantes especificas, como la propia adherencia al plan de ejercicio, el cumplimiento de las tareas previstas, el reto de alcanzar un determinado objetivo o la “presión” social de los compañeros de actividad.

En ambos caso, los practicantes también están expuestos, lógicamente, a situaciones estresantes de tipo general, como conflictos familiares, divorcios, perdidas de seres queridos problemas financieros o dificultades cotidianas menores de distinta índole (ej. Una discusión acalorada con una persona que tiene su coche aparcado en doble fila, no tener monedas cuando se necesita llamar urgentemente por teléfono etc.

La mayoría de los trabajos han evaluado la presencia de acontecimientos vitales estresantes mayores como perdidas de amistades, conflictos escolares o familiares graves etc. durante uno o dos años (a nivel retrospectivo) y después han observado la ocurrencia de lesiones durante una temporada, encontrando una relación positiva entre la existencia de este tipo de eventos y la aparición posterior de las lesiones.

En el estudio de Kerr y Minden (1988) con gimnastas olímpicas, se observó que tanto los eventos vitales estresantes como la proximidad de la competición se relacionaban con la aparición de lesiones deportivas y, en el primer caso, además con el tiempo de recuperación de las mismas. Casi la mitad de las lesiones de este grupo de gimnasta, se produjeron en la semana previa a las competiciones, y el cuarenta por ciento de ellas el mismo día de la competición antes de que comenzase esta, produciéndose más lesiones y lesiones más graves, y observándose una recuperación mas largas, en presencia de situaciones vitales estresantes. Estos datos parecen indicar que la suma de situaciones estresantes diferentes (en este caso, acontecimientos vitales y competición deportiva) puede aumentar, todavía más, el riesgo de lesiones, debiendo tenerse en cuenta esta posibilidad para intervenir convenientemente.

En las investigaciones de Petrie (1993) con muestras muy amplias de jugadores de fútbol americano universitario, se consideró la presencia de cambios vitales estresantes relacionados con la actividad de los deportistas, distinguiéndose entre estímulos positivos y negativos; los cambios vitales; tanto los positivos como los negativos, pueden ser estresantes y perjudiciales como por ejemplo el echo de alcanzar la titularidad, tener más responsabilidad en el equipo, ser más seguido por la prensa etc., también pueden ser, al mismo tiempo, muy estresantes, propiciando una mayor vulnerabilidad y a las lesiones.

Otra variable situacional considerada de gran importancia, aunque no haya sido considerada como las anteriores, es el exceso de actividad de los deportistas, tanto en términos cuantitativos (ejemplo muchas horas de entrenamientos sin el suficiente tiempo de descanso) como cualitativo (ejemplo múltiples y/o improcedente demandas físicas y psicológicas).

Silva (1990) ha utilizado el termino Síndrome del estrés del entrenamiento para referirse al cuadro de manifestaciones que suelen observarse a partir del sobre –entrenamiento. La falta de energía y entusiasmo, el cansancio casi permanente, el aburrimiento, la mayor lentitud de reacción, la perdida de precisión, la mayor dificultad para detectar y solucionar situaciones de riesgo, entre otras consecuencias de desgastes producido por el exceso cuantitativo y cualitativo de entrenamiento, además de perjudicar el rendimiento de los deportistas puede contribuir a aumentar el riesgo de lesiones.

Parece aceptado que las competiciones deportivas constituyen situaciones potencialmente muy estresantes, básicamente como consecuencia de los siguientes determinantes:

- La trascendencia de la competición; puesto que , en muchos casos, los deportistas se juegan su trabajo de mucho tiempo, sus futuros contratos o becas etc.

- La imposibilidad de predecir sin error el resultado final o el propio rendimiento.

- La necesidad de mantener la concentración apropiada en todo momento.

- El hecho de tener que superar sensaciones de dolor, cansancio, incomodidad, enfado, preocupación de decepción, que aparecen a menudo en el transcurso de la competición.

- El hecho de estar expuesto a la evaluación permanente de los demás.

- La obligación de rendir al máximo en todo momento, entre otras.




Variables personales

Determinadas variables personales pueden mediar entre las situaciones antecedentes potencialmente estresantes y la respuesta de estrés . De hecho, puesto que la respuesta de estrés aparece como consecuencia de valoraciones subjetivas que realiza la persona que lo sufre, referidas, en primer lugar, al grado de amenaza que suponen las situaciones potencialmente estresantes y, en segundo lugar, a los recursos disponibles para hacerles frente, todas aquellas variables que puedan influir en estas valoraciones tendrán una gran importancia. En el contexto que no se ocupa, se ha estudiado la posible influencia de variables como:

- Ansiedad-rasgo y locus de control: En ningún estudio conocido hasta la fecha se ha encontrado alguna relación entre la Ansiedad-rasgo o el locus de control y las lesiones deportivas, ni ninguna interacción relevante entre estas variable y situaciones potencialmente estresantes que parecen influir en la vulnerabilidad a las lesiones. Solo en la investigación de Petrie se observó una interacción significativa entre cambios de vida positivos relacionados con la actividad deportiva y ansiedad rasgo competitiva. Podría suceder que los eventos positivos potencialmente estresantes, solo provocaran niveles perjudiciales de estrés en los deportistas con una tendencia elevada a reaccionar con ansiedad en situaciones estresantes relacionadas con su actividad deportiva. Esta tendencia, contribuiría a acentuar el carácter amenazante de elementos inherentes a la nueva situación (ejemplo la mayor responsabilidad ante el entrenador, los compañeros, la familia etc.; la permanente evaluación de los demás; la posibilidad de perder el estatus conseguido etc.) y favorecería la aparición de la respuesta de estrés, incrementando el riesgo de lesiones.

- Recursos de coping: En varios estudios se ha encontrado una relación positiva entre la presencia de recursos de coping y la inmunidad de lesiones. En el más resiente de ello se hallo una relación positiva entre el mayor numero de recursos de coping y la mayor frecuencia de lesiones deportivas, considerándose como recursos de coping todas aquellas estrategias que los sujetos utilizaban para combatir el estrés. Los deportistas que no tuvieron lesiones durante toda la temporada, además de haber sufrido menos eventos estresantes relacionados con la actividad deportiva durante la temporada anterior, manifestaron tener , al principio de esta, más recursos de coping que los que tuvieron alguna lesión. En este estudio, sin embargo, se observó una relación lineal entre la presencia de eventos estresantes y la frecuencia y gravedad de las lesiones (es decir, los deportistas que no se lesionaron fueron los que habían sufrido previamente menos eventos estresantes, después, los que tuvieron lesiones leves y, por ultimo, los que padecieron las lesiones más graves), sin que se pueda observar con precisión, por lo tanto, el papel moderador de los recursos de coping. En esta línea, sería interesante tener en cuenta el estilo de afrontamiento de los deportistas, pues es probable que su tendencia a afrontar las situaciones potencialmente estresantes de una u otra manera determine, al menos en parte, la presencia , intensidad e impacto de la respuesta de estrés, así como la probabilidad de que se utilicen el abuso de la practica deportiva y las propias lesiones como medios de afrontamiento.

- Apoyo social: Diversos estudios han investigado la posible relación entre el apoyo social y la vulnerabilidad de las lesiones deportivas, encontrándose, en líneas generales, que en presencia de eventos potencialmente estresantes, la existencia de apoyo social puede contribuir a reducir el riesgo de lesiones; aunque, algunos resultados específicos deben ser también considerados. En un de los estudios citados, se observó que la existencia de apoyo social resultaba positiva sólo cuando coincidía con la presencia de habilidades de coping. Es decir, los deportivas con mayor grado de apoyo social y habilidades de coping sufrieron menos lesiones durante la temporada, pero no se encontró lo mismo al considerarse cada variable por separado, lo que sugiere la conveniencia de estudiar el apoyo social en convinación con otras posibles variables moderadoras. La relación del apoyo social con la vulnerabilidad a las lesiones puede depender de la presencia o ausencia de otras variable. Así, el apoyo social podría ser positivo para reducir la cualidad amenazante o amortiguar el impacto negativo de situaciones potencialmente estresantes, pero resultar perjudicial cuando estas situaciones no existen. En estos casos, en un elevado apoyo social podría incrementar en exceso la percepción y confianza, disminuyendo el estado general de alerta del deportista y aumentando la probabilidad de sus conductas de riesgo, lo que podría propiciar por ambas vías una mayor vulnerabilidad. En la misma dirección, Hardy et al (1991) distinguieron Seis tipos de apoyo social: cuatro de ellos (escuchar, ofrecer apoyo emocional, plantear el reto de superar las dificultades emocionales, y compartir la situación) pueden ser aportados por cualquier persona allegada sin necesidad de que sea experta respecto a la situación estresante sobre la que ofrece el apoyo como familiares, amigos ,etc.; mientras que los dos tipos de apoyo restantes (reconocer los progresos realizados o los resultados obtenidos, y plantear retos relacionados con la actividad que se desempeña) sí necesitan un proveedor que sea reconocido por el deportista como alguien con experiencia y credibilidad en el campo específico sobre el que se aporta el apoyo, como lo entrenadores, otros deportistas, el medico, el fisioterapeuta. El apoyo social basado en compartir las experiencias estresantes, se relacionó con la presencia de más lesiones, el apoyo social basado en plantear el reto de superar las dificultades emocionales, se relacionó con la existencia de menos lesiones, sugiriendo la posibilidad de que el primer tipo de apoyo social pueda contribuir a aumentar la vulnerabilidad a las lesiones y el segundo a reducirla. En el primer caso, podría ocurrir que el hecho de encontrar a otras personas que comparten la situación en la que uno se encuentra, sirva para aliviar a corto plazo la reacción emocional ante la situación estresante, pero que este tipo de apoyo potenciara, así mismo, una sensación de indefensión ante dicha situación(“puesto que muchos comparten mi situación, se trata de una situación que no tiene solución”), una disminución de la responsabilidad individual ante la misma (“puesto que le pasa a otros también, no voy a ser yo quien lo solucione solo”) e incluso un cierto sentimiento de afiliación (“me pasa lo mismo que a los demás”), disminuyendo los intento de búsqueda de soluciones a la situación o de alternativa para manejar su impacto y aumentando, por tanto, la vulnerabilidad del deportista al estrés y a sus consecuencias perjudiciales incluyendo las lesiones. Sin embargo, en el segundo caso, podría suceder que el apoyo consistente en plantear el reto de sobreponerse emocionalmente a las situaciones estresantes, obligue al deportista a enfrentarse a éstas de manera activa, pudiendo contribuir, probablemente, a que aprenda a manejarlas lo suficiente como para neutralizar su carácter estresante y su impacto perjudicial. Podría ocurrir que el tipo de apoyo-social adecuado fuera aquel, o aquellos, que resultaran más congruentes con el tipo de situación estresante que estuviera presente (e.g. ante la incertidumbre de la competición, el reconocimiento del progreso realizado; ante una derrota importante, ofrecer apoyo emocional y plantear nuevos retos deportivos, etc.) pudiendo estudiarse en el futuro cuáles son los apoyos “más congruentes” en cada tipo de situación. Los cuestionarios han sido el único procedimiento empleado para la medida del apoyo social, sin que ni siquiera se hayan empleado entrevistas complementarias que sin duda modificarían el valor de los datos.

- Otras variable personales: Otras variables , han mostrado su papel moderador entre las situaciones potencialmente estresantes y la respuesta de estrés. La principal de ellas es la denominada por Kobasa (1979) Hardiness (“dureza”). La “dureza es un constructo que tiene tres componentes; control, compromiso y reto. El componente control, implica la tendencia de la persona a percibir que controla los eventos potencialmente estresantes que suceden en su vida, en lugar de percibir indefensión respecto a éstos. El compromiso supone la tendencia a involucrarse en aquello que uno hace o que necesariamente tiene que afrontar, en contraposición a eludirlo total o parcialmente. Por ultimo, el reto hace referencia a la tendencia a considerar las situaciones potencialmente estresantes como dificultades que pueden ser superadas e incluso a considerarlas como interesantes oportunidades para superarse y hasta para disfrutar intentándolo, en lugar de percibirlas como gravemente amenazante. En diversos estudios (e.g. Kobasa, Maddi y Kahn,m 1982) se ha podido comprobar que en presencia de estímulos potencialmente estresantes los sujetos con puntuaciones altas en “dureza” eran menos propensos a desarrollar enfermedades que los sujetos con puntuaciones bajas en esta variable. Partiendo de esta observaciones, se puede especular, que los deportistas con un patrón elevado de “dureza” serán menos vulnerables a las lesiones. En realidad, la “dureza” conlleva elementos esenciales para moderar el estrés; un estilo de afrontamiento muy positivo para hacer frente a las situaciones estresantes y a su posible impacto (el reto y el compromiso): y una condición determinante para contrarrestar la potencial amenaza de tales situaciones (la percepción del control). Goss (1994) observó una relación inversa entre la “dureza” y la presencia de respuestas emocionales durante periodos de sobre-entrenamiento deportivo. Ante la situación potencialmente estresante del sobre –entrenamiento, los deportistas con puntuaciones más altas en un cuestionarios de “dureza” fueron los que mostraron manifestaciones de estrés (tensión, enfado, distrofia, confusión y fatiga) en menor medida, sugiriendo que la variable “dureza” podría haber reducido el potencial estresante del sobre-entrenamiento que la menor presencia de estrés en los que puntuaron más alto en “dureza”, debería reducir la vulnerabilidad de estos deportistas a lesionarse.



Andersen y Williams (1988), por ejemplo, han propuesto variables como la motivación del otro, el “sentido de coherencia” y la tendencia a “buscar sensaciones”, sin que hayan pasado de la mera especulación ni las justifiquen convenientemente.

Hay variables que podría contribuir a disminuir la vulnerabilidad al estrés y a las lesiones. Algunas que consideramos relevantes son: la tendencia a ser optimista ante las situaciones difíciles; la racionalidad y flexibilidad (en contraposición a la irracionalidad y rigidez) de las creencias y actitudes; una elevada auto-confianza y una elevada autoestima.

Rotella y Heyman (1986) señalan que el reforzamiento social que conllevan habitualmente este tipo de creencias y actitudes, conduce, en muchos casos, a que los deportistas intenten transmitir una falsa imagen de invulnerabilidad, desarrollándose otras creencias y actitudes de riesgo como, por ejemplo, “los deportistas duros o verdaderamente competitivos nunca necesitan descansar, nunca pierden un entrenamiento o una competición, nunca necesitan rehabilitación o nunca permiten que una lesión les impida jugar”. El contenido y la rigidez de este tipo de creencias y actitudes derivará, lógicamente, en comportamientos de alto riesgo que aumentarán sensiblemente la vulnerabilidad a las lesiones.




Propuesta de un modelo de vulnerabilidad a las
lesiones deportivas a través del stress
Es la interacción entre situaciones potencialmente estresantes, y variables personales, la que determina la presencia de la respuesta de estrés. Cuanto mayores sean la frecuencia, la duración y/o la intensidad de las situaciones potencialmente estresantes, mayor será también la probabilidad de que aparezca el estrés, asimismo, esta probabilidad será mayor o menor en función de la presencia o ausencia, respectivamente, de variables personales que interactúen positivamente con las situaciones estresantes o de la ausencia o presencia respectivamente, de variables que neutralicen tales situaciones. En ambos apartados, situaciones estresantes y variables personales, se podrá intervenir, específicamente, con el objetivo de disminuir la vulnerabilidad de los deportistas al estrés.

Una vez presente, la respuesta de estrés puede ser controlada mediante la aplicación de estrategias que permitan eliminar o aliviar sus diferentes manifestaciones. Por ejemplo, la relajación puede aliviar el exceso de activación fisiológica y la detención del pensamiento interrumpir la actividad cognitiva disfuncional. La aplicación eficaz de estas estrategias contribuirá a disminuir la probabilidad de que se produzcan las consecuencias perjudiciales que favorecerían la vulnerabilidad a las lesiones.




Principales grupos de variables potencialmente estresantes en el deporte de competición

SITUACIONES POTENCIALMENTE ESTRESANTES



- Sucesos de tipo general (ej.conflictos familiares,pérdida de seres queridos, problemas financieros, etc.)

- Sucesos relacionados con la actividad deportiva(ej.cambios de estatus o rol, cuestiones contractuales, cambio de equipo o de entrenador, etc.)

- Estilo de vida

- Demandas de entrenamiento

- Demandas de la competición

- Otras situaciones relacionadas con la actividad deportiva(ej.opinión de los medios de comunicación,la relación con los directivos , etc.)

- De forma mas especifica:Estimulos antecedentes asociados a las lesiones deportivas pasadas.





Variables personales que pueden aumentar (+) o disminuir (-) el potencial estresante de la situación en el contexto del deporte de competición.

Variables personales
Efecto sobre el potencial
de estrés de la situación

- Historias pasadas de lesiones (+)
- Ansiedad.rasgo:sobre todo relacionada con la actividad deportiva (+)
- “Dureza”(reto , compromiso, control) (--)(+)
- Estilos de afrontamiento (--)
- Dominio de habilidades de coping (--)(+)
- Apoyo social (--)(+)
- Alta motivación de logro deportivo (--)(+)
- Elevada auto-confianza (--)(+)
- Alta autoestima (--)
- Tendencia al optimismo (--)
- Sistema rígido de creencias y actitudes (+)



MODELO DE VULNERABILIDAD A LAS LESIONES DEPORTIVAS A TRAVES DE EFECTOS PERJUDICIALES DE LA RESPUESTA DE ESTRÉS





Control de las consecuencias del stress que aumentan la vulnerabilidad a las lesiones

Determinadas consecuencias del estrés pueden ser las responsables más directas del aumento de la vulnerabilidad a las lesiones. Es por esto que las intervenciones podrían dirigirse a controlar específicamente algunas de estas consecuencias. Pueden ser de utilidad algunas estrategias como:

a) La reducción de demandas atencionales en la medida de lo posible, el entrenamiento de los deportistas para que auto-controlen su atención y la utilización de instrucciones precisas, por parte del entrenador, que ayude a los deportistas a centrar su atención convenientemente.

b) La elección de ejercicios deportivos, siempre que se pueda, que no exijan movimientos corporales muy complejos, sobre todo en las partes finales de las sesiones de entrenamiento y en los días de mayor volumen de trabajo.

c) La disminución del tiempo de entrenamiento para evitar los períodos prolongados de cansancio y el entrenamiento de los deportistas en técnicas para el control del cansancio.

d) La regulación apropiada del tiempo de actividad evitando el abuso del ejercicio y, paralelamente, la utilización de otros procedimientos para controlar el estrés.

e) La utilización de técnicas para controlar conductas incontroladas de riesgo (ej.: auto-instrucciones para controlar conductas agresivas).

f) La prevención de las situaciones específicas de mayor riesgo de evitación o de escape, proporcionando al mismo tiempo alternativas más apropiadas para controlar el estrés.




Eficacia de la intervención psicológica para el control del stress y la prevención de lesiones

Sólo se conocen dos estudios en los que se haya observado la eficacia de la intervención psicológica para la prevención de lesiones deportivas. En 1987, Fenker y Lambiotte realizaron un programa de intervención psicológico con un equipo universitario de fútbol americano. Este programa estaba dirigido a controlar el estrés del entrenamiento y la competición, y mejorar el rendimiento. Consistía en lo siguiente:

a) Informar a asesorar a los jugadores y entrenadores sobre varias cosas relevantes.

b) Enseñaron a los jugadores a utilizar en imaginación diferentes estrategias de “coping”.

c) Incluyeron dentro del programa regular el entrenamiento del equipo, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada jugador, la relajación y la práctica en imaginación con distintos objetivos.



Algo similar se realizó con un equipo de natación, en 1991, y se llegó a la conclusión de que durante la temporada en que se utilizó el programa, las lesiones de ambos equipos habían disminuido en comparación con la temporada anterior y posterior en las que no se les aplicó el programa.




STRESS Y PREVENCION DE LESIONES DEPORTIVAS
Las lesiones deportivas son “accidentes de trabajo” que tienen lugar como consecuencia de la actividad deportiva. Están expuestos a estas todos los deportistas profesionales o aficionados que se dedican al deporte de competición y todas aquellas personas que practican deporte o ejercicio físico para fortalecer su salud o como actividad de ocio.

Las lesiones deportivas deben considerarse eventos perjudiciales por diferentes motivos:

· Suponen disfunción del organismo que produce dolor, restringe posibilidad de funcionamiento y puede aumentar el riesgo de disfunción mayores.

· Conllevan la interrupción de actividades deportivas, con múltiples posibles pérdidas o riesgos de pérdidas, como, por ejemplo, perdida de éxitos deportivos o perdidas de condición física.

· En ocasiones implican cambios en el entorno deportivo al que pertenecen los lesionados y posibles pérdidas en cuanto a resultados deportivos colectivos.

· También conllevan la interrupción/limitación de actividades extra deportivas.

· Implican canvios de vida personal y familiar como consecuencia de restricciones que impone la lesión y las nuevas necesidades que de ella se derivan.

· Su rehabilitación requiere tiempo esfuerzo, tiempo, dedicación y, en ocasiones, resistencia al dolor y a la frustración.

· Ir acompañada de experiencias psicológicas que afectan el funcionamiento y bienestar de la persona lesionada y de los que le rodean.



Las lesiones pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y pudiendo ser de distintos niveles de gravedad, donde se pueden distinguir 5 categorías:

· Lesiones leves: requieren atención pero sin interrumpir actividades deportivas.

· Lesiones moderadas: requieren tratamiento y limitan la participación de los deportes en sus actividades.

· Lesiones graves: implican interrupción prolongada de la actividad, a menudo con hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas.

· Lesiones graves que provocan un deterioro crónico: aquellas que impiden recuperar su nivel de rendimiento previo por lo que obligan a modificar su forma de practicar deporte.

· Lesiones graves que provocan una incapacidad permanente.



Debido a su trascendencia la importancia de prevenir y rehabilitar lo mejor posible las lesiones deportivas. El estrés parece estar presente en cada uno de los siguientes momentos relacionados con deportes:

· Antes de producirse la lesión

· Cuando se produce la lesión

· El periodo de hospitalización y en relación a las intervenciones quirúrgicas cuando estos son necesarios.

· En el periodo de restricción total o inmovilización que sigue a las intervenciones quirúrgicas o, en ausencia de estas, a al propia lesión.

· En el periodo de rehabilitación más activa.

· En la preparación para la reaparición.

· En la vuelta a la normalidad.

· Se producen recaídas.

· En caso de que los deportistas deben practicar su actividad aún cuando esta lesionado.

· En caso de lesiones que provocan la incapacitación permanente.



Así, la relación entre las respuestas de estrés y las lesiones deportivas pueden establecerse a diferentes niveles:

· Presencia de estrés puede aumentar la vulnerabilidad de los deportistas a las lesiones, dificultar su recuperación, perjudicas su reaparición a la actividad deportiva e incrementar el riesgo de recaidas.

· Lesiones constituyen eventos estresantes que pueden afectar el estado emocional, la salud y el funcionamiento general de los deportistas.

· Lesiones pueden provocar deterioros crónicos o incapacitaciónes permanentes que deben considerarse situaciones altamente estresantes.

· Lesiones pueden aliviar fuentes de estrés mayores, convirtiéndose en valiosos mecanismos de escape o evitación.

· Cierto grado de estrés puede resultar positivo tanto en la prevención como en la rehabilitación de lesiones.





CONCLUSIÓN
¿Qué es el Stress?

El estrés es un exceso de demandas ambientales sobre la capacidad del individuo para resolverlos, considerando además las necesidades del sujeto con las fuentes de satisfacción de esas necesidades en el entorno laboral. El estrés es algo habitual en nuestras vidas, no puede evitarse, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Los sucesos negativos, daño, enfermedad o muerte de un ser querido, son hechos estresantes, así como los sucesos positivos. Ascender en el trabajo trae consigo el estrés del nuevo status, de nuevas responsabilidades. Nuestras experiencias estresantes provienen de tres fuentes básicas: nuestro entorno (referente a las condiciones ambientales, como el ruido, aglomeraciones, etc.), nuestro cuerpo y nuestros pensamientos. De esta manera, nuestra forma de reaccionar frente a los problemas, las demandas y los peligros se determinan por una aptitud innata de lucha o huida; esto dependerá si los estímulos que nos llegan son interpretados como una amenaza o no. Ocurren diferentes cambios físicos observables en las personas frente a estos estímulos, como por ejemplo:

- agrandamiento de las pupilas para mejorar la visión

- agudización del oído

- los músculos se tensan para responder al desafío

- la sangre es bombeada al cerebro para aumentar la llegada de oxígeno a las células y así favorecer los procesos mentales

- aumentan las frecuencias respiratorias y cardíacas

- las extremidades se perciben frías y sudorosas



Si no se liberan del organismo estos cambios ocurridos durante la fase de reconocimiento y consideración de la amenaza, habrán mayores posibilidades de entrar en un estado de estrés crónico. Cuando uno se siente estresado y agrega aun más estrés, los centros reguladores del cerebro tienden a hiperreaccionar, ocasionando un desgaste físico, crisis de llanto, y potencialmente depresión. Algunas condiciones estresantes son:

- sobrecarga de trabajo

- exceso o falta de trabajo

- rapidez en realizar la tarea

- necesidad de tomar decisiones

- fatiga

- excesivo número de horas de trabajo

- cambios en el trabajo



Stress producido por exceso de trabajo

1) Ambigüedad del rol: esto ocurre cuando no se dispone de una adecuada información laboral, responsabilidad o falta de claridad en los objetivos asociados al puesto.

2) Responsabilidad sobre otras personas: los trabajadores con responsabilidad sobre otras personas tienen un mayor número de interacciones de estrés, como es caso de directivos, que además del trabajo que tienen, deben asistir con cierta frecuencia a reuniones.

3) Otros estresores relacionados que afectan fundamentalmente a mandos intermedios son:

- individuo que cuenta con insuficiente responsabilidad

- falta de participación en la toma de decisiones

- falta de apoyo por parte de la dirección

- cambios tecnológicos a los que hay que adaptarse




Cuando existen relaciones pobres y hay poca confianza, se producen frecuentemente comunicaciones insuficientes que originan tensiones psicológicas y sentimientos de ...

Estrés producido por las relaciones interpersonales

Las relaciones entre compañeros pueden traer diversas situaciones estresantes, como por ejemplo:

- rivalidad insatisfacción en el trabajo.

- falta de apoyo en situaciones difíciles

- culpabilización de los errores o problemas

- total falta de relaciones




Estrés relacionado con el desarrollo de la carrera profesional

Generalmente, el trabajador espera ir ascendiendo en los diversos puestos que tiene su entidad, es decir, tiende a mejorar no sólo en el aspecto económico, sino aspirando a puestos de mayor responsabilidad o cualificación, desarrollando lo que llamaríamos su carrera profesional. Es por esto que cuando las expectativas no son alcanzadas aparecen tensiones o factores estresante, como por ejemplo:

- falta de seguridad en el trabajo

- incongruencia o falta de equidad en una promoción insuficiente o excesiva

- consciencia de haber alcanzado el propio techo




Estrés producido por la estructura y el clima organizacional

La falta de participación en los procesos de toma de decisiones, el sentirse extraño en la propia organización, una inadecuada política de dirección, etc., presentan los siguientes factores de riesgo para la salud:

- consumo de alcohol como forma de escape

- ánimo deprimido

- baja autoestima

- poca satisfacción en el trabajo

- intención de abandonar el trabajo

- absentismo laboral




Relajación contra el estrés

Actualmente, el estrés es uno de los factores de más alto riesgo en las enfermedades cardiovasculares, por lo que se recomienda tener en cuenta una serie de pautas, no sólo para intentar controlarlo, sino también para prevenirlo:

- Localizar el origen

- Cuidar la alimentación: el tabaco, el café y el alcohol potencian el estrés

- Hacer ejercicios

- Aprender a contar lo que le pasa, no guardar los sentimientos, porque son una bomba de tiempo. Aquellos que transmiten sus emociones padecen menos trastornos.

- Practicar el optimismo, rechazar los pensamientos negativos, sustituyéndolos por otros positivos.

- Aprender a decir que no, ya que crearse más obligaciones de lo necesario puede aumentar que se produzca estrés.



Las situaciones preocupantes no se pueden evitar, pero sí se puede manejar las respuestas y reacciones a ellas, aprendiendo y practicando la relajación. Es imposible estar relajado físicamente y tenso emocionalmente al mismo tiempo. La respuesta del organismo a la relajación es un efecto de recuperación casi inmediato y es una tregua para el cuerpo. La relajación progresiva de los músculos reduce la frecuencia del pulso y la presión de la sangre, así como el grado de sudoración y la frecuencia respiratoria.



Control de manifestaciones perjudiciales del stress

Hay diversas maneras de ayudar a controlar las diferentes manifestaciones del estrés. Algunas de estas estrategias son la relajación, la desensibilización del medio, o técnicas cognitivas (ej: la modificación de creencias disfuncionales). También se pueden aliviar las situaciones estresantes o eliminarlas intentando aliviar paralelamente la relación situación-persona. En el caso del desgaste o agotamiento psicológico, será fundamental reducir las fuentes de estrés para que los deportistas agotados, por ejemplo, puedan recuperarse. En estos casos, en los que las personas deben rendir al máximo, y que están expuestos a demandas estresantes, el sobre-esfuerzo continuo ayuda, a corto plazo, a enviar las manifestaciones y consecuencias perjudiciales del estrés; pero llegará un punto en que este sobre-esfuerzo derive a un agotamiento. Este problema se podría prevenir eliminando o aliviando al máximo todas las demandas estresantes que sean irrelevantes en el proceso de preparación para el máximo rendimiento, y compensando los períodos de sobre-esfuerzo con otros en los que las situaciones estresantes estén ausentes.


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lunes, 19 de septiembre de 2011

SOBREVIVIR A UN ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO

SOBREVIVIR A UN ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO
por Mª José González. Licenciada en Psicología

Los ataques terroristas del pasado 11 de Septiembre contra los Estados Unidos son aquel tipo de acontecimientos que jamás pensábamos que podrían suceder. Nunca hasta entonces el terrorismo parecía amenazar de forma tan importante a la totalidad de la sociedad occidental. Países en los que apenas conocían en sus carnes el dolor de los atentados violentos se encuentran en la actualidad amenazados por la sombra del terrorismo. Acontecimientos como estos han sembrando de sentimientos de miedo y desamparo a los ciudadanos de todo el mundo occidental, quizás porque este tipo de acciones violentas son al azar y, generalmente, sus víctimas son ciudadanos indefensos.

Ante los actos terroristas, o ante cualquier acto violento o catastrófico, las personas generalmente buscan una forma de hacer frente al trauma y a la tensión que le sobreviene. Se intenta hacer frente a unos actos que escapan de la comprensión racional y esto puede hacer que se produzca un encadenamiento de sentimientos que culminen en sensaciones de un profundo dolor, vulnerabilidad y miedo, unido a sentimientos de desconfianza y odio hacia aquellos grupos que guardan relación con sus agresores.

Con estos últimos acontecimientos se ha aumentado en ciertos grupos de nuestra sociedad el nivel del sentimiento de xenofobia y desconfianza, extrapolándola a grupos étnicos que ni siquiera tienen que ver con el fundamentalismo islámico, lo cual puede hacer que se produzca un peligro social y psicológico nefasto para la convivencia en un mundo que, inexorablemente, se dirige hacia el mestizaje.

Este tipo de desastres suelen ser inesperados, repentinos y abrumadores. En ocasiones, las víctimas no presentan muestras visibles de lesiones físicas, pero sí daños psicológicos considerables que pueden provocar reacciones emocionales muy fuertes. Estas respuestas son normales y el entender estos acontecimientos anormales pueden ayudar a la víctima a afrontar con éxito sus sensaciones, pensamientos, y comportamientos, lo cual le ayudará en su camino hacia la recuperación.

A consecuencia de esos desafortunados acontecimientos se ha oído hablar, con más asiduidad que de costumbre, del trastorno por estrés postraumático (TEPT), un trastorno que para diagnosticarlo es necesario que se cumplan, según el manual diagnóstico DSM-IV, una serie de características: "la aparición de síntomas característicos que sigue a la exposición a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático, y donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física; el individuo es testimonio de un acontecimiento donde se producen muertes, heridos, o existe una amenaza para la vida de otras personas; o bien el individuo conoce a través de un familiar o cualquier otra persona cercana acontecimientos que implican muertes inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas graves".

Una vez que han experimentado o han sido testigo de una catástrofe de cualquier tipo, los afectados pueden entrar en un estado de reacción aguda de tensión. Siguiendo el DSM-IV, para diagnosticar un trastorno por estrés postraumático, también es necesario que el acontecimiento traumático sea reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas y que se prolonguen durante más de un mes:

Temor, desesperanza y horrores intensos (o en los niños, un comportamiento desestructurado o agitado)

Recuerdos recurrentes e intrusivos que pueden incluir imágenes, pensamientos o percepciones.

Sueños recurrentes sobre el acontecimiento.

La persona actúa o siente que está reviviendo la experiencia traumática.

Malestar psicológico intenso y respuestas fisiológicas cuando se expone a estímulos externos o internos que simbolicen o recuerden ese acontecimiento.



También es preciso que se produzca una evitación persistente de los estímulos asociados al trauma, así como el embotamiento de la actividad general normal del individuo, lo cual se confirmaría si se cumplieran tres o más de los siguientes síntomas, siempre que persistan durante más de un mes:

Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso.

Esfuerzos para evitar situaciones, actividades, lugares o personas que recuerden el suceso.

Incapacidad de recordar un aspecto importante del trauma.

Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.

Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.

Restricción de la vida afectiva.

Sensación de un futuro limitado.



Siempre siguiendo los criterios del DSM-IV, también es preciso que se produzcan síntomas persistentes de aumento de la activación habitual (arousal), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas y que deben prolongarse durante más de un mes:

Dificultad para conciliar o mantener el sueño.

Irritabilidad o ataques de ira.

Dificultades de concentración.

Hipervigilancia

Respuestas exageradas de sobresalto.



El último de los criterios que deben cumplirse para hacer el diagnóstico de Trastorno por estrés postraumático es que estas alteraciones deben provocar un malestar clínico significativo o un deterioro social, laboral o de cualquier otra área importante de la actividad de la víctima.

También cabe distinguir si los síntomas duran menos de 3 meses (agudo) o si duran más (crónico), así como si es de inicio demorado (entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado por lo menos 6 meses.

Las personas que viven una de estas circunstancias directamente experimentan un trauma, pero no son los únicos. Tal y como se mencionaba anteriormente, además de los supervivientes, también lo pueden experimentar las personas que han sido testigos de los hechos, las que han podido serlo pero que, por cualquier motivo, no lo han sido, así como los parientes, amigos y conocidos de las víctimas. Pero no todo el mundo que ha pasado por esta experiencia será candidato a padecer un trastorno de estrés postraumático. Se calcula que alrededor de un 20% de los afectados lo padecerá, aunque los estudios varían entre el 1 y el 14% en la población global y entre el 3 y el 58% en las personas que han sufrido un hecho traumático.

Cuando las personas son víctimas de un desastre u otro acontecimiento traumático, las respuestas típicas inmediatamente posteriores al acontecimiento son el shock y la negación. Este tipo de respuesta actúan como mecanismos de defensa y son reacciones normales. El shock se caracteriza por una alteración repentina, y a menudo intensa, del estado emocional que hace que la persona se pueda sentir atontada, entumecida o deslumbrada. La negación implica el no reconocer que algo terrible ha sucedido, o bien, experimentar de forma minimizada la intensidad real del acontecimiento.

Tras el acontecimiento traumático, y una vez superado el shock inicial, pueden aparecer diversas reacciones. Es importante conocer que no hay un modelo "estándar" de reacción a la tensión extrema que suponen las experiencias traumáticas. Algunas personas responden inmediatamente, mientras que en otras la reacción puede retrasarse y aparecer al cabo de meses e incluso años. Lo mismo sucede con la duración de los efectos nocivos, que pueden desaparecer rápidamente o persistir durante un largo periodo de tiempo.

Las respuestas posteriores al hecho traumático más comunes suelen ser:

Alteraciones físicas: frecuentemente aparecen recuerdos muy vivos sobre el acontecimiento traumático (flashbacks), que pueden surgir sin motivo evidente y que provocan que se reviva la situación, haciendo que se produzcan reacciones físicas bruscas tales como taquicardias o sudoración. Ante la tensión extrema pueden aparecer síntomas físicos tales como dolores de cabeza, náuseas, sensación de opresión en el pecho, ... que pueden requerir atención médica. Si existieran alguna enfermedad previa, puede verse agravada por culpa de esa tensión. También se producen problemas o interrupciones en las pautas de alimentación y/o de sueño.

Alteraciones cognitivas: se produce una sensación de pérdida de control de la situación. Pueden aparecer dificultades en la memoria, la concentración y en la toma de decisiones.

Alteracionnes emocionales: aparecen un entumecimiento emocional, profundos sentimientos de pérdida, soledad, desolación, indefensión, desamparo y miedo hacia todo, así como repugnancia a la hora de expresar sus sensaciones. También aparecen sentimientos de culpabilidad por haber sobrevivido y por no haber hecho algo más para ayudar a otros o para evitarlo.
Además, los aniversarios del acontecimiento (en términos de semanas, meses o años), así como los sonidos, olores, imágenes, ... que la víctima pueda haber asociado con el desastre le pueden servir de recordatorio y hacerle evocar de nuevo y de forma vivida el acontecimiento traumático, provocando un miedo intenso a que se repita de nuevo. Al revivir los hechos se producen sensaciones muy intensas y a veces imprevisibles y, en esos momentos, la víctima suele mostrarse especialmente ansiosa o nerviosa, se vuelve más irritable de lo habitual y su humor puede sufrir vaivenes dramáticos.

Alteraciones conductuales: se produce un aislamiento que puede llegar a paralizar prácticamente el normal funcionamiento cotidiano. Hay una reducción de los contactos interpersonales; la víctima se aparta o evita, en mayor o menor grado, el contacto con sus familiares y amigos, así como sus actividades cotidianas, incluídas aquellas que hacía por placer. También pueden aparecer conductas adictivas (principalmente drogas, alcohol o fármacos), así como conductas de violencia doméstica o autolesivas (suicidio).



Las respuestas pueden tener una duración variable. Algunas personas se sienten fuertes inicialmente y parecen capaces de hacerle frente sin ayuda y es posteriormente cuando se desalientan, pudiendo o no persistir más sus síntomas. Algunos de los factores que influyen en el tiempo necesario para la recuperación son:


-Grado de intensidad de la pérdida: las personas que precisarán más tiempo son aquellas que se hayan visto implicadas en acontecimientos que hayan supuesto la pérdida de una o más vidas o la pérdida de una característica substancial.

Capacidad para hacer frente a situaciones emocionalmente desafiantes: las personas que han superado otras circunstancias difíciles puede resultarles más fácil hacerles frente a este tipo de situaciones.

Situación personal: las personas que ya estuvieran pasando por una situación emocional problemática, tal como problemas de salud o dificultades en sus relaciones familiares, pueden presentar reacciones más intensas y precisar más tiempo para su recuperación.



Algunos consejos para hacer frente al hecho traumático y ayudarle a recuperar su bienestar emocional y el control de su vida:

Intente pensar en su futuro de forma positiva: aunque parezca que la situación y su ánimo no va nunca a mejorar piense que en el futuro volverá a haber cosas positivas a su vida. Eso si, ha de ser realista sobre el tiempo en que tardará en sentirse mejor.

Concédase tiempo: anticipe que esto supone un reto difícil de superar. Viva el duelo e intente ser paciente con los cambios en su estado emocional.

Infórmese sobre este tipo de trastorno y todo lo que implica: conocer las reacciones que se producen, los síntomas secundarios, las respuestas posteriores, ... pueden ayudarle en el proceso de superación de su problema.

Identifique las sensaciones y emociones que experimenta: debe comprender que es la reacción más normal a una situación anormal. Cualquier persona en su misma situación seguro que viviría esas mismas sensaciones.

Comunique su experiencia de cualquier forma, bien sea hablando o escribiendo un diario.

Hable con sus seres queridos sobre sus miedos: comparta con ellos sus sentimientos y sensaciones y haga que ellos compartan los suyos, aunque si ellos también se han visto afectados por la situación traumática puede ser que su disponibilidad sea menor.

Probablemente habrá superado en su vida alguna otra adversidad, aunque no haya sido tan traumática: recuerde que fue lo que hizo en esa situación para superar su miedo y la sensación de desamparo.

Solicite ayuda a un profesional: compartir sus sentimientos sea a través de una terapia individual, grupal, o con un grupo de auto-ayuda pueden serle útiles para superar su trauma.

Infórmese si existe grupos de ayuda locales dirigidos a colectivos que hayan sufrido su misma situación y que estén conducidos por profesionales entrenados y experimentados en el tema. Es bastante habitual encontrar grupos para víctimas de violación, de malos tratos, de terrorismo y de desastres naturales. Estos grupos pueden ser especialmente aconsejable para aquellas personas que dispongan de unos contactos sociales y/o familiares limitados. La discusión en grupo permite ver como otros individuos en las mismas circunstancias tienen a menudo emociones y reacciones similares, así como personas que lo experimentaron con anterioridad y que, a través de su conocimiento y experiencia de lo que es sobrevivir y hacer frente a la desgracia y al hecho de haber sobrevivido, pueden ser un recurso muy valioso a la hora de ofrecer ayuda y apoyo a otras personas que pasan por ese trance.

Esfuércese en mantener su rutina habitual: no deje de hacer aquellas actividades que realizaba cotidiánamente. Continúe también haciendo aquellas cosas con las que antes disfrutaba y no deje que cosas que no puede evitar o controlar provoquen que no pueda vivir su vida tan feliz y plenamente como lo hacía con anterioridad.

Engánchese a comportamientos sanos: evite el alcohol y las drogas. Comer de forma equilibrada, dormir las horas adecuadas, practicar algún deporte y/o practicar alguna técnica de relajación, permiten que aumente su capacidad de hacer frente a la tensión excesiva.

Evite en lo posible tomar decisiones importantes, ya que este tipo de situaciones suelen ser agotadoras emocionalmente.

Confíe, si es el caso, en que las autoridades competentes investigarán y hallarán las causas, o a los culpables, que provocaron esa catástrofe o hecho traumático para evitar que se vuelva a repetir en un futuro.



Mi mensaje para todas aquellas personas que estén sufriendo un trastorno de este tipo es que están experimentando reacciones normales a un acontecimiento anormal y que estas reacciones se desvanecerán pasado un cierto tiempo. Si explica a los demás lo que piensa y siente podrá recibir la ayuda que le ofrezcan y, una vez que empiece a hablar de sus experiencias, comenzará el proceso psicológico curativo. En ocasiones, los familiares, amigos, vecinos o miembros de su comunidad religiosa pueden proporcionar ayuda y apoyo, pero si el trauma es muy severo se deberá dejar en manos de un profesional de la salud mental.

En muchas ocasiones la víctima requiere únicamente un tratamiento mínimo, en el cual se exploran los pensamientos, sentimientos, sensaciones y en donde aprenden en qué forma la mente y el cuerpo reaccionan ante una situación límite, así como la forma de hacerle frente con eficacia.

Si usted se siente angustiado por algún acontecimiento traumático vivido no dude en buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Existen muchos problemas asociados a este tipo de trastorno y, para superarlos, existen psicólogos y otros profesionales de la salud mental entrenados especialmente para ayudarle a hacer frente a sus sensaciones, a tomar medidas positivas para que maneje positivamente sus sentimientos y conductas y reducir de esta forma el tiempo necesario para la recuperación de su estado habitual.



Mª José González
Licenciada en Psicología
mjgonzalez@psicocentro.com