LA MENTE DEL VIOLENTO
por Alejandro Toledo Alcalde. Licenciado en Psicología
por Alejandro Toledo Alcalde. Licenciado en Psicología
"Un joven es juzgado por provocar un incendio que terminó con la vida de 5 mujeres y niñas de origen turco mientras dormían. El joven integrante de un grupo neonazi trató de disculpar su conducta aludiendo inestabilidad laboral, problemas con el alcohol y a su creencia de que los culpables de su mala fortuna eran los extranjeros... termina el alegato diciendo me arrepentiré toda mi vida por lo que hice...”.
¿Le viene a la mente alguna situación similar? Pues sí, estas historias se repiten a diario en todo el mundo de una u otra forma, nos abofetean, nos desgarra el corazón, nos gritan a la cara que muchas veces somos menos humanos de lo que pensamos y que hasta los animales tienen más respeto por su especie que nosotros.
Las diversas investigaciones científicas nos dicen que tenemos dos mentes: una que siente y otra que piensa. Hagamos un breve comentario de ambas, empecemos por la que siente; en nuestro cerebro existe un órgano que parece una nuez se le llama amígdala, es el primero que recibe la información que captan nuestros sentidos, ha almacenado durante toda nuestra vida información emocional (sobre todo miedos y rabia) y relaciona automáticamente lo que nuestros sentidos perciben con la información que tiene almacenada. Como se caracteriza por ser irracional envía mensajes a nuestro cuerpo para que se prepare a actuar sin pensar.
Por ejemplo con relación al miedo, “un sujeto pasa por una calle oscura, mira a lo lejos una sombra que se mueve, automáticamente la información llega a la amígdala y esta ordena al cuerpo que los músculos se pongan rígidos preparados para huir o defenderse, palidece el rostro, suda todo el cuerpo y otras manifestaciones, como la aceleración del corazón; todo esto porque en sus recuerdos emocionales hay una experiencia (aún no resuelta) de hace algunos años que sufrió un atraco en un lugar similar...”
Pero todo no queda allí la información también va a otra parte de nuestro cerebro (aunque tarda un poco mas) que esta ubicada en nuestra frente, denominada prefrontal, aquí se procesan las reflexiones, ideas, valores, pensamientos racionales aunque también irracionales. Entonces cuando el sujeto esta paralizado de miedo la información que la amígdala la ha interpretado como una amenaza, el prefrontal lo analiza y racionaliza luego concluye que en este caso, se trata de la sombra de un árbol que se mueve por el viento y le envía al cuerpo el mensaje “tranquilo, no hay peligro...”o “huye hay peligro”.
En teoría esta es la forma natural para la que está preparada nuestro cerebro a reaccionar ante las situaciones adversas, pero como nos muestra la realidad no siempre es así. ¿Por qué actuamos impulsivamente o no nos controlamos cuando deberíamos de hacerlo y terminamos haciendo daño a otra persona con actos o palabras violentas?
Primero : Como hemos dicho las emociones se procesan inteligentemente por el órgano prefrontal que almacena las ideas que adquirimos, pero estas ideas también pueden ser equivocadas o irracionales como “ las personas que son diferentes tienen menos valor, algunos tienen menos derechos que otros” etc... Estas ideas con seguridad le harán actuar de forma racista o sexista, en un momento dado, con más o menos violencia, dependiendo del momento.
Segundo: El maltrato infantil puede causar daño en la relación entre los dos órganos mencionados que controlan las emociones y la razón, hasta atrofiarla, creando así futuros maltratadores, ya que les será muy difícil controlar sus emociones que emanan de sus recuerdos y es posible que reaccionen violentamente como lo hicieron con él o ella, ante situaciones o personas similares a las que vivió cuando niño.
Tercero : El alcohol y las drogas esta presente en mas del 50% de la violencia cotidiana en el mundo.
Citemos por ejemplo la droga que está de moda (el éxtasis), los jóvenes desconocen que el consumo habitual genera que el cerebro produzca cada vez menos una hormona que cumple la función de calmar el sistema nervioso, ya que estas pastillas al ser un excitante, inhiben la producción de la otra, generando con el tiempo una deformación en las neuronas y un constante riesgo de descontrol emocional, con sus consecuencias.
En conclusión: El cerebro humano a evolucionado para actuar armónicamente entre lo racional y lo emotivo. El asunto radica cuando por alguna razón (creencias, exceso de drogas, alcohol, experiencias traumáticas, etc.) la persona no controla sus emociones y se produce un “secuestro de la razón” y un desborde emocional que puede llevar al sujeto a cometer acciones violentas.
Existe un consenso en que una de las alternativas para paliar esta situación es fortalecer la formación de creencias y valores racionales a través de la educación en todos los niveles desde la familia hasta la sociedad en su conjunto.
Por último, habrán personas que necesiten apoyo psicoterapéutico para solucionar conflictos emocionales mas serios, que la sola educación no será suficiente.
Lecturas recomendadas:
George Ricarte, “Consumo drogas, efectos en el cerebro y violencia”,
Jose Sanmartin, “Emoción Razón y violencia”,
Daniel Coleman, “Inteligencia Emocional”.
Alejandro Antonio TOLEDO ALCALDE
Licenciado en Psicología
atoledoalcalde@hotmail.com
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