domingo, 29 de junio de 2008

Fobias específicas

DEFINICIÓN

Las fobias concretas son aquéllas en las que, ante un objeto, situación o actividad se da una intensa sensación de ansiedad, provocando la total evitación.

CLASIFICACIÓN

Se clasifican en fobias a animales (arañas, serpientes, perros, ...), al ambiente natural (tormentas, altura, agua, ...), a la sangre/inyección/daño, a situaciones (viajar en avión, ascensor, conducción), y de otro tipo.

CAUSAS

Los miedos a objetos o situaciones concretas son muy frecuentes, tanto en niños como en adultos. La mayoría son transitorios y no alteran, al menos de forma importante, el funcionamiento diario de la persona. Pero algunos casos son de suficiente intensidad como para interferir en el desarrollo del sujeto, y es en estos casos cuando estos miedos se denominan fobias.

En estas fobias, el miedo no suele ser tanto al objeto o situación en sí misma, sino sobretodo a las consecuencias negativas que pueda tener el contacto con ese objeto, o el hallarse en esa situación. Así el miedo se dará a la mordedura en caso de fobia a las arañas, a los accidentes en una fobia a conducir, a la asfixia en una claustrofobia, ...

El sujeto evita o escapa de la exposición al estímulo (objeto, situación o actividad) fotógeno y, si no lo consigue, muestras inmediatamente una intensa reacción de ansiedad. Reconoce la irracionalidad del miedo, pero evita el objeto o la situación, o la soporta con intenso malestar.

Estos sujetos experimentan ansiedad solo con pensar en la posibilidad de confrontación con el estímulo fóbico. Cuando están en la situación temida, o la anticipan, experimentan profundo malestar e inquietud, a la vez que pueden aparecer síntomas somáticos: rubor facial, sudores, palpitaciones, temblor, tensión muscular, sensación de vacío en el estómago, boca seca, escalofríos, etc ...

Las fobias se corrigen con éxito en consulta, a través de diferentes técnicas.


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Hipocondría

Hipocondría

DEFINICIÓN

La hipocondría es la preocupación por las funciones corporales con miedo a padecer una enfermedad grave. Se basa en una interpretación errónea de los síntomas físicos.

SÍNTOMAS

Los síntomas físicos que pueden ser malinterpretados consisten en hinchazón abdominal, molestias abdominales en forma de calambres, conciencia del latido cardíaco y sudación. El paciente describe la localización, calidad y duración de los síntomas con minuciosidad detallada, pero estos no siguen un patrón achacable ninguna disfunción orgánica y generalmente no se asocian a ningún hallazgo físico anormal. Ni la exploración médica ni tranquilizar al paciente logran aliviar sus temores, y este tiende a creer que el médico ha fallado a la hora de encontrar las causas reales de sus males. Los síntomas afectan negativamente al funcionamiento social y laboral del paciente, causándole molestias importantes.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico, que viene sugerido por la historia y la exploración, se confirma cuando los síntomas persisten durante 6 meses, sin ser atribuibles a otros trastornos como la depresión.

PRONÓSTICO

La evolución del proceso es crónica, con fluctuaciones en unos casos y más estabilidad en otros; alrededor del 5% de los pacientes logran una recuperación permanente. El pronóstico en una depresión suele ser malo cuando esta surge en combinación con síntomas de hipocondría.

TRATAMIENTO

El tratamiento es difícil porque el paciente está convencido de que le ocurre algo grave; no obstante, establecer con un médico atento una relación de confianza puede ser beneficioso, especial mente si se planifican visitas regulares para tranquilizar al paciente. Si aún así los síntomas no se alivian lo suficiente, pueden solicitarse evaluación y tratamiento por un psiquiatra o psicólogo, a la vez que el médico continúa atendiendo al paciente.

Logopedia. Tratamiento

Logopedia. Tratamiento



TRATAMIENTO

Aunque el tratamiento está en función del tipo de disfonía, los pasos fundamentales suelen ser:

1. Relajación: total o parcial. Se pueden utilizar diferentes técnicas.

a) Total: trabajando el cuerpo entero y favoreciendo también la relajación a nivel mental.
b) Parcial: trabajando por separado cada parte del cuerpo o la zona que veamos está más contraída y afecta a la producción de la voz.

Para la relajación, especialmente de la zona de los hombros, cuello, laringe y cara, se suele utilizar el masaje.
De todas formas hay que tener en cuenta que en las disfonías producidas por una relajación de los músculos de la laringe no se trabaja la relajación ya que agravaría el problema.

2. Respiración

Es una de las fases más importantes en el tratamiento ya que suele ser la causa o uno de los aspectos que más influyen en las disfonías.
Se comienza a trabajar con el paciente tumbado para posteriormente pasar a la posición de sentado y finalmente de pie.
El tipo de respiración que se intenta conseguir es la costo-diagragmática ya que es la que permite una mayor inspiración e espiración de aire y aumenta la capacidad pulmonar del paciente.
En esta fase del tratamiento también se suelen introducir ejercicios fonatorios durante la espiración.

3. Ejercitación muscular: del sistema bucofonatorio y musculatura asociada
En esta fase trabajamos mediante ejercicios y masajes los músculos de hombros, cuello y cara.
Estos ejercicios son una especie de "gimnasia" en la que, por ejemplo, el paciente debe mover el cuello hacia derecha-izquierda, girarlo... o abrir-cerrar la boca exageradamente, colocar la lengua en una determinada posición, etc.
4. Impostación vocal

Es la última fase del tratamiento y la culminación de este. En ella se enseña al paciente a fonar (producir voz, hablar) correctamente coordinado la respiración y los movimientos de la boca, cuello,... necesarios evitando la contracción de los músculos innecesarios y la realización de pautas incorrectas que son las que llevaron a la disfonía.
Se enseña al paciente a escuchar su voz y emitirla en el tono e intensidad más óptimos para él.

Pero lo más importante del tratamiento es enseñar al paciente a vigilar y controlar su higiene vocal y los malos hábitos ya que suelen ser la causa principal de las disfonías y si no los eliminamos el tratamiento será inefectivo.


PREVENCIÓN

Se puede enfocar desde la evitación y/o eliminación de:

Agentes externos: tabaco, alcohol, gases nocivos (lacas, tintes,...), comidas y bebidas fuertes o demasiado calientes o frías, determinados medicamentos, ambientes muy calientes o fríos, cambios bruscos de temperatura, ambientes ruidosos que obligan a forzar la voz, situaciones de estrés...

Hábitos incorrectos:

respirar por la boca
hablar más alto o en un tono inadecuado,
"carraspear" o toser frecuentemente,
forzar la voz cuando ésta no está bien
chillar, gritar frecuentemente,...
hablar susurrando
hablar mientras se realiza un esfuerzo físico importante (ej. Levantar o moverse con algo de peso)
La mayoría de estos hábitos pueden corregirse o modificarse para que, si se dan, el perjuicio para la laringe sea el menor posible.

Hábitos correctos:

mantener una buena hidratación de las cuerdas bebiendo agua, haciendo gárgaras, tomando vahos,...
en personas que necesiten hablar mucho por su profesión tener periodos de descanso y no forzar la voz
postura corporal correcta
alimentación correcta
dormir 8 horas mínimas diarias
relajación
Lo más importante es que el paciente se dé cuenta de cómo habla y qué pautas sigue para hacerlo para así intentar evitar o corregir aquellas que no realice correctamente.
De la misma forma se debe concienciar a la población de la importancia de su voz y de la incorporación a su vida diaria de una serie de hábitos para cuidarla y mejorarla.

Morderse las uñas

Morderse las uñas

OTROS NOMBRES

Uñas mordidas.
Onicofagia.
DEFINICIÓN

El morderse las uñas es un mal hábito que tienen más de un 30 % de los adolescentes y algo más del 5% de los adultos que consiste en la costumbre de mordisquear, desgastar o comer las uñas con los dientes de forma habitual.

CAUSAS

El morderse las uñas es un síntoma de situaciones de estrés o ansiedad por diversas situaciones y por ello en la adolescencia suele tener su punto culminante. Al ser un acto reflejo, no es consciente y por ello es difícil de sustraerse a esta hábito ante diversas situaciones de ansiedad, produciendo el astillamiento y adelgazamiento de las uñas con un problema de estética evidente y a veces con lesiones infecciosas en los labios (verrugas, herpes, etc...), presencia de heridas y levantamiento de la piel periungueal en forma de padrastros que duelen y se infectan.

Las consecuencias, además de las infecciones, son estéticas en las manos, los labios y a veces en los dientes que se pueden ver alterados en su forma.

TRATAMIENTO

De forma doméstica se intenta poner tiritas en los dedos para impedir el acceso de los dientes a las uñas, o aplicarse esmalte de uñas con sabores amargos. Con estos remedios si se consigue concienciar a la persona implicada puede ir mejorando el proceso.

Hoy en día se utilizan métodos odontológicos, que mediante el uso de una placa a nivel de los molares se limita la unión de los dientes incisivos superiores e inferiores y se impide la mordida de la uñas (no se cierra la mordida), lo cual comienza a cambiar el hábito condicionado de ansiedad - morder uñas, ante la imposibilidad de hacerlo.

Este método junto con el tratamiento del estrés y/o ansiedad, inclusive profesionalmente (psicólogo) consigue solucionar la mayor parte de los casos.

No es un tratamiento largo ya que en 4 a 6 semanas el tema puede estar resuelto si luego se mantiene un apoyo en el comportamiento. A las 12 semanas el aspecto estético de las uñas llega a estar completamente normalizado.

Motivos de consulta en Psicología

Motivos de consulta en Psicología

INFORMACIÓN

Además de que sea indicado por un profesional de la Salud, o del ámbito educativo-social, la indicación de acudir a consultar con un profesional de la Psicoterapia se basa en la propia percepción de síntomas o malestar, sin que muchas veces sea evidente la causa que los motivan, como son:

la persistente sensación de malestar,
insatisfacción inmotivada,
problemas de comportamiento o adaptación,
fatiga o tristeza crónicas,
peso o pautas de alimentación inadecuadas,
dificultad prolongada de conciliar el sueño,
insatisfacción sexual,
necesidad de estimulantes o traquilizantes,
tensión en las relaciones,
sentimientos de soledad,
conflictos de pareja,
incomunicación o violencia familiar,
fracaso escolar,
cronificación de enfermedades físicas,
problemas con la bebida,
miedo inmotivado,
consumo de drogas,
...
Es motivo de consulta también cualquier otra condición de vida o experiencia caracterizada por el sufrimiento personal.
Un psicoterapeuta nos es de gran ayuda en momentos de conflicto, de necesidad de hacer un alto en el camino, de toma de decisiones trascendentales.

Como hemos dicho, muchas veces el problema es totalmente desconocido por el sujeto, que solo es consciente de los síntomas. En estos casos el psicólogo nos ayudará a descubrirlo o a concretarlo ya que es muy habitual que los problemas sean realmente expresiones de otros más profundos.