Relajación
Siéntate o estírate en una postura cómoda, con ropa que no te apriete.
No realices la relajación durante las dos horas siguientes a una comida, ya que los procesos digestivos interfieren en la respuesta relajante.
Cierra los ojos.
Para inducir la respuesta de relajación escoge una palabra o sonido que te guste, puede ser “mmm…”.
Relaja todos los músculos del cuerpo dejándolos "sueltos". Siéntate en una posición cómoda, apoyando la espalda.
Siente cómo los brazos y las piernas te pesan mucho. Continúa lenta y progresivamente esta sensación de pesadez con el resto del cuerpo: las manos, el abdomen, los músculos de la cara. Apoya relajadamente la espalda sobre la superficie del sillón. Mantente relajado.
Respira con naturalidad, no profundamente y toma conciencia de tu respiración.
Al principio no se suele conseguir un nivel de relajación profunda, no te preocupes, con la práctica te relajarás sin esfuerzo. Mantén una actitud pasiva y deja que la relajación se presente según su propio ritmo. Si aparecen pensamientos perturbadores, intenta ignorarlos y déjalos pasar no ocupándote de ellos y volviendo a repetir "mmm…".
Continua así, repitiendo tranquilamente en cada expiración “mmm…” durante diez a veinte minutos. Al terminar, permanece sentado durante algunos minutos más, primero con los ojos cerrados y después abiertos. No te levantes hasta que hayan pasado algunos minutos.
Siéntate o estírate en una postura cómoda, con ropa que no te apriete.
No realices la relajación durante las dos horas siguientes a una comida, ya que los procesos digestivos interfieren en la respuesta relajante.
Cierra los ojos.
Para inducir la respuesta de relajación escoge una palabra o sonido que te guste, puede ser “mmm…”.
Relaja todos los músculos del cuerpo dejándolos "sueltos". Siéntate en una posición cómoda, apoyando la espalda.
Siente cómo los brazos y las piernas te pesan mucho. Continúa lenta y progresivamente esta sensación de pesadez con el resto del cuerpo: las manos, el abdomen, los músculos de la cara. Apoya relajadamente la espalda sobre la superficie del sillón. Mantente relajado.
Respira con naturalidad, no profundamente y toma conciencia de tu respiración.
Al principio no se suele conseguir un nivel de relajación profunda, no te preocupes, con la práctica te relajarás sin esfuerzo. Mantén una actitud pasiva y deja que la relajación se presente según su propio ritmo. Si aparecen pensamientos perturbadores, intenta ignorarlos y déjalos pasar no ocupándote de ellos y volviendo a repetir "mmm…".
Continua así, repitiendo tranquilamente en cada expiración “mmm…” durante diez a veinte minutos. Al terminar, permanece sentado durante algunos minutos más, primero con los ojos cerrados y después abiertos. No te levantes hasta que hayan pasado algunos minutos.
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