domingo, 24 de mayo de 2009

LA CONVERSIÓN PSICOSOMÁTICA DE LA AGRESIVIDAD

LA CONVERSIÓN PSICOSOMÁTICA DE LA AGRESIVIDAD

Las pulsiones y los sentimientos agresivos se acostumbran a expresar en nuestra sociedad por medio de actividades como el trabajo, deportes, sexualmente, juegos, etc., o de forma imaginaria como son los sueños, por medio de los mecanismos de defensa como la proyección en espectáculos violentos (vemos por ejemplo la violencia que se despierta en un campo de fútbol), o en el cine en películas duras, etc.

Pero en muchas ocasiones estas sustituciones de la expresión de las pulsiones en forma de brusca agresividad, no son suficientes para neutralizar las frustraciones acumuladas, y entonces puede quedarse en el interior y descargarse directamente en el organismo, sin pasar por las modulación de las fantasías del inconsciente, y de este modo puede producir en el cuerpo una respuesta de un síntoma funcional u orgánico.

Mecanismo de conversión de una emoción cotidiana en patológica

Comprenderemos de forma esquemática esta conversión, para diferenciar una emoción trivial y cotidiana de una patológica. Para ello veremos qué ocurre el los aparatos digestivo y cardiovascular.

· Comenzamos por el grado más ligero de afectación somática, que serían las emociones más triviales:

Por ejemplo, en el aparato digestivo vemos que se expresa con la anorexia, la bulimia, la “bola esofágica”, nauseas, vómitos, diarreas, etc.

En el aparato cardiovascular se expresa con taquicardias, palpitaciones, modificaciones al alza o a la baja de la presión arterial, etc. Es sabido que la cólera se expresa directamente por trastornos del aparato circulatorio.

· Pasamos a un grado más profundo de afectación somática con trastornos funcionales que son respuestas más elaboradas del organismo.

En el aparato digestivo la anorexia es más duradera, así como las nauseas o vómitos que se presentan y se asocian a situaciones mal toleradas, un ejemplo podría ser la obesidad. A nivel del colon las manifestaciones con colitis espasmódicas son frecuentes.

En el aparato cardiovascular se dan síntomas más graves, como los dolores precondiales, las lipotimias, los desvanecimientos, las falsas anginas de pecho, etc. Los pacientes que padecen estos trastornos con clasificados como distonía vegetativa o trastornos vagosimpáticos.

· Finalmente, si el rechazo emocional prosigue, se puede llegar a síndromes lesionales, clasificados como enfermedad psicosomática. En el modelo biológico se expresaría diciendo que la cantidad de energía perturbadora, que se da según su intensidad y duración, es demasiado alta para la posibilidad de restauración del organismo, por lo que la célula entraría en un estado patológico, que agravándose podría incluso perder su estructura y morir.

En esta clasificación de enfermedad psicosomática es cuando la reacción agresiva pasa directamente al órgano, en lugar de permanecer en el cuerpo psíquico bajo la forma de fantasías de agresividad o mecanismos de defensa del inconsciente.

En el aparato digestivo han sido estudiados dos grandes síntomas psicosomáticos: la úlcera gastroduodenal y la rectocolitis hemorrágica.

A nivel del aparato cardiovascular se dan los infartos de miocardio y la hipertensión arterial crónica especialmente. Pero todos los otros aparatos pueden ser objeto de trastornos, como el aparato respiratorio con las crisis de asma psicosomática.

A nivel de piel son las reacciones vasomotrices: palidez, sonrojo, y todas las manifestaciones alérgicas.

En dermatología M Bolgert (1972) declaró a propósito de la psoriasis “el interrogatorio de los enfermos permite encontrar con una gran frecuencia agresiones o frustraciones psicológicas de diversa naturaleza en el origen de los abcesos”.

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