domingo, 24 de mayo de 2009

ANOREXIA DEL ADOLESCENTE

ANOREXIA DEL ADOLESCENTE

Aquí ya nos diferenciamos de la anorexia del bebé, pues los fines son totalmente distintos, mientras que en el bebé es una conducta de oposición, en el adolescente el fin es exclusivamente para rebajar de peso, el adolescente emprende una lucha contra el hambre, una lucha que nunca termina de ganar ya que su imagen va a ser la de una persona obesa, aunque este muy por debajo de su peso, pero esto no es suficiente, inclusive se ayuda con exigentes actividades físicas, se induce vómitos, utiliza laxantes y calcula con extrema precisión las calorías de cada comida, etc.

ANOREXIA MENTAL DEL BEBE

ANOREXIA MENTAL DEL BEBE

Es más que habitual que las madres consulten con su pediatra por la dificultad que tienen para darle de comer al bebé, le explican al médico todas las ingeniosas maniobras que utilizan para conseguir que sus niños se alimenten (desde juegos o disimularle la comida etc.,) y aún así los niños se niegan a comer.... e incluso a veces vomitan lo poco que han comido. Lo primero a verificar sería la vivacidad, el estado de ánimo, la fuerza del niño, que en el caso de la anorexia del bebé, estos aspectos se encuentran intactos.

¿Que es lo que se juega aquí entre el niño y la madre?

Nos encontramos sencillamente ante una actitud de forzamiento por parte de la madre y otra actitud de oposición o rechazo por parte del niño. Es fundamental comprender en que medida no se le permite al niño desear, es decir si todas las veces le damos la cucharada de comida antes que el niño abra la boca para pedirla, le estamos anulando su deseo, (ya tiene lo que necesita sin siquiera saber que lo necesitaba,.....) y en cuanto al deseo destacamos que es el motor de nuestra vida, lo que nos hace investigar, trabajar y nos brinda motivos para vivir; vivir sin deseo es vivir desahuciado.

Probablemente la anorexia del bebé se puede dar a partir del quinto al séptimo mes periodo en que las madres les comienzan a dar alimentos sólidos y los niños aún no están preparados, lo que los lleva a una interminable disputa entre ellos de rechazo y forzamiento.

Esta anorexia puede desaparecer si se logra cambiar la presión que se ejerce sobre el niño, tanto al alimentarlo como en cualquier otra actividad, como también una profunda comprensión de la situación por parte de la madre, esto incluye poder separarse un poco en la relación con su hijo y no tomarlo como algo personal en contra de ella, es decir, entender que el niño puede tener la posibilidad de decir no.

R. Debré hace la diferencia entre el hambre y el apetito; el hambre es la necesidad fisiológica, mientras que el apetito es lo psicológico, eso implica que una persona puede tener hambre y no querer comer, por ej. el que hace una huelga de hambre, a eso le llama anorexia de oposición, mientras que la desaparición del hambre es una enfermedad orgánica.

CEFALEAS FUNCIONALES - en niños y bebes

CEFALEAS FUNCIONALES

Son aquellos dolores que no responden a una causa orgánica. Se detectan tres períodos: Los comienzos de la escuela primaria, los de la secundaria y el fin de la pubertad.

Hay veces que los dolores de cabeza obedecen a una presión considerable que ejercen los padres del niño ante las expectativas escolares que depositan en él, que son continuaciones de otras exigencias instauradas en épocas más tempranas, como ser la alimentación, la limpieza, etc. hasta que comienza el período escolar. Es muy frecuente que estos dolores cedan cuando disminuyen las exigencias sobre los niños y pueden crearse espacios de ocio y distracción sin presiones. El inconveniente surge cuando sus padres no pueden tolerar estos espacios de los niños y los sobrecargan de actividades, e incluso a veces ni los mismos niños pueden tolerarse esos espacios de ocio que los llevan a sentir una culpa considerable.

ESPASMO DE GLOTIS - En niños y bebes

ESPASMO DE GLOTIS

Muchos padres confunden esta enfermedad con una epilepsia, es muy fácil ver en las guardias de los hospitales a padres que ingresan angustiados porque creen que sus hijos padecen de dicha enfermedad.

El espasmo de glotis es una enfermedad que se caracteriza por reacciones de ira, su respiración se torna agitada, llega a la pérdida de conciencia y a desplomarse totalmente en el suelo como producto de una falta de oxígeno en el cerebro, luego de unos segundos, el niño reasume su actividad como si nada hubiera pasado.

Esta enfermedad, se desarrolla generalmente en el segundo año y al igual que en el insomnio, influye la ambivalencia del niño que por un lado busca su autonomía y por otro desea estar protegido por la madre.

El motivo es habitualmente un impulso intenso, displacentero, que busca descargarse: Baja tolerancia ante una frustración, castigos, penitencias, etc..Siempre estos cuadros se dan en presencia de sus padres o de la personas que se encargan de su crianza, es como si se lo dedicaran específicamente a una persona.

Al espasmo de glotis lo encontramos bajo dos formas: Una es la forma azul y la otra es la pálida. En la forma azul tenemos a niños rebeldes, que comienzan su crisis como consecuencia de sus ataques de cólera. En la forma pálida, son niños con menor actividad, con cierta inhibición. El motivo que desemboca la crisis es una descarga de emociones ansiosas, de dolor o de angustia, que irrumpen en la vida anímica del niño.

Entonces se podría considerar a éste espasmo como que viene a sacar al niño de ese estado de ansiedad, angustia, frustración etc., descargando esas emociones, que al no estar mediatizadas, encuentran sus vías de descarga a través de la pérdida de la conciencia.

La pérdida de conciencia se considera una vía de escape del sentimiento displacentero y de la realidad. Sería un mal sustituto de una descarga de lo que al niño lo está perturbando.

Generalmente ésta enfermedad preocupa muchísimo a la familia del niño, quien a su vez puede llegar a explotar tal situación, produciendo la culpa de sus progenitores y demás miembros. Lo que sí es real es que con éste espasmo el niño denuncia un conflicto que existe dentro de la familia y también recalcamos que dicha enfermedad es totalmente curable de un día para el otro, en la medida en que se pueda tratar al conflicto que está perturbando al niño.

INSOMNIO - en niños y bebes

INSOMNIO

Para hablar del insomnio debemos definir las características del sueño, ya que el insomnio perturba una fase natural y reparadora como es la del dormir. Averiguaremos cuales son las posibles causas que impiden el dormir. Dentro del sueño distinguimos dos fases: el sueño lento y el sueño paradojal (fase en la cual se sueña). El sueño y la vigilia dependen de dos sistemas antagónicos, que se encuentran en actividad e intercalándose uno con el otro. El niño que sufre de insomnio se debe a una hiperactivación del sistema de despertar, que puede ser como consecuencia de tensiones familiares, o en su relación con el medio.

Aclaramos también que hay diferentes tipos de insomnio según sean las edades del niño: en los seis primeros meses hasta el primer año y luego en la adolescencia.

Cabría aclarar que estamos dando algunas características que se podrían encontrar en cada período mencionado, pero siempre se tendrá en cuenta que cada bebé es único e irrepetible y por ello puede tener más o menos características de las que aquí hacemos mención.

En el insomnio de los primeros seis meses, coincide con el de la primera sonrisa, y esel del primer contacto con el mundo externo , empieza a conocer las cosas que lo rodean, y aquí el se encuentra en un período donde está nervioso, lo que podría provocar molestias en los miembros de la familia.

El sueño del bebé es ligero, frágil, y generalmente se interrumpe ante cualquier tipo de cambio que se produzca en su rutina diaria, ( excitación durante el día, irregularidades, fallas en cuanto a sus necesidades de alimentación, como ser supresión de la leche durante la noche, o al revés darle demasiado alimento cuando no lo necesita,).

También encontramos nuevamente fallas en la relación con la madre, puede que ella esté atravezando períodos de tensión, angustia, impaciencia e inclusive que no pueda tolerar su propia ansiedad, lo que se reflejará indefectiblemente en el niño a través de una manifestación corporal. Kreisler sostiene que en éste tipo de insomnio encontramos a una madre que tiene respuestas marcadas por la inadecuación, la contradicción y la sobrecarga.

En el segundo año, se podría dar el insomnio producido por la excitación que el niño carga durante el día, ya que se le presenta un mundo nuevo por conocer y además posee las herramientas necesarias para explorar e investigarlo. Habitualmente el niño recurre a actividades autoeróticas para dormirse, como también a objetos transicionales y actitudes que repiten hasta dormirse. Estos son hábitos muy comunes en los niños que no deben preocupar a sus padres, ya que de lo contrario el niño se excitaría e irritaría aún más, dificultando su entrada en el sueño. Además hay que tener en cuenta que, estar muy pendiente de todas las actividades del niño estimulará su dependencia hacia los padres, retrasando su autonomía a conquistar.

Algo muy diferente es el ataque de angustia nocturna, Sperling lo asocia a una patología diurna como una fobia, inhibición o problemas de personalidad; según Freud, representa un fracaso del sistema de protección del sueño, ya que el soñar sería el guardián del dormir cumpliendo la función de elaborar las descargas pulsionales no tramitadas durante la vida de vigilia; en cambio los ataques nocturnos serían una descarga brutal, no metabolizada al contrario de lo que se produce en el soñar.

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS EN BEBÉS Y NIÑOS

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS EN BEBÉS Y NIÑOS

INTRODUCCION

Cuando un niño nace, requiere de un conjunto de cuidados especiales por parte de su madre, ya que de ahora en más el medio en el que le toca vivir le resulta hostil, agresivo; el recién nacido posee una fragilidad que lo hace muy vulnerable a virus, bacteria, golpes, etc.

El bebé que antes se encontraba totalmente abrigado, alimentado y protegido dentro del vientre de la madre ahora necesita adaptarse forzosamente a ese nuevo entorno, con la ayuda de ella y es allí donde comienza a incorporar lo que le llega del medio externo. Por esa razón en sus primeros tres meses establece una relación de dependencia casi exclusiva con la madre. Cuando hay fallas en ésta relación, o sea el bebé percibe irregularidades, climas de tensión o sus primeras necesidades no son satisfechas, esto lo puede expresar a través de su cuerpo por medio de enfermedades, que si bien terminan siendo orgánicas, son originadas desde su psiquismo, que se encuentra en estado de gestación. Por eso recalcamos los cuidados de las madres a sus bebés, no solo con respecto a sus necesidades elementales como ser el sueño, la eliminación de sus heces y orina, la respiración y la alimentación, sino a la relación que se establece entre ellos. El bebé percibe la voz y el olor de su madre, como así también las irregularidades, los estados de ánimo, de tensión, el cariño, la paciencia y la dedicación que le brinda la mamá e incluso el bebé sabe cuando y en que medida es deseado por sus padres. De allí surge que cualquier anomalía en ésta relación primaria podría ser nefasta para la futura personalidad del niño. Recordemos que en casos extremos algunos niños recién nacidos y hospitalizados, al no tener contacto con su madre ni con ninguna otra persona, han fallecido a pesar de haber estado bien alimentados, abrigados y dormidos.

Lo que les faltó es que los tocaran, los acariciaran, etc., que les hayan brindado el cariño que comúnmente una madre le entrega a su hijo.

René Spitz habla de tres etapas que son decisivas para el desarrollo de los niños y en las cuales se podría gestar el desarrollo de cualquier patología; estas son la etapa del tercer mes, el período de los seis a ocho meses y la mitad del segundo año.

También se da una ida y vuelta entre la mamá y el bebé, es decir, ella puede descodificar las necesidades y el estado de satisfacción de su hijo, a los que responde con gestos y actitudes instintivas que el niño percibe. Entre ellos se da una comunicación que va más allá de lo verbal; por eso la mamá, tal vez sin saberlo, va constituyendo los primeros rudimentos de la personalidad del niño, ya que si bien el niño nunca va poder recordar estas experiencias, ellas van a formar parte de la "huella mnémica", que son las primeras inscripciones en el psiquismo y que incidirán en el futuro desarrollo del niño.

Muchas madres se ocupan en forma casi exclusiva de los cuidados físicos del bebé, pero no siempre se comprenden los factores psíquicos que pueden ser los que originan diversas enfermedades psicosomáticas, pues como ya dijimos, muchas de ellas derivan de anomalías en las relaciones con el medio, fundamentalmente con su madre; dichas enfermedades se dan como una disfuncionalidad, ejemplo de ello son los cólicos del primer trimestre. Ya en la segunda parte del primer trimestre, hay una importante modificación en la estructura del niño, se da la adquisición de la primera sonrisa y también en éste período encontramos al niño un poco inestable, nervioso, su sueño es más frágil, comienzan los llantos que manifiestan su incomodidad, etc.

Más tarde, en el segundo semestre, observamos que el niño reconoce visualmente a su madre estableciéndose la primera relación de objeto, el niño diferencia a su madre de las demás personas y puede establecer una relación dual con ella. Michelle Fain en su libro " L’ enfant et son corps " nos dice que cuando esto se produce el niño concentra en su madre las dos pulsiones: La libidinal y la agresiva, lo que nos indica que es de esperar que el niño rechace y se enoje con su madre, es natural que se le permita expresar en forma moderada su agresión.

También en éste período se da la angustia de separación y por eso el niño emplea mecanismos defensivos para luchar contra la ansiedad que lo perturba: ( Desarrolla actividades de juego, adopta objetos transicionales que permiten reemplazar momentáneamente a su madre, realiza actividades autoeróticas y también motoras). Es de gran importancia poder tomar la distancia adecuada para el progreso del niño, es decir, facilitarle la separación paulatina de la madre.

Hacia el segundo año, el niño va dando una importancia cada vez mayor al aspecto intelectual, ya que según Piaget adquiere la función simbólica, con el acceso al pensamiento, al lenguaje entrando el pequeño en un nuevo mundo para conocer. Aunque también es el período de los conflictos: el niño se debate entre su independencia-dependencia de la madre, pues allí se dan el sentimiento de omnipotencia más el pensamiento mágico, que el niño todo lo puede, contrastado con esa necesidad de estar protegido por su madre.

En esta etapa, llamada pre-edípica se dan numerosas enfermedades como ser espasmo de glotis, insomnio, cóleras, etc. Aquí queda mucho por investigar, debido a que se están detectando numerosas patologías que sufren los adultos y que provienen de ésta época, que es el preludio de una fase vital para la vida posterior del adulto siendo parte del tránsito por el complejo de Edipo.

Finalmente nos cabe reflexionar sobre todo lo que es Un Bebé, ya que si bien destacamos como fundamental la visita del bebé al pediatra, no menos importante son los cuidados que es recomendable tener en su relación con la madre, porque el bebé estará incorporando en forma permanente lo vivido en dicha relación, recordando que su vulnerabilidad y dependencia los hace sumamente sensibles a cualquier desorden que perciben en su medio.

¿PORQUE UN BEBÉ O NIÑO ENFERMA?

nteriormente hablamos de la vulnerabilidad de los niños y el estado de dependencia con que nacen, esto nos indica que cualquier anormalidad que se produzca en el medio del bebé favorecerá la posibilidad de contraer o desarrollar una enfermedad. Las causas pueden ser múltiples, desde el carácter de la madre, su dedicación al niño, su grado de aceptación del mismo, el trato que le dé, etc. como también de otras circunstancias como ser condiciones adversas de vida de la familia, tensiones en la pareja, nacimiento de un hermano, modificaciones laborales a causa de la crianza del niño, etc.

Si el niño presenta una enfermedad al nacer, según Kriesler habría de investigarse los fenómenos psicológicos que rodearon al nacimiento del niño y que pueden ser generadores de una mala relación inicial con la madre y de problemas posteriores que el niño manifiesta a través de su enfermedad por ej.: después del nacimiento, muchas madres atraviesan un período difícil y se produce un rechazo, muchas veces inconsciente, hacia el bebé y el bebé lo refleja con una enfermedad psicosomática, como ser la obesidad, insomnio etc.

A. Carel destaca como el destino de ésta fase depende de la posibilidad que tenga la madre de elaborar la diferencia existente entre la representación del niño y su percepción real. Esto viene del hecho que toda madre durante su embarazo se plantea la posibilidad del nacimiento de su niño enfermo o deforme y este pensamiento se debe al fantasma de tener sentimientos de ser una mala madre y por ende ser la culpable del nacimiento del niño defectuoso. También sugiere Kriesler que si pensamos a la maternidad como la última fase de la maduración psicosexual de la mujer, se puede comprender que ésta situación está impregnada por todo un pasado actualizado por dicho acontecimiento y a veces cuestionado, si los viejos conflictos están mal elaborados.

Actualmente la función del padre ha cambiado en favor de una participación más activa en los cuidados del niño, aunque en los primeros meses la relación niño- madre es bastante estrecha y luego el padre se va incorporando paulatinamente tratando de interponerse entre la pseudo simbiosis formada por los dos primeros, para darse el triángulo madre - padre - bebé.

Si esto no se produce, se puede dar una relación que favorece la enfermedad psicosomática, reflejando la importancia de un equilibrio en la participación de ambos padres en los cuidados del niño.

Muchos ejemplos nos dan la pauta de la repercusión que tiene el padre en las enfermedades psicosomáticas, ya que es importante el lugar que tenga en esa relación, puede ser el de un padre con excesivos sentimientos maternales, un padre desinteresado, incomprensivo, o que está en constante presión para lograr los supuestos avances de su hijo; también es imprescindible el lugar que la madre le atribuye al padre delante del niño.

Otro aspecto a tener en cuenta son las condiciones sociales actuales: el trabajo de la madre, mayor proximidad del padre, el cuidado del niño confiado a otras personas, separación de la madre, pueden intervenir en la frecuencia y calidad de la patología precoz. Ej. Asma, Insomnio, etc.

EL NACIMIENTO PRECOZ

La vulnerabilidad y dependencia que trae el bebé al nacer, se agravan con los bebés prematuros en donde es necesario intensificar mucho más los cuidados.

Descartando las insuficiencias que se pueden producir en un parto prematuro, se debe tener sumo cuidado con las consecuencias que implican la atención del bebé, ya que por lo general éste debe estar en incubadora durante mucho tiempo, sometido a varios análisis y especialmente privado del contacto de la madre.

El niño pasa de estar en un ambiente protegido, como lo es el seno materno, a un medio mucho más hostil, en donde necesitará aún más del contacto con su madre, de saberse querido, alimentado y cuidado por ella, pero el distanciamiento existente entre ambos (cuando el niño está en la incubadora), dificulta el desarrollo y establecimiento de la ligazón en la relación madre- bebé, hecho que es recomendable elaborar con la madre.

Hoy en día se trata de dar una mayor importancia a éstos aspectos para prevenir las enfermedades secundarias y que podrían llegar a desarrollarse tardíamente como el insomnio, anorexia, problemas de conducta, tics, problemas escolares, etc.

¿CÓMO PODER AFRONTARLO?

Sin duda, para la madre se convierte en un hecho traumático, ya que imprevistamente deja una parte de ella en el hospital, que es nada menos que su hijo, salteando un período tan importante como es el final de su embarazo, donde terminaría de asimilar sus condiciones de madre y se prepararía para éste trascendente hecho. Por el contrario, el parto imprevisto deja a la mujer sola en el hospital con toda clase de fantasías de mal pronóstico. Una situación muy angustiante. Por éste motivo se sugiere a las madres en dicha situación solicitar ayuda psicológica, ya que necesitarían estar contenidas y poder prepararse de la mejor manera para el encuentro con un hijo que es objetivamente difícil.

Para una madre, es muy ventajoso tener un espacio donde pueda volcar sus angustias, miedos, su agresión, e inclusive si siente rechazo por el bebé, que pueden estar disfrazadas de diversas formas; por ende esta situación requiere que estén mejor preparadas para encontrar el equilibrio necesario para establecer un buen contacto con SU HIJO.

ALGUNAS ENFERMEDADES PSICOSOMATICAS INFANTILES

A continuación se detallarán a modo de una breve síntesis, las características más comunes de las enfermedades disfuncionales originadas por el sistema nervioso que repercuten en el soma:

Insomnio

Espasmo de Glotis

Cefaleas Anorexia mental del Bebé

Anorexia mental del adolescente

Bulimia y obesidad Potomanía

Cólicos Asma

LA RELACIÓN DE OBJETO

LA RELACIÓN DE OBJETO

La relación de objeto, explica la forma en que la persona se relaciona con el mundo que lo rodea, que es el resultado complejo de una determinada organización de la personalidad. Desde esta perspectiva, el primer “objeto” para un niño sería la madre o el adulto significativo y la manera cómo se establece el vínculo entre madre e hijo es fundamental para el desarrollo de la personalidad. Spitz, ha hecho un importante aporte, pues investigó a fondo sobre el primer año de vida, estudiando sobre cómo se establece la relación de objeto, a través de observar directamente a lactantes, investigó cómo se desarrolla la díada madre - hijo, cómo evoluciona este vínculo, cuáles son las etapas y las alteraciones originadas en el trastorno de la relación.

Para él, estos cuadros son una respuesta somática del niño a un fallo del medio, a la privación materna. Son las manifestaciones más tempranas de la enfermedad psicosomática, precursora de las enfermedades psicosomáticas posteriores. Que viene a ser la respuesta directa del bebé - quien como sabemos posee un “Yo” muy poco estructurado - a traumas que no puede dominar.

Posteriormente en el proceso de desarrollo infantil que va de la dependencia absoluta a la autonomía relativa. Hay momentos claves o etapas críticas a las que los padres tienen que estar muy atentos con lo que le sucede al niño y especialmente por lo que les sucede internamente a ellos, en especial a la mamá, si ella ha sido el adulto significativo durante los primeros 2 años para el niño.

Pues a los 2 años aproximadamente, con la adquisición de la marcha, se produce un impacto psicológico muy profundo en el niño, ya que ahora es él quien determina dónde ir manejando, según sus deseos y necesidades, su cuerpo en el espacio. Lo que le genera al niño sentimientos de fortaleza.

De acuerdo con cómo viva el niño esta independencia o dependencia y a cómo esta situación sea tomada por la madre, para la Dra. Bekei se producen distintos tipos de relación del niño con la mamá, que pueden determinar, en el caso que no sean vividos en forma adecuada, efectos patológicos diversos.

En su experiencia, en esta etapa la mamá puede fallar reforzando la dependencia excesiva o patológica, lo que lleva a la formación de enfermedades psicosomáticas.

La autora considera que conductas maternas diametralmente opuestas, pueden provocar trastornos idénticos, en esta fase en la que el niño manifiesta conductas de independencia (ya no siguen a los padres a todos lados, empiezan a decir “no”, no aceptan que los dirijan, quieren hacer las cosas solos, etc.) Si la mamá alienta la independencia del niño y no lo acoge cuando el niño se acerca a ella buscando ser reasegurado, puesto que inconscientemente rechaza que se aleje, el miedo del niño por perder definitivamente a la mamá, si se anima a alejarse, paralizará los intentos de éste de independizarse. Y de esta manera, la dependencia excesiva o simbiótica se perpetúa.

Por otra parte, si la mamá pone obstáculos a los intentos de independencia del niño, negando su amor al niño cuando éste se afirma, el niño paraliza su proceso de independización. Frases como “Si sales a la calle, ya no te quiero”; “Si no te portas bien, me voy y te dejo solo”, confunden y angustian gravemente al niño en esta etapa.

Finalmente, se logra un compromiso: para poder conservar el amor de mamá manteniendo la dependencia, y seguir construyendo su proceso de independencia y personalización simultáneamente, el niño tiene que enfermarse, instalándose la enfermedad psicosomática.

Este es un aporte para reflexionar sobre los vínculos y la importancia de los padres y en especial la madre en los primeros años y de cómo podemos apoyar a nuestros hijos y ayudarlos a que crezcan sanos y fuertes en todo sentido.

LA CONVERSIÓN PSICOSOMÁTICA DE LA AGRESIVIDAD

LA CONVERSIÓN PSICOSOMÁTICA DE LA AGRESIVIDAD

Las pulsiones y los sentimientos agresivos se acostumbran a expresar en nuestra sociedad por medio de actividades como el trabajo, deportes, sexualmente, juegos, etc., o de forma imaginaria como son los sueños, por medio de los mecanismos de defensa como la proyección en espectáculos violentos (vemos por ejemplo la violencia que se despierta en un campo de fútbol), o en el cine en películas duras, etc.

Pero en muchas ocasiones estas sustituciones de la expresión de las pulsiones en forma de brusca agresividad, no son suficientes para neutralizar las frustraciones acumuladas, y entonces puede quedarse en el interior y descargarse directamente en el organismo, sin pasar por las modulación de las fantasías del inconsciente, y de este modo puede producir en el cuerpo una respuesta de un síntoma funcional u orgánico.

Mecanismo de conversión de una emoción cotidiana en patológica

Comprenderemos de forma esquemática esta conversión, para diferenciar una emoción trivial y cotidiana de una patológica. Para ello veremos qué ocurre el los aparatos digestivo y cardiovascular.

· Comenzamos por el grado más ligero de afectación somática, que serían las emociones más triviales:

Por ejemplo, en el aparato digestivo vemos que se expresa con la anorexia, la bulimia, la “bola esofágica”, nauseas, vómitos, diarreas, etc.

En el aparato cardiovascular se expresa con taquicardias, palpitaciones, modificaciones al alza o a la baja de la presión arterial, etc. Es sabido que la cólera se expresa directamente por trastornos del aparato circulatorio.

· Pasamos a un grado más profundo de afectación somática con trastornos funcionales que son respuestas más elaboradas del organismo.

En el aparato digestivo la anorexia es más duradera, así como las nauseas o vómitos que se presentan y se asocian a situaciones mal toleradas, un ejemplo podría ser la obesidad. A nivel del colon las manifestaciones con colitis espasmódicas son frecuentes.

En el aparato cardiovascular se dan síntomas más graves, como los dolores precondiales, las lipotimias, los desvanecimientos, las falsas anginas de pecho, etc. Los pacientes que padecen estos trastornos con clasificados como distonía vegetativa o trastornos vagosimpáticos.

· Finalmente, si el rechazo emocional prosigue, se puede llegar a síndromes lesionales, clasificados como enfermedad psicosomática. En el modelo biológico se expresaría diciendo que la cantidad de energía perturbadora, que se da según su intensidad y duración, es demasiado alta para la posibilidad de restauración del organismo, por lo que la célula entraría en un estado patológico, que agravándose podría incluso perder su estructura y morir.

En esta clasificación de enfermedad psicosomática es cuando la reacción agresiva pasa directamente al órgano, en lugar de permanecer en el cuerpo psíquico bajo la forma de fantasías de agresividad o mecanismos de defensa del inconsciente.

En el aparato digestivo han sido estudiados dos grandes síntomas psicosomáticos: la úlcera gastroduodenal y la rectocolitis hemorrágica.

A nivel del aparato cardiovascular se dan los infartos de miocardio y la hipertensión arterial crónica especialmente. Pero todos los otros aparatos pueden ser objeto de trastornos, como el aparato respiratorio con las crisis de asma psicosomática.

A nivel de piel son las reacciones vasomotrices: palidez, sonrojo, y todas las manifestaciones alérgicas.

En dermatología M Bolgert (1972) declaró a propósito de la psoriasis “el interrogatorio de los enfermos permite encontrar con una gran frecuencia agresiones o frustraciones psicológicas de diversa naturaleza en el origen de los abcesos”.

PERSONALIDAD HISTÉRICA

PERSONALIDAD HISTÉRICA

Los expertos afirman que todos los individuos que presentan síntomas clínicos de histeria poseen unos rasgos comunes, que aunque se pueden presentar en otros individuos, son especialmente frecuentes en la neurosis fóbica (llamada también histeria de angustia), la cual presenta gran afinidad con la histeria.

Los rasgos de comportamiento externo más importantes son:

Egocentrismo muy acentuado.
Labilidad emocional, con sentimientos aparentemente intensos, pero volubles y cambiantes fácilmente.
Tendencia al “actino-out”, con escasa o nula previsión de las consecuencias.
Falta de inhibiciones y limitado autocontrol.
Teatralismo, tiende al comportamiento dramático y a cierto tipo de exhibicionismo.
Susceptibilidad ante la sugestión.
Tendencia a la imitación por su elevado nivel de sugestibilidad.
Escaso interés por el estudio y las realizaciones de orden intelectual.
Superficialidad e inconstancia en sus relaciones con los demás.
Aparente actitud de dependencia y necesidad de protección, contradictoriamente combinada con autoritarismo y habilidad para manejar a los otros.
Incapacidad para amar profundamente. En las mujeres histéricas coexiste la frigidez con la coquetería, en incluso en ocasiones con la promiscuidad sexual.
Los rasgos y mecanismos profundos de la personalidad

1. Represión primaria y masiva.

2. Capacidad para la conversión de los problemas psiquicos en fenómenos somáticos, realizando un verdadero “lenguaje de los órganos”.

3. Fuerte tendencia a la regresión.

4. Facilidad para la disociación.

5. Utilización de abundantes mecanismos de defensa primitivos, como la negación, simbolización, ideación y formación reactiva.

6. Escasa capacidad para la formación de sublimaciones.

Etiología

La teoría psicoanalítica presupone en la histeria una fijación del desarrollo psicosexual en el nivel de la fase edifica.

Lo característico de la histeria de conversión estriba en que la expresión de lo reprimido se expresa a través de modificaciones corporales, mientras que en las otras neurosis el afecto queda en lo psíquico.

El mecanismo de defensa característico de la histeria de conversión es la represión, de mantener fuera de la conciencia todo aquello que se refiera a impulsos prohibidos.

Reacciones psicofisiológicas de la conversión histérica

La nomenclatura estándar de la APA diferencia las reacciones de conversión de los trastornos psicofisiológicos, autonómicos y viscerales sobre la base de los siguientes criterios:

Los síntomas de conversión:

Se expresan principalmente a través del sistema sensoriomotor voluntario.

El síntoma expresa un impulso, una idea, un afecto, etc.

La respuesta psicofisiológica a un afecto o impulso, consciente o no, que por su intensidad o duración puede dar lugar a una disfunción y a lesiones irreversibles.

Las reacciones psicofisiológicas:

Son el resultado del sistema de descarga del sistema nervioso autónomo.

No existe tal simbolización. Aunque en la práctica las diferencias están lejos de ser tan nítidas y definitivas, ya que por ejemplo signos tradicionales de la histeria de conversión, como los vómitos, síncopes o nauseas, se hallan basados en alteraciones del sistema nervioso autónomo.

CONCEPTO DE HISTERIA DE DISOCIACIÓN

CONCEPTO DE HISTERIA DE DISOCIACIÓN

Psicológicamente disociación significa desunión, separación o escisión. Es decir, en la disociación existe un aislamiento de los distintos elementos de la personalidad, se produce por lo tanto una inconsciente separación de una idea, impulso, comportamiento, etc. del conjunto de la vida psíquica, de forma que la integración de la personalidad queda rota.

Hablamos de histeria de disociación cuando estos procesos de disociación son tan intensos que no quedan referidos solamente a la vida psíquica inconsciente, sino que se presentan como estados patológicos, de forma clínicamente evidenciable. Es un tipo de respuesta defensiva inconsciente en forma de huida psicológica.

Clínica

- Disociación fragmentaria

- Despersonalización.

o Individual. Sentimiento de pérdida de identidad personal, se siente a sí mismo como extraño o irreal.

o Ambiental. Estos sentimientos de extrañeza e irrealidad se refieren al mundo circundante.

- Amnesia histérica. La evocación de una parte de las propias experiencias queda fuera del alcance de la evocación voluntaria, por causas emocionales.

- Disociación simultánea. En este síndrome coexisten, disociadas entre sí, dos o más formas de funciones psíquicas (ideas, recuerdos, impulsos, etc.) y actividades físicas que son realizadas simultáneamente. El móvil reside en la necesidad de huir de un conflicto que produce ansiedad.

- Disociación alternante. Se trata de una disociación masiva, cuyos principales cuadros clínicos son el sonambulismo, el cual se produce en la infancia, las fugas en las que el sujeto viaja sin una finalidad comprensible, hasta que súbitamente recobra su estado usual y se extraña al encontrarse lejos de su hogar, y la doble personalidad, en la cual dos fragmentos de la personalidad dominan de forma alterna la vida psíquica consciente, de forma que el enfermo se comporta como si tuviera dos personalidades.

- Estados disociativos de trance. Se caracteriza por una falta de respuesta a los estímulos ambientales. El trance puede durar varias horas o varios días, y suele estar relacionado con alguna situación emocional conflictiva.

- Disociación hipnótica. A través de la sugestión del hipnotizador, se instaura un estado de trance similar al anterior, durante el cual el sujeto de experimentación sufre una intensa focalización hacia su hipnotizador.

CONCEPTO DE HISTERIA DE CONVERSIÓN

CONCEPTO DE HISTERIA DE CONVERSIÓN

La conversión se trata de un proceso inconsciente por el que los conflictos intrapsíquicos generadores de intensa ansiedad, a causa de que los impulsos y afectos son reprimidos, las defensas actúan contra ellos, y se llegan a convertir en diferentes síntomas externos: motores, sensoriales, fisiológicos y psicológicos. Por lo que puede decirse conversión somática y conversión psicológica.

La histeria de conversión siempre expresa lo reprimido y las fuerzas represoras. Presenta la contradicción de que gratifica lo reprimido, pero castiga por esta gratificación.

Los signos más característicos de este tipo de histeria son las conversiones somáticas, desarrolladas a partir de presiones psíquicas inconscientes. Los conflictos emocionales son convertidos y expresados en síntomas somáticos localizados en distintas partes del cuerpo, con especial predominio en aquellas que se hallan bajo control voluntario. Para poder comprender el simbolismo de este lenguaje somático deberemos descubrir el simbolismo involucrado en los impulsos reprimidos, los antecedentes y los factores desencadenantes de la neurosis.

Síntomas clínicos

- Síntomas paroxísticos

- Crisis psicomotora histérica. Consiste en una crisis acompañada de pérdida de conciencia, con caída al suelo y convulsiones, muy similares a las crisis epilépticas, aunque se distingue de éstas por la intencionalidad y teatrabilidad, ya que el sujeto se muestra exagerado, mesándose los cabellos, llevándose la meno al corazón, agrediendo a quienes intentan contenerlo, etc. La duración de esta crisis suele oscilar desde unos minutos a varias horas. En muchas ocasiones se producen después de una excitación emocional. El sujeto reacciona ante los estímulos externos de quienes le rodean.

- Crisis lipotímicas. Se diferencia de una lipotimia sincopal en que la pérdida de conciencia no es nunca completa y reacciona ante los estímulos externos. Se presenta después de un disgusto, tensión emocional, estado de miedo, etc. El enfermo cae de forma tal que no se lesiona en la caída.

- Ataques catalépticos. El sujeto queda aparentemente dormido, sin que las personas que le rodean consigan despertarle. Al practicarle un electroencefalograma no se observan signos eléctricos del sueño. Es menos frecuente que los anteriores.

- Síntomas permanentes

- Trastornos motores.

o Parálisis. Pueden ser sistematizadas en la que pierden la capacidad para efectuar un movimiento determinado, o bien localizadas, o generalizadas, en la que toman la forma de hemiplejias o paraplejías.

o Contracturas. Pueden afectar a la musculatura estriada y pueden ser, igual que las parálisis sistematizadas, localizadas o generalizadas. También pueden afectar a la musculatura visceral, en la que principalmente afectan al aparato respiratorio, al tubo digestivo y al aparato uro-genital. El histérico utiliza la motricidad visceral como una forma de modificar el propio cuerpo, en lugar de modificar el mundo externo, y como una forma de expresar deseos y sentimientos que no pueden ser expresados abiertamente. Por ejemplo: vómitos o náuseas puede significar que el enfermo no puede “tragar” esa situación. Las lesiones cutáneas, las urticarias, los edemas, etc. pueden incluirse dentro de las alteraciones vasomotras.

- Trastornos sensitivos.

o Son comunes las anestesias, parestesias e hiperestesias, que no se corresponden con alteraciones neurológicas, ya que varía ante los distintos exámenes según sean las circunstancias personales del paciente, y es muy susceptible a la sugestión.

o También son característicos los trastornos sensoriales, los más frecuentes son los visuales, en los que existen contradicciones, como por ejemplo que un paciente pueda leer pero no sea capaz de ver lo que ocurre a su alrededor. O que en otras ocasiones se presente una ceguera histérica. La diferenciación es muy difícil de detectar, pero en este caso los problemas se hallan asociados a reflejos pupilares intactos y motilidad normal de los globos oculares.

Concepto de neurosis histérica

Concepto de neurosis histérica

Detrás de la sintomatología existen unos rasgos característicos de personalidad histérica que muestran de forma clara las distintas formas que adopta la histeria en su forma de expresión externa.

Podemos distinguir la histeria de los trastornos psicógenos o funcionales, ya que los signos histéricos son siempre psicógenos, pero lo psicógenos para ser calificados de histéricos no basta con que sean funcionales, es decir, carentes de alteración somática en su origen, sino que además han de responder al propósito del inconsciente y que a través de los mismos el enfermo obtenga un beneficio primario. Por ejemplo una persona puede reaccionar ante un acontecimiento psíquicamente traumatizante con un vómito, pero solo se puede considerar este signo como reacción histérica si la fantasía inconsciente del enfermo posee un sentido que se expresa a la vez como un impulso reprimido y las fuerzas que a él se oponen.

La histeria puede ser dividida en dos grandes formas: la histeria de conversión y la histeria de disociación.

Las causas de la neurosis

Las causas de la neurosis

La neurosis parece desencadenarse por situaciones de frustración, sufrimiento o decepción, como son los desengaños amorosos, los fracasos o dificultades profesionales, los cambios laborales, sociales o familiares bruscos. Suele ocurrir en los periodos de vida criticas: en la pubertad, entrada en la edad adulta, matrimonio, inicio de involución en el hombre, etc. De todas formas, las dificultades reales de la vida no bastan para que se produzca una alteración psíquica duradera como la neurosis, es necesario que previamente exista un factor interno determinado por la evolución infantil que las haga patógenas. Este factor es determinado por la frustración interna o conflicto neurótico, por lo tanto, la frustración interna (que es la importante) y la externa se complementan.

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS INFANTO-JUVENILES

INTRODUCCIÓN

Existen distintas teorías que explican desde distintos enfoques las causas de las enfermedades psicosomáticas. Los psicoanalistas, como Joyce Mc Dougall, postulan que las personas que desarrollan dichas enfermedades tienen una tendencia a ignorar las señales de su cuerpo, o en el caso de ser registradas, las consideran desprovistas de importancia. Son individuos sobreadaptados, que ante momentos difíciles o traumatizantes parecen inquebrantables. Muchos de ellos presentan alexitimia, es decir, dificultad para registrar y expresar sus emociones; y a veces parecen algo desafectivos en sus relaciones con los demás. Michael Fain explica que los pacientes psicosomáticos tuvieron madres sobreprotectoras que hicieron lo posible para evitarles el dolor y, de esta manera interrumpieron el desarrollo normal de la unidad psicosomática. Estos niños tardarán más tiempo o presentarán problemas para registrar las sensaciones de su cuerpo.

Otra teoría es la de la "Especificidad de Respuesta" que se basa en la concepción de la debilidad genética de un órgano. Es decir, la persona tendría una parte de su cuerpo predispuesta para enfermar, independientemente del factor estresante. El tipo de enfermedad que puede surgir está determinado por el "eslabón más débil" dentro de su sistema funcional orgánico. Ante las mismas condiciones estresantes, un individuo más vulnerable (por constitución personal) es más probable que desarrolle un trastorno que otro individuo con menor predisposición.

En la actualidad las teorías tienden a ser explicaciones multifactoriales en vez de estar centradas en único aspecto. Algunas sugieren la existencia de un estilo emocional negativo, definido por el predominio de un complejo de variables emocionales como la ansiedad, la depresión, la ira-hostilidad, que podría estar implicado en el desarrollo de múltiples trastornos físicos. Este tipo de evidencia sugiere la posibilidad de que exista un tipo general de persona predispuesta a la enfermedad caracterizado por la preponderancia de un estado emocional.

Otra teoría explica las causas de las enfermedades psicosomáticas en términos de personas predispuestas al estrés. Es decir, más propensas a exhibir conductas psicosomáticas.

La Asociación Psiquiátrica Americana hace una distinción de las formas en que los factores psicológicos influyen negativamente en el estado físico:

alterando el curso de una enfermedad (lo cual puede ser inferido por una estrecha asociación temporal entre los factores psicológicos y el desarrollo, exacerbación o retraso en la recuperación de la condición médica general),

interfiriendo con el tratamiento de la condición médica general (por ejemplo reduciendo la adherencia al tratamiento médico),

constituyendo un factor de riesgo adicional para la salud del individuo (por ejemplo, causando broncoespasmo en personas con asma)

Así mismo, establece seis tipos de factores psicológicos que pueden influir mediante alguna de las direcciones señaladas arriba:

Trastornos mentales. Un trastorno mental puede afectar significativamente al curso o tratamientos de una condición médica general (por ejemplo, una depresión mayor afecta adversamente al pronóstico del infarto de miocardio, el fallo renal o hemodiálisis).

Síntomas Psicológicos. Síntomas que, sin constituir un trastorno, afectan significativamente el curso o tratamiento de una condición médica general. Por ejemplo, los síntomas de ansiedad afectan negativamente el curso y severidad del asma, el síndrome del intestino irritable y la úlcera péptica.

Rasgos de personalidad o estilos de afrontamiento. El rasgo de hostilidad puede ser un factor de riesgo para la cardiopatía isquémica; un estilo de afrontamiento represor puede retrasar la realización de una operación quirúrgica necesaria.

Conductas desadaptativas relacionadas con la salud. Se trata de comportamientos nocivos para la salud, tales como el consumo de sustancias (alcohol, drogas, tabaco, etc.), el sedentarismo, las practicas sexuales poco seguras (p.ej., posibilidad de contagio de sida), el comer en exceso, etc.

Respuestas fisiológicas asociadas al estrés. Pueden afectar tanto al curso (desarrollo, precipitación, exacerbación, etc.) como al tratamiento de la condición médica.

Otros factores no especificados pueden inducir efectos adversos sobre el curso o tratamiento de condiciones médicas generales (por ejemplo factores demográficos, culturales o interpersonales).

En este trabajo se hará referencia a las enfermedades psicosomáticas, principalmente, cuando las personas afectadas por ellas son niños. Sin embargo, no hay que descuidar que en algunos puntos, es necesaria la generalización con el fin de entender mejor cuales son los mecanismos y caminos que inciden en tales enfermedades.