Las emociones reprimidas del sujeto hallan a veces su vía de expresión y escape a través de ideas y rituales obsesivo-compulsivos.
El trastorno obsesivo-compulsivo es una "erupción" de ansiedades y emociones ocultas -a menudo ira, culpa, disgusto- que el sujeto no se atreve a reconocer abiertamente. Elige inconscientemente: "prefiero desfogarme haciendo "cosas raras" antes que admitir y solucionar mis verdaderos problemas".
La obsesión es, como todo síntoma neurótico, un triunfo de las emociones reprimidas contra los esfuerzos controladores y morales de la voluntad.
La terapia psicodinámica de la obsesión intenta iluminar el mundo oculto del sujeto, ayudarle a expresar sus verdaderos sentimientos y reforzar su autoestima.
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