Casi todas las disfunciones sexuales (falta de deseo u orgasmo, impotencia, eyaculación precoz, etc.) son psicológicas, es decir, se deben a fallos de aprendizaje, conflictos íntimos o problemas de pareja.
La sexualidad es, entre otras cosas, el juego espontáneo de compartir el placer, lo que es fruto natural del bienestar psicofísico del individuo y de su relación de pareja. Si dicho bienestar falta, o cuando determinados prejuicios, aprendizajes o circunstancias obstaculizan tal espontaneidad, surge la "disfunción" sexual.
La terapia psicodinámica de éstas se limita a indagar y resolver sus causas específicas en cada caso.
Ver también: "Sexo y neurosis" (Zona de Autor)
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