miércoles, 8 de octubre de 2008

Causas del insomnio y sus posibles soluciones

Causas del insomnio y sus posibles soluciones

A todos nos gusta tener la capacidad de pasar noches en vela para preparar un examen o un trabajo, o para ir a una fiesta. Pero imagine lo que sentiría si toda su vida consistiera en una noche en vela tras otra... para siempre. Si usted se siente como una piedra en lugar de dormir como una, debe encontrarse entre el enorme - y creciente - número de personas cansadas que sufren insomnio. De hecho, sólo en Estados Unidos cada año unos 10 millones de personas consultan a su médico para recibir ayuda por sus desórdenes de sueño.

Aunque la medida requerida de sueño varía de persona a persona, la mayoría de nosotros necesitamos entre 7 y 9 horas de descanso nocturno.

El insomnio puede tener repercusiones serias, incluyendo:

- Hacernos sentir fatigados y apáticos
- Cambiar nuestro estado anímico
- Disminuir nuestra velocidad mental y productividad
- Debilitar el sistema inmunológico, haciéndonos más susceptibles a los virus
- Ser uno de los principales factores de accidentes automobilísticos cada año
- Aumentar el ausentismo laboral
- Provocar accidentes laborales graves

Por esto es importante tomar medidas para prevenir el insomnio. Afortunadamente, algunos cambios simples en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar el descanso. Veamos cómo:

1. Clasifique su problema

La palabra insomnio describe cualquier episodio de sueño no reparador, dificultades en conciliar el sueño, frecuentes despertares, o levantarse demasiado temprano en la mañana. Las mujeres y las personas mayores son las víctimas más frecuentes.

Por eso, para superar el insomnio, usted primero debe clasificar el tipo que está sufriendo, porque cada tipo presenta sus desafíos particulares y requiere un tratamiento diferente. Los tres tipos básicos son: a) insomnio transitorio, b) insomnio de corto término y c) insomnio crónico.

a) Insomnio transitorio

El insomnio transitorio es una perturbación de los patrones de sueño que dura sólo por unas pocas noches. Suele estar relacionado con jet lag, excitación, stress, enfermedad o cambio horario del sueño.

La buena noticia es que quienes sufren este tipo de insomnio pronto vuelven a la normalidad, y las pastillas para dormir colaboran con el proceso. Aunque son inconducentes y hasta peligrosas si se usan por largo tiempo, en términos cortos estas pastillas ayudan a proveer alivio sin temor de dependencia o una pérdida gradual de su efectividad.

b) Insomnio de corto término

Este insomnio es algo más serio porque persiste por alrededor de 2 o 3 semanas. Los factores que contribuyen pueden ser el cambio de trabajo, problemas familiares, una enfermedad más seria, dificultades financieras, o la muerte de alguien cercano.

c) Insomnio crónico

Se trata del tipo más raro y serio, con episodios que duran más que unas pocas semanas.

Para combatir el insomnio crónico, primero usted debe buscar la posibilidad de que se trate de un síntoma de otro problema de salud subyacente. Vea un médico para asegurarse de que enfermedades del corazón, diabetes, epilepsia, menopausia o artritis, o la condición del embarazo, no sean los responsables de la pérdida de sueño. Además, algunas medicaciones prescritas para ciertos problemas de salud como la presión alta o el asma pueden también afectar el sueño.

Aparte, usted también debería identificar los factores psicológicos. Si se siente triste, inútil y sin ánimo, puede tener una depresión. De hecho, uno de los síntomas principales de la depresión es la imposibilidad de volver a dormirse después de haberse despertado muy temprano. Tratando las condiciones mentales, puede con frecuencia aliviarse el problema de sueño que es sólo una manifestación de un problema mayor.

2. Cambiar la dieta y la rutina de ejercicios

Aunque es agradable culpar al insomnio por materias que no podemos controlar (como el jet lag, dificultades financieras o stress), muchos casos se deben a hábitos de vida, como por ejemplo: cafeína, alcohol, comida, fumar y ejercicio.

a) Cafeína: Es la causa conocida más extendida de insomnio; si no deja de moverse en la cama por la noche, comience disminuyendo la cafeína. Es un ingrediente del café, el té, las bebidas colas, el chocolate y algunos remedios como las pastillas para el dolor de cabeza. Es un estimulante y una pesadilla para aquellos que tienen dificultades para dormir. Especialmente para los sensibles, su efecto puede durar hasta 20 horas. Considere si este es su problema.

b) Alcohol: El alcohol es engañoso. Usted puede suponer que el licor actúa como sedante y en principio ayuda a inducir el sueño. Sin embargo, el alcohol aligera y fragmenta el sueño, causando que usted se despierte cuando su cuerpo lo metaboliza. Usted puede creer que ha perdido totalmente el conocimiento, pero no está recibiendo el verdadero descanso que necesita. Si tiene dificultades para dormir, intente limitar la ingesta de bebidas cerca de la hora de sueño.

c) Comida: Sí, todos tendemos a sentirnos adormilados después de una comida pesada, pero esto también es engañoso: las comidas pesadas en realidad nos mantienen despiertos mientras su sistema digestivo trabaja un tiempo extra. Además, evite las comidas grasosas y muy condimentadas, que causan acidez, el MSG (encontrado comúnmente la comida china), y todos aquellos ingredientes que causen gases. A cambio, una buena alimentación puede mejorar la calidad de sueño. La leche - excepto para quienes sufren intolerancia a la lactosa -, por su parte, tiene un aminoácido que el cuerpo convierte en un componente que mejora el sueño en el cerebro. El calcio es un agente relajante natural junto con muchas otras vitaminas tales como las del grupo B y el magnesio.

Si le molesta el hambre en la noche, tome un pequeño alimento antes de dormir. Algunas comidas en particular promueven la producción de melatonina, una hormona asociada con el principio del sueño. Entre estas se encuentra el queso cottage, los frutos secos de soja, el pollo, las semillas de zapallo y el pavo. Finalmente, las comidas altas en carbohidratos, tales como el pan, actúan sobre otra hormona esencial, la serotonina, que reduce la ansiedad y contribuye a un sueño refrescante.

d) Fumar: Para quienes tienen un sueño liviano, la nicotina es un verdadero problema. Es un estimulante que aumenta la presión arterial, aumenta el ritmo cardíaco y estimula la actividad cerebral. Sin embargo, si dejar de fumar le provocará una ansiedad descontrolada, considere que esta estrategia no servirá para su propósito, e intente sólo disminuir de a poco la cantidad de cigarrillos diarios.

e) Ejercicio: El ejercicio regular es un promotor del sueño. Pero si usted se ejercita muy cerca del horario de sueño, el aumento de su ritmo cardíaco y el metabolismo harán que su cuerpo esté demasiado excitado para dormir. Por eso, ejercitarse hacia el final de la tarde es lo ideal, porque todavía hay tiempo hasta la noche para relajarse.

El ejercicio tiene el mismo efecto inductor del sueño que un baño tibio. Ambas actividades ayudan a aumentar la temperatura del cuerpo, y el cuerpo reacciona produciendo melatonina, para bajar naturalmente su temperatura.

3. Mejore su entorno de sueño

- Puede parecer obvio, pero haga la cama lo más cómoda posible. Experimente con lo que le funciona mejor a usted, sea un cambio en la dureza o tipo de colchón, la/s almohada/s, el abrigo, etc.

- Escoja una posición que conduzca al sueño. Esta es con frecuencia la posición en que se encuentra cuando se despierta. Si su cónyuge es una causa de su dificultad para dormir (porque ronca, o patea, por ejemplo), piense en la posibilidad de comprar una cama más grande, poner una almohada entre medio, o usar tapones de oídos. Si su pareja va muchas veces al baño en la noche, deje que use el lado de la cama que esté más cerca de allí.

- Protéjase del gran reloj luminoso. Éste no sólo produce una luz distractora, sino que es un recordatorio estresante de que todavía no se ha dormido. El acto de preocuparse por no poder dormir es, en sí mismo, un factor suficiente para mantenerlo despierto.

- Controla la cantidad de luz en su dormitorio. La iluminación excesiva no sólo afecta a sus ojos, sino que también influye sobre la producción hormonal que ayuda a establecer un ciclo de sueño saludable. Use una máscara de sueño si es necesario.

- Cuando se trata del ruido, algunas personas encuentran que los sonidos repetitivos facilitan más el sueño que los intermitentes y abruptos. Tapones de oídos o un sonido de fondo tal como un ventilador pueden ayudar a esconder el sonido perturbador (como ladridos de perros, una fiesta en la casa de al lado, etc.). Otra opción a considerar es una máquina (o software) de sonido para el sueño (white noise machine). Son aparatos o programas que reproducen sonidos monótonos y relajantes para tapar ruidos molestos y estimular el descanso.

- Controlar el termostato. Las temperaturas extremas, sean frías o calientes, no colaboran para nada con el sueño. Asegúrese de mantener siempre una habitación aireada y temperada.

4. Reacomode su programa de sueño

- Intente mantener un horario de descanso similar noche tras noche. Sin duda es difícil para aquellos que tienen que cumplir con turnos, pero para quienes pueden, el mantener el mismo horario para acostarse y levantarse cada día (incluso fines de semana), más allá del tiempo efectivo de sueño que logre, ayudará a establecer un ritmo regular de descanso.

- No más siestas. Aunque en ocasiones son refrescantes, una buena siesta no puede sustituir el descanso de una noche completa de REM, y perpetúa el ciclo de mal sueño.

- No vea sus deudas, arregle sus uñas, dirija un juego, coma la comida, etc., en la cama. Usted debe asociar su cama solamente con la intimidad y el descanso. Por lo tanto, vaya a la cama una vez que sienta sueño y si no consigue dormirse en una media hora, salga de la cama.

- Si no puede dormir, no se enerve ni queje. Esto sólo hace que aumente la ansiedad y es menos probable que consiga descansar. En este caso, haga alguna actividad tranquila, como tomar un baño tibio o leer, y vuelva a la cama tan pronto como vuelva a sentir sueño.

- Una vez que empiece a usar estos consejos, mantenga un diario de sueño por una o dos semanas. Busque cuál de las técnicas aplicadas le ha funcionado mejor, para seguir repitiéndola.

5. Considere tratamientos médicos y técnicas de comportamiento

Aunque algunos prefieran las sugerencias naturales que hemos dado antes, hay una buena porción de insomnes que piden algo más fuerte y contundente para lograr el ansiado descanso. Hablemos de las opciones:

a) Pastillas para dormir: Como hemos dicho antes, aquellos que tienen un insomnio transitorio consiguen beneficiarse de estas pastillas somníferas. Como regla general, usted debe usarlas el menor tiempo y en la dosis más pequeña que sea posible. Debe ser extremadamente cuidadoso con estas píldoras, porque sólo son efectivas por 2 o 3 semanas, a cuyo punto usted desarrolla tolerancia por adicción.

Además, estas pastillas tienden a tener efectos secundarios, como resaca, problemas de coordinación motriz, pérdida de memoria y bajos niveles de alerta.

b) Melatonina: Algunos creen que la melatonina es una alternativa más atractiva que las pastillas para dormir porque la glándula pineal la secreta naturalmente en la oscuridad. Tomar suplementos de melatonina se volvió popular en los años 90, cuando los doctores encontraron que era útil en el principio del sueño.

Tan poco como 0.1 miligramos puede mejorar el sueño, así que tomar 1 a 3 miligramos una hora antes de dormir puede ser de gran ayuda. Supuestamente, los suplementos de melatonina no interfieren con la calidad del sueño, la memoria o el desempeño del día siguiente. Es más, no pierden su efectividad en el tiempo. Pero recuerde que la ciencia todavía está testeando sus efectos. La melatonina es una hormona, y todos sabemos que no se debe jugar con ellas.

c) Hierbas: La siguiente sugerencia es la hierba valeriana. Se consigue en tiendas de productos naturales y mejora la calidad del sueño sin causar efectos de resaca. Sólo hay que macerar 300-400 mg. de la raíz en agua caliente para tomarla media hora antes de dormir. Otras hierbas populares son: la pasionaria, la amapola de California y el toronjil.

Técnicas de comportamiento

Para terminar diremos que en ocasiones el problema es puramente mental. En tales casos, hay aquí algunas opciones:

- Experimente con técnicas de relajación antes de intentar dormir, para reducir la tensión del cuerpo y aliviar los músculos. También puede pedir a su esposo/a que le de un masaje suave como tratamiento para su insomnio. Finalmente, las relaciones sexuales pueden, si no hay tensiones en este aspecto dentro de su matrimonio, ser un buen factor de relajación.

- Algunas técnicas más drásticas incluyen la restricción de sueño o terapia de luz. Para la restricción de sueño, limítese a sí mismo a dormir unas pocas horas por noche y gradualmente acreciente el tiempo permitido. Básicamente, cánsese hasta que pueda dormir naturalmente. Muchas personas incluso, por contrariar esa "imposición", solucionan su problema de sueño.

La terapia de luz, por otro lado, funciona bajo la premisa de que su reloj interno está descontrolado y sólo necesita reacomodarse al horario del día. Por ejemplo, si usted se despierta demasiado temprano, debería exponerse a una luz brillante en la noche para "convencer" a su cuerpo de cansarse más tarde en la noche, y poder así dormir hasta más tarde en la mañana. Si se va a dormir muy tarde, la luz fuerte en la mañana servirá para el mismo propósito.

- La terapia cognitiva es otra opción. Mucha gente tiene actitudes disfuncionales acerca del sueño que pueden llevar a un círculo vicioso. Si usted está nervioso por el sueño, no puede relajarse lo suficiente para conseguir dormirse. En estos casos, un terapeuta puede ayudarle en lo que le preocupa, sacando las actitudes dañinas a la superficie y dándole un nuevo sentido de control.

Si sigue estos pasos, es muy probable que pronto haya encontrado un equilibrio que le ayude a conciliar cada noche un sueño reparador. Recuerde que lo principal es tomarlo con mucha calma y psicología. Maltratarnos, alterarnos o preocuparnos excesivamente sólo servirá para impedir lo que más queremos.

Contra los calambres

Contra los calambres

Un calambre es una contracción breve e involuntaria de un músculo, que se vuelve entonces rígido y produce dolor. Todos los hemos padecido alguna vez. Resultan muy molestos, pero, como duran poco, no solemos darles importancia. Sin embargo, los calambres significan un aviso que el organismo envía cuando algo no funciona como debiera.

Hay tres causas habituales que los provocan: la fatiga muscular, la carencia de minerales y vitaminas, y la mala postura. Conozca mejor el origen y cura de cada una.

En caso de fatiga muscular

Son típicos, por ejemplo, los calambres por agotamiento tras algún ejercicio físico o los calambres nocturnos. Todos ellos tienen su razón de ser.

Cuando sometemos un músculo a un esfuerzo demasiado intenso o prolongado durante mucho tiempo, la renovación del oxígeno en la musculatura a veces resulta insuficiente.

Este tipo de calambre se da con frecuencia entre los deportistas que comienzan. Mientras no se produce une esfuerzo físico, las arterias transportan a los músculos la cantidad de sangre y oxígeno requerido para funcionar con normalidad. Pero durante un entrenamiento los músculos solicitan un incremento del caudal sanguíneo para obtener mayor proporción de oxígeno y cuando las arterias no se dilatan con la suficiente rapidez se origina un espasmo. Lo miso ocurre cuando o sabemos adaptar nuestra respiración al ritmo del ejercicio físico. En ambos casos el músculo acusa la deficiencia de oxígeno y pierde su capacidad de relajación. La masa muscular se vuelve dura y sensible, y se da un calambre.

Cuando los calambres aparecen después de ejercitarse durante largo tiempo interviene casi siempre un proceso de deshidratación. Durante el ejercicio físico - sobre todo en época de calor - perdemos ciertas cantidades de líquido. El volumen sanguíneo se reduce y tal vez sea insuficiente para llevar el oxígeno exigido a todos los músculos que están trabajando. Los más solicitados en ese momento sufrirán el calambre.

La única solución reside precisamente en prevenirlos. Pueden evitarse tomando un vaso de agua antes de comenzar el entrenamiento y volviendo a beber al menos cada quince minutos durante el esfuerzo físico.

Son también características las punzadas en el costado o en la parte superior del estómago, generalmente durante una carrera o caminata rápida. Se trata en realidad de un calambre del diafragma, el músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal y controla la respiración. Cuando corremos, levantamos las rodillas y contraemos los músculos del vientre, se empuja el diafragma hacia arriba. Pero si en ese momento estamos respirando pesadamente expandimos los pulmones, que a su vez ejercen presión sobre el diafragma, moviéndolo hacia abajo. Estas dos presiones contrapuestas exprimen el diafragma impidiendo su normal riego sanguíneo. El músculo entonces, ante la falta de oxígeno, queda agarrotado, dando lugar al calambre.

El mejor remedio consiste en detenerse y hundir los dedos en el lado derecho del tronco, justo debajo de las costillas, para estirar el diafragma a mano. Al mismo tiempo hay que juntar los labios y soplar fuertemente hacia afuera. Esto basta normalmente para relajar la doble presión a que estaba sometido el músculo y el calambre desaparece.

En caso de carencias

A veces se producen calambres durante el ejercicio en deportistas bien entrenados y que no trabajan nunca hasta llegar al agotamiento, y en personas que no están ejercitándose cuando los sufren. Se debe entonces a un desequilibrio de sales minerales, generalmente en exceso o defecto - con mayor frecuencia - de calcio, sodio o potasio. El problema reside en que unos niveles inadecuados de minerales en el organismo permiten habitualmente la concentración de los músculos sin mayor dificultad, pero, en cambio, impiden su relajación.

Cuando se contrae un músculo, éste descarga potasio en los tejidos circundantes que actúan dilatando las arterias en las cercanías del músculo. Si falta potasio, las arterias no son capaces de llevar a las células el oxígeno suficiente. Además el potasio, junto con otros minerales, influye en la capacidad de resistencia muscular al esfuerzo físico y se considera fundamental para que los músculos asimilen los azúcares, que constituyen su mayor fuente de energía. El calcio y el magnesio realizan labores complementarias para el buen estado de los músculos y el esqueleto. La deficiencia en el calcio hace a las personas más proclives a calambres frecuentes, a dolores y a fracturas óseas.

Minerales importantes

Hay que tener en cuenta que los niveles normales de estos minerales en ocasiones se ven afectados por las variaciones hormonales y en determinadas etapas de la vida, como el crecimiento o la vejez. Durante los embarazos, por ejemplo, hay tendencia a los calambres precisamente por falta de calcio y magnesio.

El sodio se elimina en grandes cantidades a lo largo del esfuerzo físico a través del sudor. Pese a ello, la dieta occidental moderna es tan rica en este mineral que no suelen originarse carencias tan grandes que ocasionen calambres. De todas formas es preciso tenerlo en cuenta si se sigue algún régimen especial pobre en sodio (por ejemplo, los indicados en el tratamiento de la hipertensión) y en los entrenamientos en épocas de mucho calor, en los cuales se transpira más de lo habitual.

La mejor fórmula para prevenir una deficiencia de sales minerales en el organismo reside en seguir una alimentación equilibrada, en lugar de atiborrarse después de complejos minerales en pastillas. El potasio se encuentra en cantidad suficiente en las verduras y las frutas frescas. El calcio, en la leche y productos lácteos, los frutos secos, las zanahorias, repollos, espinadas, cebollas, patatas... El magnesio, que favorece además el equilibrio de calcio y es fundamental en la contracción normal de los músculos, aparece también en la leche y sus derivados y en los frutos secos y además en las acelgas, lechugas, espinacas, cereales integrales y algunas frutas como los plátanos o las frambuesas.

En los casos de fatiga muscular, en que los calambres se dan con frecuencia, una dieta rica en determinadas vitaminas y la aportación de los minerales mencionados logran una rápida recuperación. Las vitaminas mejores para lograr un buen estado de los músculos son:

Vitamina B2, que se encuentra sobre todo en las almendras, los higaditos y entrañas en general, los extractos de carne, el germen de trigo y la levadura de cerveza.

Vitamina C, en la naranja y el limón, perejil, pimientos, repollo, brécol, berros y el kiwi.

Vitamina D, principalmente en la leche y quesos grasos, el aceite de hígado de bacalao, los pescados (frescos y en conserva).

Vitamina PP (o B3) en alcachofas y espinacas, el hígado de ternera y los concentrados de carne.

Todos nos hemos despertado alguna noche súbitamente doloridos por un calambre. La mayor parte de las veces se localizan en la pantorrilla o en el arco del pie. Los músculos se notan endurecidos (es típica la sensación de tener una bola en la pantorrilla) y el dolor surge muy intenso y localizado.

En caso de mala postura

Aunque por su simpleza parezca mentira, la explicación estriba casi siempre en una mala postura mantenida durante largo tiempo. Estos calambres nocturnos parecen darse con mayor frecuencia durante el invierno. La razón es que a menudo se acumulan mantas y colchas pesadas para evitar el frío, que ayudan a empujar hacia abajo los pies y los aplastan. Lo mismo sucede cuando dormimos boca abajo manteniendo los pies estirados. El ideal para evitar los calambres durmiendo en esta posición consiste en sacar los pies fuera de la cama, dejar que sobresalgan del colchón para que no estén nunca rígidos.

También las mujeres que usan permanentemente tacones muy altos son proclives a estos dolores nocturnos porque están andando siempre de puntillas; es decir, con los músculos de las pantorrillas en continua contracción.

La solución más rápida para detener estos calambres nocturnos radica en estirar inmediatamente los músculos contraídos, por ejemplo, poniéndose de pie y haciendo fuerza contra el suelo con la planta totalmente apoyada. Cuando forzamos los músculos a estirarse, los nervios que controlan las sensaciones musculares cambian la orden o impulso de contracción por otro de relajación y, generalmente, el calambre desaparece en pocos segundos. También sirven de gran ayuda las fricciones o masajes con aceite alcanforado, seguidas de un baño caliente que relajará toda la musculatura.

Los remedios de urgencia

Aplicar hielo a un músculo que ha sufrido un calambre alivia la hinchazón y el agarrotamiento de la zona. Y también las compresas frías empapadas en agua y vinagre a partes iguales.

Los baños de los pies fríos durante no más de dos minutos favorecen la rápida irrigación sanguínea de los pies y pantorrillas y son muy efectivos en los calambres nocturnos. Si no nos gusta la sensación de frío, podemos probar con cataplasmas calientes de flores de heno o manzanilla. Deben aplicarse durante poco tiempo; la impresión de alivio es muy rápida.

Es importante saber que cuando un músculo se resiente después de un calambre hay que tratarlo como un músculo dañado, sin restarle importancia. Un calambre fuerte puede provocar un desgarro de los tejidos musculares. Por tanto, si el dolor persiste mucho tiempo y también la sensación de fatiga y agarrotamiento, se precisará dejarlo descansar y no forzarlo de nuevo al ejercicio.

En síntesis

Estas normas básicas, extractadas o derivadas de todo lo dicho anteriormente, le ayudarán a evitar la aparición de nuevos calambres:

Hacer ejercicio físico. Los sedentarios son propensos a los calambres por falta de elasticidad de sus músculos.

Entrenarse siempre de forma progresiva y gradual.

No ejercitarse nunca hasta el agotamiento.

Aprender a respirar durante el esfuerzo físico.

Realizar ejercicios de estiramiento y flexibilidad como calentamiento y enfriamiento antes y después de un entrenamiento deportivo.

No realizar movimientos bruscos.

Para dormir adoptar posturas que no impliquen contracciones musculares. Evitar un exceso de peso sobre las piernas.

Mantener una dieta equilibrada en sales minerales y vitaminas.

Previniendo ataques de apoplejía

Previniendo ataques de apoplejía

Estos ataques ocurren cuando se interrumpe el flujo de sangre a una sección del cerebro. Las células de la zona afectada pierden entonces su suministro de energía, y en cuestión de minutos empiezan a morir.

Esto puede ocurrir por varias causas, pero en la mayoría de los casos lo que pasa es que las arterias que irrigan el cerebro se estrechan porque se les forman depósitos de colesterol y otras grasas. Luego, se desprende de estos depósitos un coágulo sanguíneo, o un émbolo viaja desde cualquier parte del cuerpo y obstruye un punto estrecho, o logra pasar y va a taponar otro vaso del cerebro. Por otra parte, los depósitos en las paredes de los vasos sanguíneos pueden adquirir tan grosor que obstruyen totalmente el flujo de sangre. Aproximadamente en el 15% de los casos de apoplejía la debilitada pared de un vaso sanguíneo craneal se revienta, y ello causa una hemorragia cerebral.

¿Se pueden prevenir los ataques de apoplejía? Sí. La primera medida preventiva que se debe tomar es controlar la presión sanguínea. Una hipertensión persistente puede desembocar en arteriosclerosis, es decir, en el engrosamiento de las paredes de las arterias. Fumar, el exceso de peso y los regímenes alimentarios ricos en colesterol aceleran este peligroso proceso. Por lo tanto, haga que le midan la presión arterial por lo menos una vez al año, y si está por encima de lo normal, siga las instrucciones de su médico. Esto puede significar sólo un cambio en la dieta - generalmente una disminución de sal y grasas -, bajar de peso si es necesario, y más ejercicio; en algunos casos se requieren píldoras antihipertensoras.

¿Qué se puede hacer si las condiciones que dan como resultado ataques apopléticos ya han dado comienzo? Aunque algunos ataques apopléticos sobrevienen sin previo aviso, un gran porcentaje de ellos va precedido de ataques isquémicos transitorios. Dichas señales anticipadas de advertencia incluyen:

1. Aturdimiento, sensación de hormigueo o debilidad. Cuando se presentan estos síntomas en un brazo, en una pierna o en un lado de la cara, ello a menudo indica que se ha reducido el flujo de sangre a alguna zona del cerebro. Un examen médico puede revelar que las arterias se han estrechado. Mediante una operación quirúrgica se puede en muchas ocasiones extraer el revestimiento adiposo, y eliminar así este síntoma peligroso.

2. Ceguera temporal. Puede durar sólo unos cuantos segundos, o unos minutos, pero no se debe pasar por alto. Este síntoma a menudo indica un grave estrechamiento de los vasos sanguíneos que van al cerebro.

3. Dificultad temporal para hablar. Se trata de un ataque isquémico transitorio. En tal caso, un neurógolo podría prescribir fármacos anticoagulantes o aconsejar intervenir quirúrgicamente el vaso sanguíneo obstruido.

4. Mareos, falta de equilibrio o caídas repentinas. Estos síntomas pueden ir acompañados de doble visión. Se trata de un síntoma que avisa que algo está mal, y debe prestarse atención yendo a un médico para evitar problemas mayores en adelante.

Aunque estos cuatro síntomas constituyen las señales más comunes de una posible apoplejía, también hay otros: dolores de cabeza muy fuertes, somnolencia persistente, náuseas, vómitos, cambios repentinos de personalidad, alteraciones de la capacidad de raciocinio y olvidos anormales. Cuando se presenta cualquiera de estos ataques isquémicos transitorios, lo mejor será consultar cuanto antes al doctor.

Informar al médico sobre posibles ataques isquémicos transitorios, seguir un régimen de control de la presión arterial y una dieta prudente, hacer ejercicio, no fumar y tomar alcohol moderadamente, son medidas que contribuyen a disminuir el riesgo de sufrir un ataque apoplético grave.

La batalla contra las alergias

La batalla contra las alergias

Sea por el polvo, el polen o distintos tipos de comidas, muchas personas hoy son susceptibles a las alergias. La alergia es una reacción del sistema inmunológico a ciertos tipos de sustancias, que son llamados alergenos.

Cuando la persona con una alergia, por ejemplo al pelo de algún tipo de animal, entra en contacto con el alergeno, su cuerpo experimenta diferentes tipos de reacciones. Dependiendo del tipo de alergia, la persona puede sufrir erupciones, dificultades para respirar, estornudos, mucosidad exagerada, ojos llorosos o evacuación intestinal involuntaria. En los casos más extremos de ataques alérgicos, la persona puede sufrir un shock anafiláctico y esto puede incluso causar la muerte.

¿Cuáles son los síntomas de una alergia?

Los ataques de alergia varían en síntomas y grado. Los síntomas de alergia leve se ven usualmente en un área específica y no se extienden a diferentes partes del cuerpo. Esto es indicado por una erupción, picazón, ojos llorosos, estornudos incontrolables o hinchazón del área afectada.

Los síntomas moderados incluyen reacciones alérgicas que se esparcen a todo el cuerpo. Esto es manifestado por picazón, entumecimiento, movimiento intestinal involuntario o dificultades para respirar.

Una reacción alérgica severa es llamada anafilaxia. Es un estado de emergencia riesgosa cuando la reacción del cuerpo al alergeno es rápida, súbita y no ataca sólo a un área del organismo. Estos síntomas alérgicos pueden comenzar con una picazón persistente, seguida por dolores abdominales, vómitos y urticaria. Los mareos o confusión también pueden ser síntomas de la anafilaxia y causan una caída rápida de la presión sanguínea.

Estos síntomas alérgicos pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo:

- Ojos: enrojecimiento, picazón y lágrimas.
- Nariz: inflamación de las membranas mucosas resultando en goteo nasal y estornudos.
- Pulmones: contracción, sibilancias y dificultades para respirar, que en ocasiones son signos de asma.
- Oídos: inflamación, un dolor leve e incluso deterioro temporal o pérdida auditiva.
- Piel: picazón, enrojecimiento e inflamación del área afectada.

Tratamiento

Hay tratamientos que dependen del tipo de alergeno a que la persona es susceptible. Para un alergeno aéreo como el polen, el pelo animal, el moho y el polvo, entre otros, medicinas como un spray nasal, inhaladores, descongestivos o antihistamínicos pueden ser suficientes para dar un alivio inmediato de los síntomas. Las gotas para ojos también se pueden usar si el enrojecimiento o picazón se vuelven persistentes.

Para un alergeno ingerido tal como el producido por ciertos tipos de comidas, el mejor tratamiento es evitar ese tipo de alimentos en adelante. La alergia alimentaria puede producir jadeo, urticaria, goteo nasal, hinchazón de la zona de la boca y, a veces, dificultad para respirar. Para las erupciones se aplican algunas cremas en la piel y esto mejora la situación. Los antihistamínicos también reducen los otros síntomas.

Hay personas con alergias a ciertos tipos de drogas o picaduras de insectos. Usualmente, reciben como tratamiento una inyección de epinefrina (adrenalina) administrada por un doctor. Esto revertirá inmediatamente los síntomas alérgicos y salvará al paciente.

La mayor parte de las medicinas para alergias se pueden comprar sin dificultades en una farmacia local. Pero antes de adquirir una, asegúrese de que un doctor a diagnosticado apropiadamente la alergia a tratar. Un tratamiento incorrecto puede producir mucho daño.

Para evitar las molestias de la menopausia

Para evitar las molestias de la menopausia

Por: Centro de Diagnóstico y Salud Natural
Email de consulta: iricentro@gmail.com
Cuando la mujer deja de tener el período menstrual por más de 12 meses consecutivos, ha llegado a la menopausia, también llamada cambio de vida o climaterio, que en ningún caso debe ser considerada una enfermedad ni un proceso patológico. Se trata simplemente de una etapa más en la vida de la mujer.

Sin embargo, ella se ve afectada por una serie de trastornos físicos, fisiológicos, sociales y familiares, que le generan una mala calidad de vida, provocándole - en algunos casos-, serios problemas en su autoestima y comportamiento.

Por esto es muy importante que en la actualidad tengan y administren todos los recursos, herramientas y conocimientos que les permitan enfrentar con éxito estos cambios y disfrutar de una buena calidad de vida.

Estudios realizados por profesionales de la medicina alopática y natural en distintas universidades de Europa y Estados Unidos aseguran que es recomendable que las mujeres durante la perimenopausia y la posmenopausia mantengan una alimentación adecuada y lleven una vida sexual activa, que les permita combatir los síntomas molestos de esta etapa de la vida femenina.

Es necesario adoptar una postura resuelta para llevar una dieta orientada principalmente a mantener un peso normal, evitando así el sobrepeso y la obesidad. Se ha de restringir el consumo de grasa animal y comer frutas y verduras a diario, además de potenciar el consumo de lácteos y la ingesta de calcio para cuidar la salud ósea.

En paralelo se recomienda mantener una controlada y permanente actividad física y apartarse de los hábitos tóxicos, para prevenir en forma efectiva las enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama y osteoporosis, entre otras patologías.

Finalmente, nuestros profesionales, con la experiencia adquirida durante años de estudios, aseguran que es muy importante que la mujer afronte este periodo con un ánimo positivo, internalizando que el final del ciclo menstrual significa un nuevo y hermoso período de su vida.

En ese sentido, una buena relación con la pareja, junto a una vida sexual activa y plena, constituye un factor de apoyo durante la menopausia, minimizando molestias como la sequedad y atrofia vaginal, entre otras.

Primeros auxilios para quemaduras

Primeros auxilios para quemaduras

Según la severidad del daño recibido, se pueden aplicar algunos pasos de primeros auxilios para ayudar a disminuir el dolor de la víctima quemada. Aprenda qué hacer para estar preparado/a en el caso de que ocurra un accidente de este tipo en su familia.

Si por desgracia sucede, intente mantener la calma y seguir estos consejos para que el alivio llegue lo antes posible.

1. La primera regla de los primeros auxilios respecto a quemaduras es sacar a la víctima de la fuente de quemazón. Si la persona tiene fuego encima, entonces debe tratar de apagar las llamas con una manta o con agua. Si se está quemando por una causa eléctrica, apague o desconecte la fuente de poder.

2. Sea muy cauteloso/a cuando ayuda a una víctima de una quemadura eléctrica o química. Usted debería cortar la fuente eléctrica cuando es seguro hacerlo. Por otra parte, debería prevenir su exposición a químicos usando guantes y/o barbijo cuando asiste a una víctima quemada por este tipo de sustancias, o cuando manipula sus ropas.

3. Evalúe la extensión de la quemadura recibida. Si es una quemadura menor, un cuidado casero puede ser lo único requerido. Si es más severa o se han producido otros daños, debe contactar a un profesional médico inmediatamente para una asistencia mayor.

4. En el caso de que se trata de un cuidado en el hogar, coloque el área de piel quemada bajo la corriente de agua fresca si no se ha abierto. Tenga cuidado de no romper las ampollas que puedan haberse formado, porque esto puede aumentar el riesgo de infecciones secundarias.

5. Aplique una venda estéril para cubrir la quemadura. Debe mantener esa venda limpia y seca y prepararse para cambiarla al menos una vez al día.

6. No aplique pomadas tópicas, especialmente si luego buscará asistencia médica, porque pueden interferir con el tratamiento o con el proceso natural de curación de la piel.

7. Administre la dosis correcta de un remedio para el dolor si el paciente puede tomarlo. Incluso las quemaduras menores pueden producir sensaciones extremadamente dolorosas.

Cuidados ante los dolores de codo

Cuidados ante los dolores de codo

Por: Departamento Técnico de
Body Systems LatinAmerica
Hoy en día es muy común que la actividad física que uno realice –sea en un gimnasio o al aire libre- genere diversas lesiones que sean derivadas por descuidos o por una errónea manera de realizar el ejercicio, sobre todo en aquellos que tengan grandes exigencias en cuanto a la resistencia física. Entre las lesiones más habituales se encuentran las que se originan en la zona del codo. Para ello, Body Systems LatinAmerica da pautas para disminuir molestias en el codo, según la zona donde se originen.

El dolor que se deriva de la parte externa del codo

Problema: Ésta es una de las regiones más comunes donde pueden existir dolencias durante el uso de grandes pesos o cargas. Este malestar se inicia en la prominencia del hueso en la parte externa del codo y los tejidos justo debajo de él. El padecimiento de dolor en esta región es más conocido como “codo de tenista”.

Durante el trabajo de pecho y tríceps y en ejercicios de empuje, también se puede, ocasionalmente, crear suficiente carga para irritar el tendón.

Solución: En caso de detectar dolor en esta región mientras se realicen estos movimientos se recomienda reducir la carga para que se aligere un poco el peso.

En caso de que el dolor persista, se recomienda colocar hielo en el área y consultar la opinión de un profesional, para saber si se puede utilizar peso. Estos daños se curan lentamente y necesitan ser manejados con cuidado y rápidamente para evitar problemas a largo plazo.

El dolor en la parte interna del codo

Problema: En esta zona se encuentra la unión de los músculos que posibilitan inclinar la mano hacia adelante, y son incluidos en los ejercicios en donde se sostienen barras. Tiende a ser más problemático cuando se los exige en forma inversa de la barra, como es en el caso de bíceps y extensiones de tríceps.

Solución: Para ello es necesario disminuir rápidamente el peso de la barra en los tracks apropiados. El uso de hielo puede ser una opción inmediata para reducir la inflamación. Si la dolencia persiste, también puede afectar las acciones de agarre de la barra al derivar en la afección “codo de tenista”.

El dolor en la parte posterior del codo

Problema: Éste pertenece a la región que permite que el codo, a través del músculo tríceps, esté en 180 grados. El tendón del tríceps que se inserta en el codo, al recibir demasiada carga en reiterados ejercicios de tríceps puede derivar en una irritación. Esta condición es más común que ocurra durante las extensiones de tríceps y puede afectar el track de pecho y los pushups.

Solución: Por este motivo se recomienda reducir el peso y el rango durante las extensiones de tríceps.

El dolor en la articulación del codo

Problema: El dolor ocasionalmente se puede sentir en la misma articulación del codo.

Solución: El consejo de los especialistas de Body Systems es evitar hiperextender los codos durante los ejercicios de empuje. Este movimiento, al trabar la articulación, debe ser evitado porque incrementa el daño en los tejidos de la articulación y minimiza la carga en los músculos, por lo tanto, reduce los efectos del ejercicio.

Conclusión

Lo más importante, a la hora de tomar clases donde el ejercicio físico genera una exigencia muscular, es tener en cuenta que siempre hay que consultar al instructor para que chequee la técnica durante el empuje y en caso de sufrir alguna de estas dolencias, se debe buscar el consejo de un especialista en medicina y deportes.

Cómo prevenir los 'ataques al hígado'

Cómo prevenir los 'ataques al hígado'

Quien ha sufrido alguna vez un cólico hepático - erróneamente conocido como ataque al hígado - no querrá volver a vivir la experiencia. Seguramente le interesará formar parte del grupo de quienes saben medirse en las comidas sin necesidad de renunciar al placer de la buena mesa. Es sólo una cuestión de elegir entre los alimentos que hacen bien y los que no. Mientras tanto sigue existiendo un vasto grupo de personas que se enorgullecen de poseer un hígado de acero y lo hacen objeto, sin ningún remordimiento, de sistemáticos y silenciosos ataques. ¿Las armas? Bombas de crema, explosivos cócteles, salsas incendiarias y otras más sofisticadas. ¡Pero cuidado!, si no se decide pronto a declarar el cese de fuego, las consecuencias tarde o temprano se harán notar.

El hígado no patea

El hígado es un órgano muy noble y discreto, capaz de soportar y metabolizar cualquier tipo de alimento por muy pesado que sea. Es que justamente en ello consiste su función principal. Hacer una prolija y minuciosa tarea de filtrado de las sustancias que entran al organismo, convertirlas en nutrientes y de allí distribuirlas al lugar correspondiente para ser procesadas. Pero él no trabaja solo: lo hace en combinación con una vecina: la vesícula biliar.

Como veremos, ésta es la responsable de denunciar los temidos ataques que solemos llamar 'patada al hígado'. En cierto sentido, entonces, todos podemos considerarnos los afortunados poseedores de un hígado de acero. Lo que muchas personas interpretan como patada al hígado, sobre todo si aparece después de una comida copiosa es, en términos médicos precisos, una disfunción de la vía biliar, sobre todo de la vesícula biliar. Ese dolor agudo, localizado en el lado derecho, que los obliga a doblarse en dos, es la manifestación de un cólico hepático. Pero, aclarémoslo una vez más, este término se refiere a un problema en el sistema biliar, que incluye la vesícula biliar y no al hígado en sí. De manera tal que lo que habitualmente
interpretamos como ataque al hígado es en realidad una agresión a su delicada compañera de trabajo: la vesícula.

Ahora bien, ya sabemos que el hígado, el responsable de que nos detengamos a pensarlo dos veces antes de sucumbir a la tentación de abalanzarnos sobre un plato de papas fritas con huevo frito, no es el verdadero culpable. Pero esta verdad no alcanza para que el que haya sido objeto de uno de estos infortunados incidentes tenga que creer ingenuamente que esa sensación de ser atravesado por una lanza caliente durante el último ataque haya sido una ilusión. Es que se llame como se llame y sea quien fuese el responsable, lo cierto es que el dolor existió y puede volver a producirse en cualquier momento. Entonces lo más acertado al parecer será estar preparado, ¿verdad? Para hacerlo, necesitaremos saber un poco más:

La onda expansiva

Aunque lo clásico es que el dolor biliar esté localizado en el lado derecho, en diferentes circunstancias puede tener distinta propagación o irradiarse a otros lugares cercanos.

- Estómago: A veces puede iniciarse en el epigastrio, es decir, la zona que normalmente se conoce como la boca del estómago.

- Páncreas: Si se siente del lado izquierdo da lugar a pensar que se está en presencia de una pancreatitits.

- Intestino: Cuando por algún motivo alimentario se ha acumulado mucho gas en el intestino - la parte derecha del intestino grueso pasa cerca de la vesícula - puede en ciertas ocasiones simular un dolor vesicular.

- Riñón: El dolor a veces puede irradiarse hacia abajo y hacia atrás, a la espalda,
confundiéndose con un problema renal.

- Dolor mixto: Cuando hay cálculos en la vesícula biliar y además, efectivamente se acompaña de problemas digestivos.

Imprescindible ubicar la zona amenazada

Para distinguir claramente cuál es el origen del dolor, el médico necesita establecer el
diagnóstico diferencial entre el dolor de riñón, si esto es un dolor de páncreas, un dolor de estómago, de intestino o de la vesícula propiamente dicha. Para ello, cuenta con las siguientes herramientas:

- Las preguntas:

¿El dolor apareció después de comer abundamentemente o de comidas muy grasas?
Contestar afirmativamente hará sospechar al médico que se trata de un dolor de origen vesicular y que el paciente probablemente tenga cálculos vesiculares como causa de su afección. Aunque todavía no queda descartada la posibilidad de un problema en el páncreas, un órgano que tampoco resiste bien las comidas muy cargadas.

¿Ha aumentado de peso recientemente, o por el contrario ha adelgazado mucho?
Tanto la obesidad como el adelgazamiento brusco facilitan la formación de cálculos.

¿Ha tenido muchos embarazos?
En las mujeres que ya tienen tendencia, el embarazo favorece la formación de cálculos.

¿Tuvo antes o durante el ataque acidez o ardor de estómago?
Este síntoma llevará a pensar que se trata de una patología estomacal y no vesicular.

¿El dolor se alivió después de eliminar gases?
Si hubo gases, que al ser eliminados cortaron el dolor, probablemente haya una patología de colon, es decir, de intestino grueso.

- La palpación:

El hecho de que el dolor se propague hacia otras zonas vecinas puede confundir el diagnóstico. Pero al palpar el abdomen - presiones con la palma de la mano en diferentes puntos - el profesional puede distinguir si el dolor corresponde a la vesícula o si realmente está en otro sector del abdomen.

- Los exámenes complementarios:

Se suele pedir un análisis de sangre completo y una ecografía. Este estudio va a mostrar el hígado y la vesícula. Se verá si ésta contiene cálculos, si tiene las paredes engrosadas, signo inequívoco de inflamación. Si incluso no hubiese cálculos pero sí se observase un líquido de densidad aumentada que se llama barro biliar, no quedarán dudas de que la enfermedad está localizada a nivel de la vesícula biliar.

A veces se pide también un hepatograma, un análisis de sangre más específico que sirve para orientar el diagnóstico. Si bien no es necesario para la enfermedad vesicular en sí, sirve de mucho cuando se sospecha que el cálculo ha migrado o ha pasado al colédoco, el conducto que lleva la bilis al intestino. Si lo obstruye, los análisis que componen el hepatograma van a mostrar un aumento de diferentes componentes de la bilis en sangre que no se pueden eliminar. Va a evidenciar además el aumento de algunas enzimas, como la fosfatasa alcalina, que denuncia la migración del cálculo.

El tratado de paz

Según la importancia del caso, el especialista le recomendará una medicación adecuada a fin de controlar el proceso y evitar o detener la formación de cálculos. Pero aun así la vesícula y, a largo plazo el hígado, no dejarán de estar amenazados hasta que el afectado no tome la estratégica decisión de firmar el armisticio. Esto significa que en los días subsiguientes deberá tomar la prudente actitud de evitar ciertos alimentos inconvenientes, a cambio de lograr la paz. Estos son los puntos fundamentales del acuerdo de paz, es decir de la dieta desintoxicante:

1. En primer lugar hay que mantener un día de ayuno.

2. Después hay que comenzar con comidas livianas:

- Lácteos, siempre con la leche diluida, no con leche pura,
- Pollo hervido sin piel,
- Verduras hervidas (no las de hoja),
- Puré de papas
- Puré de zapallo
- Arroz hervido

3. Es fundamental suprimir el alcohol. Sobre todo en el caso específico de hepatitis tóxica o de otro origen. Un litro a un litro y cuarto de vino por día tomado durante un tiempo prolongado, es la cantidad que podría causar enfermedad hepática, aunque varía de persona a persona. Recordemos que la mujer es mucho más sensible al alcohol que el hombre, es decir que con ingerir prácticamente la mitad de esa cantidad ya tiene probabilidades de desencadenar una enfermedad hepática.

4. Deben evitarse los picantes y las comidas con sansa muy elaboradas.

5. Olvidarse por un buen tiempo de las grasas animales y las frituras. Estas podrían provocar la contracción de la vesícula, aumentando el cólico - dolor - y, si hay cálculos, empujarlos hacia el colédoco.

6. En dos días se recuperará, pero lo más aconsejable es extender los cuidados durante una semana. Si a pesar de todos estos cuidados la inflamación de la vesícula no se reduce será necesario hacer una intervención quirúrgica para extirparla.

Las amenazas

Como dijimos, las comidas pesadas no son un arma letal sólo para el hígado. Su mira está enfocada en otros objetivos: en el aparato digestivo - pudiendo causar dispepsia, es decir digestión lenta y pesada - o bien en la vesícula, llegando a provocar espasmos dolorosos o las temidas concreciones llamadas cálculos.

Pero su amenaza no se agota ahí: también pueden, a largo plazo, llegar a causarnos otros problemas. Si el cálculo llegase a migrar al conducto biliar llamado colédoco, por donde sale la bilis al intestino, podría bloquear la salida de la bilis. Cuando sucede esto, el colédoco deja de ser permeable y la bilis en sangre aumenta causando la ictericia, que se reconoce por el color amarillo de la piel y las mucosas. La ictericia también plantea al profesional la necesidad de establecer toda una serie de diagnósticos diferenciales para estar seguro del tratamiento a seguir.

Los verdaderos enemigos del hígado

El hígado propiamente dicho puede sufrir:

- Afecciones de tipo viral - ocasionadas por virus -, como el de las hepatitis A - la más
común -, B - de transmisión sexual y sanguínea - y C - de transmisión sanguínea -. Estos dos últimos suelen ser causas importantes de hepatitis agudas, que si se hacen crónicas pueden llevar a la cirrosis. Por eso si se tuvo este tipo de enfermedad es necesario controlarse periódicamente.

- Las consecuencias de algunos trastornos del metabolismo como por ejemplo hipertiroidismo, hipotiroidismo, diabetes. A este grupo pertenecen dos afecciones muy específicas:

. La enfermedad de Wilson, que es una dificultad para metabolizar el cobre comprometiendo al hígado y al sistema nervioso.

. La Hemacromatosis, un problema del metabolismo del hierro que ocasiona un depósito exagerado de este mineral en el hígado y el páncreas.

- Enfermedades causadas por tóxicos como el alcohol o ciertos medicamentos. Hay algunas diferencias:

. El alcoholismo crónico - es decir una ingesta diaria muy importante de alcohol en cualquiera de sus formas, vino, cerveza, etcétera - es un enemigo arrasador del hígado, porque conduce a la cirrosis hepática.

. El hígado también puede resentirse por el uso de medicamentos y drogas. En muchos casos las dosis exageradas llevan a la lesión del hígado. Pero también hay casos contados de personas que pueden llegar a tener una especie de alergia a ciertos medicamentos. Esta alergia a determinadas sustancias puede provocar hepatitis por hipersensibilidad. Es lo que alertan los prospectos cuando, en el rubro contraindicaciones dice: hipersensibilidad a cualquiera de sus componentes.

. También pueden provocar una reacción hepática los anticonceptivos orales y las medicaciones hormonales en general, femeninas o masculinas.

Un hígado a prueba de ataques

El hígado es un órgano vital porque todos los procesos metabólicos, como la formación de colesterol, la síntesis de una serie de sustancias vitales, la formación de la glucosa indispensable para la vida, ocurren allí. Para cuidarlo también es necesario controlar los hábitos que regulan el proceso digestivo.

- Conviene hacer comidas regularmente y de poco volumen cada vez. De este modo se regulariza el funcionamiento de todo el aparato digestivo y se facilita la digeribilidad de los alimentos.

- El desayuno debe ser una de las comidas más fuertes del día.

- Por el contrario debe mantenerse una comida liviana por la noche: la cena debe ser la comida más frugal de la jornada.

- La cantidad de comida también es importante: un alimento puede ser fácil de digerir en una cantidad prudente, pero cuando este límite es superado se convierte en una bomba de tiempo.

- Comer lentamente: cuando los alimentos se tragan sin masticarlos, se pierden muchos de los nutrientes que se absorben en las mucosas de la boca y además, el bolo no fue correctamente preparado para ingresar al resto del tracto digestivo. Esto inevitablemente causará pesadez.

- Hacer una alimentación variada. Algunas personas tienden a reemplazar las comidas
fundamentales por un café y galletas dulces. Este no es un buen hábito para que el aparato digestivo funcione adecuadamente.

- Comer de buen ánimo: los disgustos durante las comidas, las preocupaciones y las ansiedades hacen que se cierre el estómago. Y esto provocará una mala digestión.

- Hay un factor, llamado tolerancia individual, a ciertas frutas o verduras consideradas
alimentos sanos. Esto quiere decir que existen ciertos alimentos que a la mayoría de las personas les caen bien pero por razones individuales algunas personas no los toleran. En ese caso deben aprender a reconocerlos y abstenerse de comerlos para evitar problemas digestivos.

- Para facilitar la digestión pueden digerirse algunos digestivos hepatoprotectores.

Mitos alimentarios

Mitos alimentarios

1. La leche semidescremada es menos nutritiva:

Frente a esta afirmación, bastante común, la realidad es que la aportación de proteínas, minerales y vitaminas es igual o mayor en la leche semidescremada. Pero la proporción de grasa se reduce a la mitad: del 3,3 al 3,5 por 100 en la leche entera pasa a ser del 1,5 por 100 en la leche semidescremada.

2. Las verduras en conserva contienen menos vitaminas:

Lo cierto es que las verduras y frutas destinadas a conservas o congelación se recolectan y preparan en un plazo más breve que las que se cocinan tras su paso por el mercado y el refrigerador doméstico. En realidad, tan sólo la vitamina C se destruye en una proporción importante con el paso del tiempo o el procesado, pero lo mismo sucede en los procesos de cocción y de conservación caseros.

3. El café sólo se digiere mal:

Peor se digiere el café con leche, porque los taninos contenidos en el café precipitan la leche en aglomeraciones más difíciles de disolver, que transitan lentamente por el tubo digestivo. Por eso hay personas que soportan mal el café cortado y peor aún el café con leche. Existe la posibilidad de que el efecto sea distinto según la hora de la jornada en que se consume. Por supuesto, la reacción también depende de los procesos digestivos en curso.

4. Tomar demasiado limón descalcifica el organismo:

El limón tiene, es verdad, un sabor ácido. Pero en su metabolismo no se generan ácidos sobrantes, sino unos residuos alcalinos que facilitan la asimilación del calcio. En el equilibrio ácido-base el limón opera, pues, en contra de lo que generalmente se considera su efecto. Esa es la verdad.

5. Las espinacas son el alimento más rico en hierro:

El mito del dibujo animado resulta ser, en realidad, una verdad a medias. Calculando por raciones habituales en el consumo cotidiano, 120 gr. de hígado de vaca aportan 10 mg. de hierro y un muslo de pavo de idéntico peso proporciona 2,6 mg. de hierro. En 250 gr. de espinacas crudas encontramos 1,7 mg. de hierro, la misma proporción que en 55 gr. de almendras crudas, por ejemplo. Las personas que quieran aumentar su absorción de hierro pueden introducir en su dieta espinacas, pero resultará más efectivo incrementar el consumo de legumbres, frutos secos, carne roja y, sobre todo, filetes de hígado.

6. La naranja es la principal fuente de vitamina C:

La naranja es, indudablemente, uno de los alimentos más asequibles entre los ricos en vitamina C. Pero no es el más abundante en vitamina C, ni mucho menos el único. Entre las frutas, le sacan ventaja el kiwi y las frutillas, en las que existen mayores cantidades de ácido ascórbico. Otras fuentes destacadas de vitamina C son las verduras: perejil, hinojo, pimientos, coles... A propósito de la vitamina C, conviene recordar que se trata del elemento que se destruye con mayor facilidad. Al incluirlo en la alimentación se debe prestar especial cuidado al tratamiento y la frescura de los productos que lo contienen.

7. Comer poco achica el estómago:

Lo cierto es que, si reducimos la aportación de comida paulatinamente, adquirimos el hábito de comer menos, pero el estómago permanece siempre del mismo tamaño. Tan sólo una operación quirúrgica, la resección del estómago, que se practica por razones diversas, desde la existencia de tumores hasta los casos de obesidad verdaderamente graves, disminuye las dimensiones de ese órgano. Por idénticas razones, tampoco es correcto decir que el estómago se agranda cuando ingerimos enormes cantidades de alimentos durante una larga temporada. El tamaño no varía.

8. No es bueno beber con las comidas si se quiere controlar el peso:

Esta recomendación no es válida para todo el mundo, porque cada persona reacciona de forma diferente y porque las distintas composiciones de los alimentos del menú se comportan de distinto modo en su conjunción con los líquidos. En ciertos casos la bebida reduce el apetito y en otros favorece el tránsito de mayores cantidades de alimentos. No se puede, por tanto, generalizar con las afirmaciones de este tipo.

9. Comer fruta no engorda:

En realidad, las frutas son hidratos de carbono, azúcares, en definitiva, y su consumo sin control nunca facilitará el adelgazamiento. Hay que distinguir, además, entre las que son más o menos calóricas. Los plátanos y las uvas aportan en torno a 100 calorías por 100 gr. y se encuentran en el punto más elevado de composición energética. Frutillas, melón, frambuesas y sandía destacan por su bajo contenido en calorías. En escalones intermedios se encuentran los cítricos, manzanas, duraznos, damascos... En cualquier caso, las personas que siguen regímenes adelgazantes deben limitar el consumo de fruta a un máximo de 250 gr. diarios e incluir la aportación de calorías en el recuento total, de la misma forma que si se tratara de cualquier otro tipo de alimento.

10. Después de comer hay que esperar tres horas para meterse al agua:

El famoso corte de digestión parece más aplicable a los tiempos en que se programaban menús gigantescos. Un par de bocadillos consumidos en la playa o en un puesto al aire libre no son en modo alguno equiparables y no representan ningún problema a la hora del baño, siempre que el agua no esté excesivamente fría. Por el contrario, los médicos opinan que resulta contraproducente meterse en el mar con el estómago vacío - antes de desayunar, por ejemplo -, porque si se desencadena una hipoglucemia, o caída de la tasa de azúcar en sangre, puede llegar a producirse un síncope, lo que sí es peligroso.

11. Los adultos no necesitan beber leche:

Error dietético de primera magnitud, porque la leche es uno de los principales alimentos completos en la nutrición humana y sólo deben prescindir de ella quienes manifiestan alergia a la lactosa, que es un número muy limitado de personas. E incluso en estos casos, existen leches especiales que no la contienen en su composición.

Aquellos adultos a quienes no les agrada la leche, han de tomarla bajo otras formas: en cremas, salsas, batidos, platos dulces o salados.

Las mujeres, muy en especial, pueden prevenir, desde los treinta y cinto a los cuarenta años, los efectos de la descalcificación que el déficit hormonal de la menopausia futura puede ocasionarles. Está demostrado que la osteoporosis no incide en aquellas mujeres que mantienen un buen equilibrio en la asimilación de calcio. Todos aquellos que se muestran preocupados por el aumento de peso tienen a su disposición la leche y sus derivados semidescremados, los quesos bajos en materia grasa y otro tipo de preparaciones semejantes.

12. Con una dieta muy severa es posible adelgazar hasta siete kilos por semana:

Tal vez se pueda reflejar esa reducción en la báscula, sobre todo en personas con enorme sobrepeso. Pero la mayor pérdida será de agua y no de materia grasa, que es lo que importa.

Una persona en situación de ayuno total pierde entre 400 y 500 gr. diarios de grasa y masa muscular, como máximo. Las pérdidas de peso espectaculares que se consiguen con las dietas famosas (nada fiables, por cierto) se traducen más tarde en recuperaciones igualmente prodigiosas, en cuanto que la persona que las ha seguido intenta volver a alimentarse normalmente. Una regla resulta inalterable: la pérdida de peso demasiado rápida repercute en alteraciones del equilibrio alimentario y nunca supone una modificación de la estructura corporal de carácter permanente. Vale la pena tenerlo en cuenta.

13. Nada como los concentrados de carne para recuperar fuerzas:

Totalmente falso, porque la aportación de proteína del jugo de carne es apenas un 2%, muy inferir a la mayoría de los nutrientes de construcción (carnes, huevos, lácteos, pescados, legumbres..). Una cucharada de jugo de carne concentrado puede enriquecer, eso sí, un ligero caldo de verduras, pero no llegará más lejos.

14. No se debe comer cuando se tiene fiebre:

Un principio puesto en práctica por la medicina de nuestros antepasados, quienes también utilizaban sanguijuelas como depurativos de la sangre. Ambas técnicas están desterradas en la actualidad. Si un enfermo no tiene problemas ni padecimientos digestivos, debe alimentarse siempre que tenga ganas de comer, sobre todo en estados febriles y de mayor desgaste. Habrá que seleccionar alimentos de fácil digestión y aumentar los líquidos incluidos en la dieta para favorecer la buena asimilación y la eliminación de toxinas. Los niños, en especial, han de mantener siempre una nutrición lo más completa posible durante las enfermedades típicas de la infancia.

Los zapatos y la salud de los pies

Los zapatos y la salud de los pies

Además de hacer posible nuestra posición vertical, los pies son los auténticos cimientos del organismo, capaces de aguantar nuestro peso. Sin embargo, muchas veces no se presta la suficiente atención a estos importantes elementos sustentadores.

Y es un gran error, porque algunas de las deformidades que sufren los pies en la infancia suelen generar posteriormente problemas en el adulto.

El calzado es un factor muy a tener en cuenta respecto a la salud de los pies.

La evolución histórica del zapato nunca puede llegar a justificar el uso de un mal calzado moderno. En la actualidad, sobre todo en el calzado femenino, son muchos los defectos que pueden enumerarse y que afectan a la salud de los pies.

La existencia de una parte anterior puntiaguda - la puntera - debe evitarse, puesto que el pie no tiene, en ninguno de sus tipos, esa forma.

Cuando se prensa el dedo gordo hacia una posición que resulta incómoda, generalmente genera juanetes. El meñique, por su parte, también es empujado hacia adentro, lo cual provoca el denominado juanetillo de sastre. Además de esta lesión aparecen enseguida callos y durezas que se suman a trastornos por compresión de las uñas. Por otra parte, el tacón alto genera el mal apoyo del pie, que produce lesiones en el antepié - metatarsalgia -, así como lesiones en la columna vertebral y la pelvis. Con tacón alto también aparecerán lesiones en el talón de Aquiles. Sin embargo, llevar un poco de tacón sí que resulta necesario.

De cualquier forma, algunos especialistas recomiendan alternar los zapatos de tacón alto con el bajo.

Y esto es importante, porque, por ejemplo, el calzado con ausencia de tacón predispone al pie plano.

La suela no debe ser ni muy dura (madra, cuero reforzado) ni muy blanda. La primera de ellas produce deformación (pie cavo), y la segunda, torsiones del pie.

Además, los zapatos no pueden ser tampoco ni muy largos (producen torceduras) ni muy estrechos (predisponen al dedo de martillo, a los sabañones y a las heridas). El calzado poco aireado favorece las infecciones por hongos (pie de atleta) y un contrafuerte muy duro o excesivamente laxo puede generar bursitis (bolsas) en el talón de Aquiles.

Un mocasín sin sujeción adecuada motiva que el pie salga de su sitio a cada paso que se da. Para que esto no enquiste los músculos, el pie se defiende y agarrota los músculos, lo que, con el tiempo, es negativo. Y qué decir de los zuecos: producen rozaduras y obligan a realizar grandes esfuerzos para dar pasos; las zapatillas (que producen calor) también son imperfectas.

En busca del zapato ideal

Para saber cuál es el zapato ideal hay que hablar de uno para cada persona, acomodado a cada tipo de pie. No obstante, las siguientes premisas merecen ser tenidas en cuenta:

- Antepié no afilado.
- Contrafuerte justo (que sujete pero que no oprima).
- El tacón que exista, pero que no se amuy alto.
- Evitar los cordones apretados (producen rozaduras).
- No optar por materiales que sean muy rigidos; tampoco muy flexibles. Que sean transpirables pero resistentes.
- Cambiar de zapato segun la actividad que se realice (paseo, trabajo, gimnasia, etc.).
- "Comprar zapatos para sus pies, además de para sus ojos", es una buena filosofía para evitar males mayores.

Problemas y algunas posibles soluciones

Se denomina pie plano al que carece de arco o puente y suele asociarse con frecuencia a la mayor laxitud de la planta del pie. Aunque existe una predisposición congénita a padecer este problema, no se puede olvidar el factor constitucional, la utilización de un calzado inadecuado, la ausencia de tacón, que favorecen el pie plano, así como determinados trabajos o actividades.

No obstante, existen medidas para evitar su aparición: enseñar a caminar bien al niño o acostumbrarle a hacer ejercicios para fortalecer los músculos y los ligamentos, a base de andar de puntillas y de talones, constituyen dos eficaces normas preventivas. Si estos medios no resultan suficientes, conviene usar plantillas y calzados ortopédicos que eviten o corrijan la lesión.

El pie cavo o, lo que es lo mismo, pie con exceso de puente, suele ir asociado la mayoría de las veces a desviaciones del talón. Otras veces va acompañado de dedos de garra, es decir, de agarrotamiento de los dedos que están flexionados. Esto puede producir, incluso, que se queden fijos en esta postura. Como causa de ambas lesiones pueden citarse los zapatos pequeños o con un tacón excesivamente alto; pero, al igual que en el pie plano, también influyen factores laborales, genéticos y constitucionales.

Para su tratamiento resulta necesario rehabilitar la musculatura del pie y el uso de
plantillas ortopédicas. Sólo cuando el proceso está muy avanzado se aconseja la intervención quirúrgica.

Existen otras deformidades del pie, típicamente infantiles, que aparecen a los pocos meses de nacer, por lo que no se pueden prevenir. Entre ellas está el pie zambo - desviación del pie hacia adentro -, equino - la parte delantera del pie caída hacia abajo -, en varo - hacia adentro -, en talo - a la inversa del equino.

Al llegar a la edad adulta, todas estas lesiones suelen derivar en una artrosis o, como mal menor, fuertes dolores en la zona. Otros factores como la menopausia, el embarazo, la obesidad, la debilidad muscular y, en menor medida, fracturas, infecciones y lesiones óseas del pie, también contribuyen a generar o agravar estas deformidades.

El calzado es un factor muy a tener en cuenta respecto a la salud de los pies.

La metatarsalgia es una lesión caracterizada por un fuerte dolor en la parte anterior del pie. Se origina por un aplastamiento del arco (parte anterior a los metatarsianos), generalmente debida a un calzado con exceso de tacón.

El pie se apoya prácticamente en un 90% en el primero y quinto dedo por delante y en el talón por detrás. Cuando el tacón es excesivo, al elevar el talón el apoyo varía y se produce una sobrecarga de peso en los metatarsianos (metatarsalgia).

Enfermedades como diabetes, artrosis, reumatismo y traumatismo también pueden contribuir a generar estas lesiones. La solución puede estar en llevar el zapato adecuado y una plantilla especial. Pero si la alteración del antepié es irreversible, entonces es necesaria la fisioterapia, que consiste en utilizar el calor, la luz, el agua o el ejercicio como métodos curativos.

El dedo en martillo consiste en tener la primera falange muy extendida y las otras flexionadas. El tratamiento dependerá de la fase en que se encuentre la lesión, ya que al principio esta alteración es reversible, pero con el paso del tiempo adquiere una rigidez que solamente puede tratarse quirúrgicamente.

Cefaleas y migrañas

Cefaleas y migrañas

Muchos dolores en general y el dolor de cabeza en particular se convierten en una sensación desagradable que a todos nos ataca alguna vez y nos incapacita para desarrollar una actividad normal. Pero no hay que confundirse ni medir por el mismo rasero todos los dolores de cabeza.

Para empezar, jaqueca y migraña son dos términos diferentes para definir el mismo trastorno: el dolor de cabeza localizado. La cefalea, sin embargo, es un término más amplio y significa dolor de cabeza generalizado. De esta forma, la jaqueca, junto con la migraña, se refieren a dolores específicos que entran dentro del capítulo de las cefaleas.

La migraña se caracteriza por un dolor en media cabeza - se la conoce con el nombre de hemicránea, porque duele la mitad del cráneo - y va precedida por una sensación de manchas y puntos luminosos en uno de los ojos, además de cansancio. También resulta posible que aparezcan vómitos, un cierto desagrado hacia el medio ambiente y, sobre todo, ante la luz. Su único tratamiento consiste en permanecer en una habitación a oscuras, preferiblemente recostado.

La migraña proviene de una alteración de los vasos sanguíneos, especialmente de la plaqueta, ya que ésta tiene una sustancia que, al parecer, podría producir una reacción química dentro de los vasos, que son quienes provocan el dolor. Pero éste, a veces, no viene solo, sino acompañado de otros fenómenos vegetativos, tales como sudor, vómitos, mareos y palpitaciones.

Los cambios de tiempo, los viajes, los exámenes, los cambios de presión o las responsabilidades constituyen muchas veces las causas principales de las migrañas. La sinusitis se convierte también en causa frecuente de migrañas. Se trata de un problema orgánico, pero también es verdad que la personalidad del individuo influye notablemente. En el caso de la sinusitis, el dolor que se presenta es equivalente al que puede sufrir una persona con meningitis, aunque la diferencia entre ambos reside en que esta última es una enfermedad intracraneal y la sinusitis, extracraneal. Lo que sucede es que se inflama la mucosa del seno frontal (alojado dentro de los huesos de la cara y el cráneo) y provoca entonces dolores por el estiramiento que produce.

Numerosos especialistas afirman que algunos dolores de cabeza se deben, fundamentalmente, a causas intracraneales: tumores, hematomas, enfermedades inflamatorias internas tales como meningitis o encefalitis. Pero también pueden responder a otras causas. Son muchas las jaquecas ocasionadas por problemas de tipo sistemático - por motivos de enfermedad - por síntomas generales, como fiebre, gripe, hipertensión o hipoglucemia.

Pero, además, pueden ser ocasionadas por una intensa contracción de los músculos que comprima los vasos sanguíneos. Por ello, la mejor prevención consiste, por ejemplo, en no mantener posturas inadecuadas durante el trabajo. Los ojos cansados son también factores que influyen en las jaquecas. Lo mejor será vigilar el estado de nuestra vista o evitar todo aquello que dificulte una visión normal. Y no nos olvidemos del alcohol. Los excesos no pueden ser eliminados convenientemente por el riñón, con lo que se produce una excesiva dilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza, con el consiguiente estiramiento de los nervios, que derivará en dolor.

También el tabaco produce dolores de cabeza. Cualquier fumador habrá comprobado que, tras permanecer un tiempo en un ambiente cargado de humo, le ha aparecido dolor de cabeza. Por ello, las personas con tendencia a cefaleas deberán huir de los sitios cerrados en los que exista ambiente de humo. De la misma forma, evitarán también los lugares demasiado ruidosos.

Pero también la jaqueca puede ser hereditaria. Se ha comprobado científicamente que un alto índice de personas que sufren de este mal son hijos de personas que también lo padecen. El individuo nervioso las tiene con mayor asiduidad y es fácil también que se produzca en situaciones de estrés. En realidad, la jaqueca no tiene edad - puede comenzar a cualquiera -, aunque en el niño es atípica y su forma de manifestarse es completamente distinta a la del adulto; en la infancia se manifiesta con dolores en la totalidad del cráneo y se acompaña siempre de vómitos y sudor abundante. En la pubertad ya se presenta la misma sintomatología del adulto. No obstante, en adultos y en niños siempre resulta normal que se presente una jaqueca, y la frecuencia que tenga vendrá determinada por el grado de preocupaciones que origine que origine en el enfermo. Es decir, si la jaqueca es capaz de alterar su vida y sus costumbres, entonces sí se puede afirmar que se produce con excesiva frecuencia.

Abusar del sol puede también producir jaquecas, ya que es un agente vasodilatador. Al producirse una dilatación de los vasos intracraneales y el estiramiento de las terminaciones nerviosas, se segregan unas sustancias que se pierden en el torrente sanguíneo, produciendo un dolor completamente físico-químico.

Cuando subimos una cuesta o una escalera empinada, a veces podemos notar un zumbido, punzadas en las sienes o cierto vaivén de la cabeza, que parece que "se nos va". Esto ocurre si entran en funciones problemas de tipo vascular (taquicardias). No cabe duda de que si realizamos un esfuerzo físico, y nuestro corazón no está habituado a ello, éste trabaja más deprisa y entonces nos sentimos fatigados.

Habitualmente las jaquecas se presentan con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. No obstante, depende de la persona, de su actitud ante la vida, de sus ocupaciones y desocupaciones, para que se vea más o menos afectada por este problema. Es normal que alguien que se encuentre sin nada concreto a realizar se preocupe por cualquier problema y sienta dolores (constituyen el 50 por 100), pero también lo es en el caso contrario - los que se preocupan por todo -. Por suerte, menos de la mitad de los pacientes que visitan al neurólogo necesitan tratamiento medico, aunque, eso sí, precisan una buena charla que a veces aclara sus temores sin necesidad de utilizar ningún tipo de medicamento, aunque a la vez se busquen como causantes posibles trastornos físicos.

¿Y qué mujer no ha sufrido alguna jaqueca producida por la tensión premenstrual o la
menopausia? En la época premenstrual, y en todo lo que está en relación con la endocrinología de la mujer, no hay que olvidar que para compensar su metabolismo hidrosalino, la mujer retiene líquidos; y durante cierto tiempo - hasta que los elimina - se provoca un aumento de contenido líquido del cerebro que causa el dolor de cabeza.

Dependiendo de las causas que originen la jaqueca y los dolores de cabeza en general, conviene tomar una serie de precauciones, entre las que deben figurar - la más importante - una visita al neurólogo. Las pruebas a realizar, tal vez sofisticadas, no deben asustar, ya que sólo se harán cuando el cuadro clínico indique que son necesarias. Si la causa es una hipertensión arterial, por ejemplo, lo lógico será guardar reposo absoluto para no provocar un aumento de esa tensión: tranquilizarse, tomar un sedante, y, sobre todo, ponerse en manos de un especialista lo antes posible; esto suponiendo que sea la primera vez que ocurre, porque si ya sabemos que es nuestro problema porque padecemos de ello hace tiempo, nos limitaremos a seguir los consejos que en su día nos diera el médico. Si el problema está provocado por un tumor, tomar los analgésicos que haya recomendado el médico y, desde luego, visitar al neurólogo o al neurocirujano para que intervengan lo antes posible. Si la causa del dolor fuera una sinusitis, conviene hacer inhalaciones para quitar la congestión de la mucosa de los senos y tomar atibióticos y analgésicos.

No obstante, las jaquecas son difíciles de parar una vez comenzadas, porque ya están en marcha todos los mecanismos que las provocan. En cuanto se empiecen a notar los síntomas (manchas luminosas, puntitos blancos en los ojos, etc.), hay que tomar medidas oportunas (analgésicos).

Aun así, el dolor de cabeza termina por sí solo, pero es demasiado molesto para depender de que quiera irse o no, porque puede darse el caso de que dure una hora y también el que tarde varios días en desaparecer. La jaqueca es un fenómeno subjetivo y el especialista sólo puede decir si hay algún signo de organicidad o si cree que es de tipo funcional, pero nunca lo podrá asegurar al ciento por ciento (si es un dolor real o ficticio). Además, existe la autosugestión, y todos sabemos lo importante que es creer que se tiene un mal para acabar teniéndolo, aunque el médico asegure que no hay nada patológico, sino que las causas son psicológicas.

Mantenga sanos sus dientes

Mantenga sanos sus dientes

Tanto la caries como la enfermedad periodontal, más conocida como piorrea - las dos enfermedades mas frecuentes que afectan al sistema dental - están originadas por la presencia de placa dental en nuestra boca.

La placa es una película que se adhiere a los dientes y a las encías; está constituida por elementos de la saliva, restos de alimentos y microorganismos bacterianos, muy abundantes en la cavidad bucal. Tales gérmenes utilizan para nutrirse los azúcares de los alimentos que tomamos, dando lugar a la formación de ácidos, los cuales reblandecen el esmalte del diente (mecanismo generador de caries) e inflaman las encías. De esta forma, producen gingivitis en un principio, y piorrea en casos avanzados.

Uno de los procedimientos más eficaces para prevenir enfermedades tan comunes es la eliminación de la placa bacteriana utilizando tanto el cepillo de dientes como la seda dental.

Cómo cepillarse correctamente los dientes

Las caries son, en la actualidad, una de las enfermedades que con mayor frecuencia afectan a hombres, mujeres y niños de los países desarrollados. Los problemas que trae consigo no son únicamente estéticos (dientes manchados y rotos, pérdida de piezas dentales, etc.), sino que puede repercutir gravemente sobre la totalidad del organismo (lesiones cardíacas, problemas reumáticos, afecciones pulmonares...). Siga estas reglas y se librará de ellas:

Todas las caras del diente y todas las piezas deben ser cepilladas.

Para ello dividiremos la boca en cuadrantes, empezando pro el superior izquierdo y avanzando en el sentido de las agujas del reloj. Así, la sistemática evitará el olvido.

La cara anterior (que vemos) de los dientes se limpiará mediante un movimiento de barrido, apoyando las fibras del cepillo horizontalmente sobre la encía con una cierta inclinación. A continuación realizaremos un giro de muñeca hacia el borde del diente (cada arcada dentaria se cepillará siempre por separado).

Se seguirá el mismo procedimiento en las caras posteriores, debiendo colocar el cepillo vertical cuando limpiemos los dientes anteriores (incisivos y caninos).

Las superficies de las piezas que miran hacia la arcada contraria (aquellas con las que masticamos) se limpiaran colocando el cepillo horizontal, con sus fibras perpendiculares a la superficie del diente y desplazándolo de atrás a adelante.

Las encías también serán cepilladas. Para ello apoyaremos el cepillo horizontalmente sobre la unión del diente-encía, manteniendo una inclinación de 45º, para posteriormente realizar movimientos en sentido antero-posterior de muy escasa longitud (sin que las cerdas lleguen a desplazarse, sólo a deformarse).

Finalizaremos el cepillado con amplios movimientos de barrido sobre la lengua y la cara interna de mejillas y labios.

Nunca cepillaremos horizontalmente la cara anterior (la que vemos) de los dientes con las fibras perpendiculares a la misma. Esto produciría lesiones graves en las encías y desgaste del diente, causando caries.

Al menos en un principio, y para orientar un buen cepillado, se disolverá en la boca un comprimido de colorante, el cual tiñe la place y evidencia su localización.

Los dientes serán cepillados tras cada comida, o al menos antes de acostarse.

Manejo de la seda dental

Consiste en un hilo de seda cuya finalidad es limpiar las superficies de los dientes que toman contacto entre sí, y los espacios interdentarios; zonas prácticamente inaccesibles a las fibras del cepillo que se transforman en verdaderos refugios de la placa, con el consiguiente riesgo de caries, gingivitis y piorrea. Si no usamos la seda dental nuestra boca nunca estará completamente limpia.

El hilo dental se vende en rollos individuales con estuche protector o formando parte de un kit de control de placa (el cual incluye además cepillo, colorante de tinción de placa, aplicador de seda, dentífrico y otros accesorios apropiados para el mantenimiento de la higiene bucal).

La presentación comercial de la seda es variable, teniendo el aspecto de un hilo fino (1 mm. aproximadamente de grosor) de diversos colores (blanco generalmente) e incluso de variados sabores (frutilla, menta...).

Las dos modalidades más extendidas de seda son enceradas (de más fácil manejo, por deslizarse mejor), ideal para principiantes, y sin encerar. Aunque los odontólogos recomiendan el uso de seda sin encerar, recientes estudios han demostrado que su eficacia es similar a la encerada.

A pesar de que en un principio su manejo pueda resultar complicado, hemos de recordar que al final se convierte en una práctica rutinaria y sencilla, semejante al cepillado. Por tal motivo, no olvide que si al iniciar su uso encuentra dificultades debe perseverar en su empeño y no dar la espalda a una técnica tan simple, eficaz y necesaria de higiene oral.

La seda se manejará manualmente, extrayendo del rollo unos treinta o cuarenta centímetros, cuyos extremos enrollaremos a los dedos medios de ambas manos, llevando la mayor parte del hilo a uno de los dedos, con el fin de que, a medida que la utilizamos, vayamos pasando seda de uno a otro dedo, empleando seda limpia para cada espacio interdentario.

Dejamos varios centímetros de seda entre ambas manos, sujetos con los dedos índice y pulgar; su longitud no será grande para que no dificulte los movimientos que hay que efectuar. Generalmente comenzaremos introduciendo el hilo entre los incisivos superiores (los más fáciles de limpiar) hasta que éste se apoye suavemente en la encía. La seda presionará sobre la cara lateral de uno de los dientes, rodeándole en forma de "C", y se deslizará suavemente en sentido vertical hacia el borde del mismo. La operación se repetirá varias veces (seis u ocho) hasta que notemos un sonido peculiar, indicador de que la superficie está limpia).

Los cabos deben ir siempre paralelos, no presionando sobre la encía, la cual sería lesionada, sino sobre la superficie de cada pieza.

La misma sistemática se seguirá con cada uno de los dientes, y jamás se realizarán movimientos horizontales de sierra (de atrás a adelante), sino verticales, pues cortaría la encía e incluso erosionaría el cuello del diente haciéndole vulnerable a las caries y la sensibilidad dolorosa.

La seda también puede ser utilizada mediante los denominados "aplicadores"; unos sencillos instrumentos de plástico en forma de horquilla, entre cuyos brazos queda el fragmento de hilo con que limpiamos, y un botón en la bifurcación donde se anuda. Aunque da mejores resultados la aplicación manual, los aplicadores sirven para dar los primeros pasos.

En los niños, la seda comenzará a emplearse tan pronto como sus habilidades lo permitan, y siempre antes de que los contactos interdentarios se cierren. Para simplificarles el manejo, en vez de enrollar el hilo a los dedos medios, se aconseja confeccionar un anillo de unos ocho centímetros de diámetro, anudando los extremos. El aro se sujetará con los cuatro dedos de cada mano (exceptuando el pulgar) y se hará rotar el hilo para utilizarlo siempre limpio.

La seda dental debe usarse al menos una vez al día.

Características del cepillo ideal

Existe un modelo para cada edad, cada persona y cada patología. Consulte a su densita sobre el suyo.

El cepillo genérico tendrá mango recto que facilite su uso.

La cabeza será pequeña para poder acceder a todas las zonas de la boca.

Sus fibras, de consistencia media o blanda, con extremos redondeados que no deteriores el esmalte o las encías.

Estarán alineadas en dos o tres hileras de pinceles, con diez o doce penachos en cada hilera.

Cambie su cepillo cada tres meses por uno nuevo.

Los cepillos eléctricos sólo los emplearán personas impedidas.

Los cepillos interproximales, consistentes en un mango y un único penacho de fibras, facilitan la limpieza de los espacios interdentales.

Los palillos de dientes se evitarán lo posible.

Los denominados estimuladores gingivales (pequeños conos de goma existentes en el lado opuesto a la cabeza de algunos cepillos, o con mango propio) activan la circulación de la encía y facilitan la limpieza de los espacios interdentales.

Sepa hacer un buen vendaje

Sepa hacer un buen vendaje

Según el diccionario médico, vendaje es la "pieza o banda de tela (y por extensión todo otro elemento) aplicado sobre el cuerpo para mantener un apósito, realizar una compresión, inmovilizar una fractura o una luxación". Esta definición tiene la ventaja de considerar todas las formas de curación y todas las lesiones susceptibles de ser beneficiadas por un vendaje. Pero, en la práctica, usted sólo podrá realizar un vendaje en ciertas circunstancias determinadas. El tipo de material a utilizar también tiene su importancia: no es lo mismo vendar un tobillo, que un codo o un dedo.

En qué casos se aplicarán vendajes

Los cortes y magullones son más comunes que las fracturas y las entorsis. Esto no implica que todas las heridas deban ser vendadas. No obstante, existen ciertos apósitos de formas variadas que, después de la desinfección, permiten una buena protección de las heridas de menor importancia.

Para las heridas con tendencia a producir sangrado, puede justificarse un vendaje ligero a fin de ejercitar una compresión moderada de la zona hemorrágica. Sea cuidadoso y comprima sólo la región afectada.

Las entorsis son lesiones más graves que afectan generalmente al tobillo. El vendaje es eficaz siempre y cuando sea aplicado con rapidez y pericia. Si la entorsis es grave (en caso de un desgarro óseo, por ejemplo) lo mejor será esperar la radiografía antes de tocar la zona afectada.

La fractura presenta diferentes problemas. Por un lado, puede pasar desapercibida en un primer momento (a nivel de los huesos del pie y de la mano, particularmente). Por otra parte, incluso cuando la fractura es evidente, el vendaje resulta insuficiente para inmovilizar el miembro afectado.

Material a utilizar

Todo buen botiquín debe contar con diferentes tipos de bandas:

Una banda de algodón, liviana y flexible de, al menos, 3 metros de largo servirá para mantener un apósito o realizar una compresión local. Es indispensable contar con una caja de gasas estériles.

Una banda elástica, llamada "de contención" de las que se usan para las várices, puede tener vital importancia para comprimir eficazmente un hematoma. Además, este tipo de venda puede asegurar la inmovilización de un miembro traumatizado, mientras se espera al médico, y puede ayudar a aliviar el dolor de una entorsis.

Dos o tres bandas adhesivas de diversas longitudes (3, 6 y 10 centímetros), pueden ser usadas en lesiones deportivas. Son eficaces pero difíciles de usar, pues son extremadamente compresivas. La clave es colocarlas sin presionar demasiado. Un último material esencial: un par de tijeras. Nada peor que no poder cortar la medida justa cuando es necesario.

Precauciones a considerar

El vendaje debe "mantener sin hacer sufrir". El problema es que a veces resulta difícil hallar el punto intermedio, ya que no sirve vendar ni muy ajustado ni demasiado suelto. De todos modos, cuando haga un vendaje considere estas reglas básicas:

Jamás vende una herida sucia. Primero desinféctela y luego aplique gasas estériles.

Si hay un sangrado importante, comprima la región aplicando firmemente algunas compresas. Luego realice el vendaje.

Si la herida se encuentra lejos de la articulación, trate de no vendarla para evitar la inmovilización del miembro.

Inversamente, si el traumatismo interesa una zona articular, inmovilícela correctamente. Evite ajustar mucho la venda por si hay algún tipo de fractura (especialmente en manos y pies).

Cuidado con los vendajes "segmentarios": no pase la venda diez o quince veces por
el mismo lado, ya que esto puede perjudicar la zona lastimada. Para una entorsis de
tobillo, por ejemplo, haga llegar la venda hasta la rodilla.

En resumen, no olvide jamás que el vendaje no debe ser doloroso. Si esto ocurre, probablemente se daba a que está mal colocado o porque la lesión es más grave de lo que aparenta ser.

Cómo derrotar a la osteoporosis

Cómo derrotar a la osteoporosis

La osteoporosis es una afección muy antigua. Los estudios combinados de médicos y arqueólogos han demostrado que ya en el antiguo Egipto los faraones sufrían esta enfermedad de los huesos.

Los profesionales conocen a la osteoporosis como una afección del esqueleto que se caracteriza por la pérdida progresiva de masa ósea (su propio nombre lo define: poros en los huesos). Esta descalcificación se origina principalmente en:

El desgaste natural del organismo que provoca la edad.

El sedentarismo y la falta de actividad física.

El mal funcionamiento hormonal.

La exageración en las dietas, que provocan una ingesta demasiado escasa en calcio.

El abuso de ciertas medicaciones.

Sin embargo, no son las únicas. En menor medida también son responsables:

La anorexia.

La bulimia.

El ejercicio físico excesivo.

Los tratamientos prolongados con corticoides.

El hipertiroidismo.

La cirugía intestinal.

Los antecedentes familiares.

El alcoholismo y el tabaquismo.

El que pega primero, pega dos veces

Lamentablemente, la principal manifestación clínica de la osteoporosis es la rotura de huesos y sus posteriores complicaciones. Esto significa que buena parte de quienes la sufren sólo concurren a la consulta médica cuando éstas comienzan a ocurrir con frecuencia. Además, no todo el esqueleto la sufre de la misma manera. Las partes óseas mas afectadas son:

Los huesos largos como el fémur (a la altura de la cadera), el cúbito y el radio, que sufren tensiones.

Los huesos cortos, que soportan grandes presiones, como las vértebras.

¿Y no es posible detectarla antes de que estas fracturas lleguen? Se puede. En principio existen los medios tradicionales capaces de revelar la densidad del hueso. Son las radiografías comunes, por ejemplo, las de una vértebra de la columna. Pero ocurre que este tipo de pruebas sólo manifiestan el proceso una vez que éste ya está considerablemente avanzado. Es decir, cuando los huesos ya han perdido entre el 20 y 30 por ciento de su masa original. Para obtener una diagnóstico más precoz es necesario recurrir a métodos mas específicos como la densimetría ósea. Este estudio requiere de aparatos especiales que no todos los centros médicos poseen. Entonces surge la pregunta, ¿quiénes están más expuestos a sufrirla y por lo tanto deberían tener prioridad para realizarse el análisis?

La respuesta es sencilla. Como se conocen las causas de la enfermedad, también se sabe que los más proclives a tenerla son:

Las mujeres en la posmenopausia.

Las personas mayores de 55 años, de ambos sexos.

Las mujeres delgadas y menudas en extremo.

Los que fuman y beben mucho café.

Los que sufren prolongados períodos de inmovilización en una cama.

Los que consumen una dieta con bajo contenido de calcio.

El por qué de la osteoporosis

Desde que nacemos hasta que morimos, los huesos son asiento de un proceso continuo de remodelamiento. En su interior hay dos tipos de células: los osteoclastos, cuya función es disolver y reabsorber la estructura, y los osteoblastos, cuya tarea es rehacerla. Durante los primeros 50 o 60 años de vida, entre los dos se mantiene un delicado equilibrio, aunque el máximo de la masa estructural del esqueleto se alcanza alrededor de los 30 años. Después, el balance comienza a ser negativo y el hueso empieza a perder lentamente su materia prima.

Durante este proceso, todo el hueso es afectado. Tanto en su parte externa, la corteza - que se vuelve mas delgada - como en el interior, que es una masa esponjosa donde con los años se va agrandando la trama y aumentando la porosidad.

A partir de los 50 años, y por razones principalmente hormonales, las mujeres comienzan a perder masa ósea y el total de esta pérdida puede alcanzar entre el 25 y el 50 por ciento de su valor original. Al mismo tiempo, se va modificando la micro-arquitectura interna del hueso. Los varones, por su parte, padecen la mitad de la disminución que se nota en las mujeres. Esta desventaja femenina se relaciona directamente con la disminución de las hormonas ováricas llamadas estrógenos, cuyo nivel cae significativamente durante la menopausia. Estas sustancias tienen entre otras funciones la de fijar el calcio en el hueso. De todos modos también en los hombres, con la edad, decae el nivel de testosterona en su flujo sanguíneo. Esta hormona producida en los testículos, entre otras cosas, mantiene correctamente el volumen de las masas muscular y ósea.

Los médicos dividen la osteoporosis en dos clases: primaria y secundaria. La primera es la más común y está ligada a la edad y los problemas hormonales. La segunda en cambio, es mucho más rara y se puede originar en algunas enfermedades como la diabetes o en los tratamientos prolongados con medicamentos derivados de la cortisona.

La osteoporosis en cifras

La mitad de las fracturas que sufren las mujeres mayores de 45 años y el 20 por ciento de las de los hombres de la misma edad son consecuencia de la osteoporosis. Alrededor de 25 millones de norteamericanos la padecen en uno u otro grado. En el país del norte se registran cada año 1.300.000 roturas de cadera, columna o muñeca por esta única causa. Entre el 12 y el 20 por ciento de los que sufren roturas crónicas a causa de la osteoporosis, terminan allí con una invalidez permanente o muerte.

Sin embargo, lo más triste de estos números es que se deben principalmente al desconocimiento de los afectados acerca de la naturaleza de su enfermedad. En realidad, efectivos tratamientos a base de drogas que aportan estrógenos, flúor, bifosfonatos, calcitonina y especialmente una dieta rica en calcio, vuelven injustificable la dejadez de los pacientes, que desemboca en un elevado porcentaje de casos. Sobre todo porque en este tema no sólo se puede controlar, sino - mas importante aún - se puede prevenir.

El camino mas corto: la prevención

Según los médicos, hay una amplia batería de medidas que ayudan a prevenir y evitar la osteoporosis. Los estudios más recientes demuestran que no hay una sola infalible y única, ya que algunas trabajan sobre ciertos puntos en los que no son efectivas otras. Así por ejemplo se ha determinado que las dosis extras de calcio se concentran en el fémur, endureciéndolo. Pero para el mejor estado de las vértebras, lo más eficaz es el ejercicio físico moderado. Muchas veces se nota que donde trabaja el calcio no hace efecto el ejercicio y viceversa. En otras palabras, lo mejor resulta combinar la mayor cantidad posible de ellas.

El cóctel ideal para mantener alejada a la osteoporosis implica:

Una dieta rica en calcio.

Ejercicios físicos moderados continuos.

Mantener adecuados niveles de hormonas.

Una nutrición sana y balanceada.

El camino sin salida del calcio

De acuerdo a los estudios realizados por los nutricionistas, entre los alimentos que contienen un mayor porcentaje de calcio por unidad de volumen están los siguientes:

Un yogur descremado: 425 miligramos de calcio.

Sardinas (siete unidades): 321 miligramos de calcio.

Leche descremada (una taza): 302 miligramos de calcio.

Queso mozzarella (30 gramos): 183 miligramos de calcio.

Salmón rosado (100 gramos): 181 miligramos de calcio.

Higos secos (5 unidades): 135 miligramos de calcio.

Almendras (30 gramos): 80 miligramos de calcio.

Avellanas (16 unidades): 55 miligramos de calcio.

Pasas y ciruelas secas (5 unidades): 21 miligramos de calcio.

También se han estudiado algunos alimentos que son negativos o neutros:

Espinacas cocidas (contrarresta la fijación de calcio).

Carne (contiene cantidades insignificantes).

Y finalmente tienen algún contenido de calcio, aunque en poca cantidad, según su volumen:

Verduras de hoja verde.

La zanahoria.

Para los casos en que por una u otra razón no es posible consumir las dosis necesarias mediante la alimentación, los médicos pueden recetar comprimidos de calcio. Sin embargo, es necesario no excederse de los 2.500 miligramos diarios, porque un nivel superior puede contribuir a la formación de cálculos en los riñones.

Un tema importante para los vegetarianos: a pesar de que la carne prácticamente no aporta calcio, si es una rica fuente de otros tres minerales: magnesio, zinc y cobre. Los tres son esenciales para crear proteínas, claves para la buena salud de los huesos. Recuerde: en una dieta contra la osteoporosis también es necesario consumir carne.

Y, finalmente, la otra pieza clave de la alimentación para mantener huesos fuertes es tener una adecuada cantidad de vitamina D. Esta se obtiene de varios alimentos y también se crea naturalmente en la piel, a partir de la acción de los rayos ultravioletas. Por lo tanto, exponerse moderadamente al sol es una actividad saludable. Las recomendaciones de la FDA indican que entre 200 y 400 UI (unidades internacionales) diarias de esta vitamina es una dosis adecuada. Como siempre, el excederse es contraindicado y en ocasiones hasta puede resultar pernicioso.

El mejor ejercicio

A través del ejercicio físico correcto es posible no solo detener la osteoporosis, sino también incrementar la masa ósea. Las tres actividades más recomendadas son:

Movimientos y levantamientos de pesos moderados.

Trabajos de impacto.

Ejercicios aeróbicos.

El tercero significa por ejemplo caminatas de 30 minutos tres veces por semana. Y todavía mejor si se realizan con una pequeña mochila cargada. Un ejercicio de impacto es, por ejemplo, hacer flexiones y saltos de rana. En ese caso el cuerpo soporta su propio peso, más la fuerza causada por el movimiento: Por esta misma razón es mejor una caminata corta a paso "vivo", que un paseo largo y reposado. También es recomendable el complemento con aparatos, ya que a los músculos fuertes les corresponden huesos fuertes.

El tipo de ejercicios más útiles para estos efectos es:

Caminata con mochila.

Subir escaleras, pendientes o colinas.

Bailar.

Jogging.

Danza aeróbica.

Tenis.

Complemento y pesas.

De todos modos, los especialistas indican que siquiera una camina tranquila, es mejor que nada.

Cuando ya está el mal

Aquellos que ya tienen cierto grado de osteoporosis y están en tren de detenerla o reducirla, también pueden seguir algunos cuidados básicos para disminuir el riesgo de las fracturas. Según los registros, la mayor parte de los accidentes se producen en el hogar. Por lo tanto, tome nota:

Cuidado con las escaleras. Es recomendable que estén bien iluminadas y no demasiado enceradas. Además, que tengan barandas firmes.

Preste atención en el baño, especialmente si éste tiene una bañera de la que es difícil entrar o salir.

Tome precauciones en los cordones y veredas, y durante el ascenso y el descenso a los metros, micros y otros medios de transporte.

Sobre todo preste atención y consulte al medico si aparecen ciertos síntomas que a veces acompañan a la osteoporosis, como por ejemplo:

Excesivo sangrado de las encías y pérdida de dientes.

Pérdida de altura.

Encorvamiento de la espalda.

Artritis.

Menopausia precoz (natural o quirúrgica), sin tratamiento hormonal complementario.