¿Cuál es su forma de pensar?
Aunque el pensar constituye una conducta invisible, tenemos consciencia de que transcurre en nuestra propia mente, y vemos los resultados de la forma de pensar de los demás en las soluciones que encuentran y las decisiones que toman. Lo que no vemos es que los engranes de la mente funcionan de muy diversas maneras en grupos de individuos.
Por ejemplo: consideremos a dos personas a punto de comprar un auto nuevo. Una de ellas lleva a cabo una investigación de consumo y un análisis financiero amplísimo; la otra, en cambio, prefiere guiarse por lo que ve y siente. Todos reunimos datos y sacamos conclusiones, pero tenemos muy diferente estilos de pensar.
El cuestionario que aquí proponemos es la adaptación de otro, más extenso; le dará a usted un atisbo de las cinco modalidades básicas que describen mejor su estilo de pensar: sintetizador, idealista, pragmático, analítico o realista.
El total más alto sugiere su estilo de pensar predilecto. Sólo el 15% de la población, poco más o menos, emplea por igual todos los estilos de pensar, mientras que el 50% tiene un sólo estilo preferido. El 35% restante obtiene alta calificación en dos o, en ocasiones, tres áreas, lo que hace que esas personas sean pensadores que cuentan con dos o tres armas de reflexión.
Cuestionario
En la casilla situada a la derecha de cada aseveración, escriba 5, 4, 3, 2 o 1, indicando con honestidad el grado hasta el cual se parece más a usted (5), o menos (1). Escriba cada número sólo una vez en cada aseveración.
A. En términos generales, asimilo mejor las ideas nuevas:
1. Comparándolas con las ideas de otros (S):
2. Comprendiendo cómo se asemejan a ideas que ya conozco (I):
3. Relacionándolas con actividades mías, actuales o futuras (P):
4. Por medio de la concentración y el análisis cuidadoso (A):
5. Aplicándolas a situaciones concretas (R):
B. Cuando leo un artículo sobre cómo ayudarse a uno mismo, doy mayor atención a:
1. Si las recomendaciones son factibles (R):
2. La veracidad, apoyada en datos objetivos (A):
3. La relación entre las conclusiones y mi propia experiencia (P):
4. El concepto del articulista acerca de lo que debe hacerse (I):
5. Las ideas obtenidas en la información (S):
C. Cuando oigo que dos personas discuten, tomo partido de quien:
1. Señala la razón del conflicto y trata de esclarecerlo (S):
2. Expresa mejor los valores e ideales implícitos (I):
3. Refleja mejor mis opiniones y experiencias personales (P):
4. Enfoca la situación con mayor lógica y congruencia (A):
5. Presenta argumentos con mayor fuerza y concisión (R):
D. Cuando me examinan o someten a prueba, prefiero:
1. Contestar a una serie de preguntas sobre el tema, que estén enfocadas en el problema y sean objetivas (R):
2. Hacer un informe por escrito que abarque antecedentes, teoría y método (A):
3. Redactar un informe superficial acerca de cómo he aplicado lo aprendido (P):
4. Rendir un informe oral sobre mis conocimientos del tema (I):
5. Sostener un debate con la participación de otros examinados (S):
E. Cuando otra persona hace una recomendación, prefiero que:
1. Tome en cuenta los inconvenientes, así como las ventajas (S):
2. Muestre cómo apoyaría la recomendación (I):
3. Indique claramente qué ventajas se obtendrán al aceptarla (P):
4. Apoye lo que recomienda con buena información y un plan definido (A):
5. Muestre cómo se podrá llevar a cabo esa recomendación (R):
F. Cuando reflexiono en un problema, es probable que:
1. Trate de imaginar cómo podrían resolverlo otras personas (R):
2. Intente encontrar el mejor método para resolverlo (A):
3. Busque maneras de lograr que el problema se resuelva rápidamente (P):
4. Trate de relacionarlo con un problema o teoría de mayor amplitud (I):
5. Piense en cierto número de medios opuestos para resolverlo (S):
Sume las calificaciones correspondientes a cada letra y anote los resultados en las letras inferiores. Las letras son iniciales, y corresponden a cada uno de los cinco estilos más comunes de pensar.
Totales:
S:
I:
P:
A:
R:
Resultados:
El sintetizador
Usted es una persona creativa y estimulante, que hace andar a todos de cabeza. Su fascinación por la filosofía especulativa lo aparta de las realidades concretas que son importantes para todos los demás.
Vislumbra usted varias maneras distintas de considerar cualquier posible verdad. El resultado es que discute siempre con vehemencia. La mayoría de las personas son pensadores lineales, que pasan de un pensamiento a otro en secuencia lógica. Usted salta de un pensamiento a otro, y a menudo los demás se quedan desconcertados.
Si su cónyuge o su mejor amigo es sintetizador, y usted no, recuerde que el sintetizador considera las discusiones no como algo que debe ganarse, sino como diversión. Si se sale por la tangente, deje que lo haga un rato; probablemente esté a punto de ocurrírsele una idea creativa. Sin embargo, debe prepararse para aportar la dosis de sentido práctico, sin llegar a destruir el entusiasmo del sintetizador.
El idealista
El idealista persigue el consenso apoyándose en las similitudes. Sabe escuchar, y se compromete con las metas, los valores y lo que sea conveniente para los demás; aprecia mucho la rectitud moral y la integridad. A menudo se reprueba a sí mismo por no haber logrado cumplir sus altas aspiraciones, y se desilusiona al ver que los demás se comportan con pocos escrúpulos o pasan por alto sus valores morales.
Más que a nadie, al idealista le preocupa el futuro. Pero suele exagerar al brindar apoyo a quienes no lo necesitan o no lo desean.
Si vive usted con un idealista, tome en cuenta que tal vez tenga expectativas carentes de realismo en cuanto a sí mismo y a los demás. Pregúntele de vez en cuando qué espera de usted y de sus hijos, por ejemplo. Tendrá que hablar con esta persona de metas y planes a largo plazo.
El pragmático
Si es usted una persona de pensar pragmático, tiene una visión positiva y dinámica de la vida misma. Como cree en que debe hacer hoy todo lo posible, jamás lo agobian los problemas. Sabe que mañana le brindará otra oportunidad para tratar de resolverlos.
Aunque ya ve con claridad hacia dónde va, y capta bien la realidad, la planificación pormenorizada no es su punto fuerte. Se concentra en hacer lo que se pueda, con los medios a su alcance. Es persona innovadora, está llena de recursos y no se estanca por querer hacer todo de la mejor manera posible.
Acepta las transacciones, el tomar y dar, y es maravillosamente adaptable, porque no siente la necesidad de enfrentarse a todo el mundo a la vez. Reduciendo a la oposición a sus verdaderas proporciones, usted puede vérselas, lleno de entusiasmo, con lo que parece una tarea imposible. Posee usted, en mayor grado que los demás, un excelente sentido de táctica, así como el toque maestro para negociar.
No espere usted que si hay un pragmático en su vida, él o ella trace planes para el futuro. Fijarse demasiados objetivos agobiaría a esta persona.
El analítico
Si usted es analítico, piensa que existe una mejor manera para hacer casi cualquier cosa. Para encontrar esa manera, el analítico decidirá racionalmente en qué consiste el problema, compilará pacientemente los datos y luego buscará cuidadosamente la fórmula correcta. Una vez hallado el mejor método, tal vez quede para siempre fijo en su mente. Por lo menos, hasta que algo mejor - y habrá que demostrarlo rigurosamente - se le presente.
El analítico es un pensador en términos concretos. Los sentimientos, deseos y fantasías, para él, pueden existir, siempre y cuando no ocupen una parte considerable en la toma de decisiones. También considera extemporáneas las lisonjas y las alabanzas. Por desgracia, su interés por la exactitud y la perfección, sin que las endulce ningún halago, pueden darle la imagen de ser despótico y ultra exigente.
Si algún miembro de su familia es analítico, tal vez sienta usted frustración por su interminable exigencia en que siempre se puede encontrar un método mejor. No interprete como reprobación la falta de entusiasmo; los analíticos tienden a cavilar mucho. Y trate de asegurarse de que el balance en su talonario de cheques esté correcto mes tras mes. Los analíticos consideran que la eficiencia equivale a la competencia.
El realista
Todo cuanto el realista sienta, oiga o viva, en cualquier forma, es para él una realidad emocionante. Todo lo demás es imaginación o teoría y, por tanto, no tiene gran utilidad. Le agradan los hechos, especialmente los que tiene enfrente, porque supone que el mundo es siempre tal como él lo ve.
Desconfía de las transacciones conciliatorias, de las síntesis, del idealismo y de las maneras suaves de tratar con el mundo. Ve claramente sus objetivos y no comprende por qué los demás no pueden verlos de esa manera. Aunque comparte con el pragmático la buena disposición para avanzar sin analizar ni profundizar demasiado, se aparta rápidamente en cuanto la conversación se convierte en una transacción conciliatoria.
Cuando trate usted con un realista, manifieste sucintamente los conceptos, sin entrar en demasiado detalle. Defienda sus ideas. Los realistas menosprecian a las personas condescendientes. Si ha aceptado algo, hágalo; la palabra no cumplida saca a relucir el peor aspecto de la personalidad de los realistas.
Conclusión
Cualquiera sea su estilo de pensar, recuerde que puede tener aspectos de varios de los mencionados.
En todo caso, ahora tendrá algo más claro cuál/es su forma particular. En base a esto, adapte las tareas a su modo personal de pensar, y acepte empleos que se presten mejor a su estilo. Pero rétese a sí mismo, en ocasiones, intentando algo que no le resulte tan natural. Todos somos capaces de ensanchar nuestra mente, y vale la pena hacer un pequeño esfuerzo para aprender nuevas estrategias de raciocinio.
Aunque el pensar constituye una conducta invisible, tenemos consciencia de que transcurre en nuestra propia mente, y vemos los resultados de la forma de pensar de los demás en las soluciones que encuentran y las decisiones que toman. Lo que no vemos es que los engranes de la mente funcionan de muy diversas maneras en grupos de individuos.
Por ejemplo: consideremos a dos personas a punto de comprar un auto nuevo. Una de ellas lleva a cabo una investigación de consumo y un análisis financiero amplísimo; la otra, en cambio, prefiere guiarse por lo que ve y siente. Todos reunimos datos y sacamos conclusiones, pero tenemos muy diferente estilos de pensar.
El cuestionario que aquí proponemos es la adaptación de otro, más extenso; le dará a usted un atisbo de las cinco modalidades básicas que describen mejor su estilo de pensar: sintetizador, idealista, pragmático, analítico o realista.
El total más alto sugiere su estilo de pensar predilecto. Sólo el 15% de la población, poco más o menos, emplea por igual todos los estilos de pensar, mientras que el 50% tiene un sólo estilo preferido. El 35% restante obtiene alta calificación en dos o, en ocasiones, tres áreas, lo que hace que esas personas sean pensadores que cuentan con dos o tres armas de reflexión.
Cuestionario
En la casilla situada a la derecha de cada aseveración, escriba 5, 4, 3, 2 o 1, indicando con honestidad el grado hasta el cual se parece más a usted (5), o menos (1). Escriba cada número sólo una vez en cada aseveración.
A. En términos generales, asimilo mejor las ideas nuevas:
1. Comparándolas con las ideas de otros (S):
2. Comprendiendo cómo se asemejan a ideas que ya conozco (I):
3. Relacionándolas con actividades mías, actuales o futuras (P):
4. Por medio de la concentración y el análisis cuidadoso (A):
5. Aplicándolas a situaciones concretas (R):
B. Cuando leo un artículo sobre cómo ayudarse a uno mismo, doy mayor atención a:
1. Si las recomendaciones son factibles (R):
2. La veracidad, apoyada en datos objetivos (A):
3. La relación entre las conclusiones y mi propia experiencia (P):
4. El concepto del articulista acerca de lo que debe hacerse (I):
5. Las ideas obtenidas en la información (S):
C. Cuando oigo que dos personas discuten, tomo partido de quien:
1. Señala la razón del conflicto y trata de esclarecerlo (S):
2. Expresa mejor los valores e ideales implícitos (I):
3. Refleja mejor mis opiniones y experiencias personales (P):
4. Enfoca la situación con mayor lógica y congruencia (A):
5. Presenta argumentos con mayor fuerza y concisión (R):
D. Cuando me examinan o someten a prueba, prefiero:
1. Contestar a una serie de preguntas sobre el tema, que estén enfocadas en el problema y sean objetivas (R):
2. Hacer un informe por escrito que abarque antecedentes, teoría y método (A):
3. Redactar un informe superficial acerca de cómo he aplicado lo aprendido (P):
4. Rendir un informe oral sobre mis conocimientos del tema (I):
5. Sostener un debate con la participación de otros examinados (S):
E. Cuando otra persona hace una recomendación, prefiero que:
1. Tome en cuenta los inconvenientes, así como las ventajas (S):
2. Muestre cómo apoyaría la recomendación (I):
3. Indique claramente qué ventajas se obtendrán al aceptarla (P):
4. Apoye lo que recomienda con buena información y un plan definido (A):
5. Muestre cómo se podrá llevar a cabo esa recomendación (R):
F. Cuando reflexiono en un problema, es probable que:
1. Trate de imaginar cómo podrían resolverlo otras personas (R):
2. Intente encontrar el mejor método para resolverlo (A):
3. Busque maneras de lograr que el problema se resuelva rápidamente (P):
4. Trate de relacionarlo con un problema o teoría de mayor amplitud (I):
5. Piense en cierto número de medios opuestos para resolverlo (S):
Sume las calificaciones correspondientes a cada letra y anote los resultados en las letras inferiores. Las letras son iniciales, y corresponden a cada uno de los cinco estilos más comunes de pensar.
Totales:
S:
I:
P:
A:
R:
Resultados:
El sintetizador
Usted es una persona creativa y estimulante, que hace andar a todos de cabeza. Su fascinación por la filosofía especulativa lo aparta de las realidades concretas que son importantes para todos los demás.
Vislumbra usted varias maneras distintas de considerar cualquier posible verdad. El resultado es que discute siempre con vehemencia. La mayoría de las personas son pensadores lineales, que pasan de un pensamiento a otro en secuencia lógica. Usted salta de un pensamiento a otro, y a menudo los demás se quedan desconcertados.
Si su cónyuge o su mejor amigo es sintetizador, y usted no, recuerde que el sintetizador considera las discusiones no como algo que debe ganarse, sino como diversión. Si se sale por la tangente, deje que lo haga un rato; probablemente esté a punto de ocurrírsele una idea creativa. Sin embargo, debe prepararse para aportar la dosis de sentido práctico, sin llegar a destruir el entusiasmo del sintetizador.
El idealista
El idealista persigue el consenso apoyándose en las similitudes. Sabe escuchar, y se compromete con las metas, los valores y lo que sea conveniente para los demás; aprecia mucho la rectitud moral y la integridad. A menudo se reprueba a sí mismo por no haber logrado cumplir sus altas aspiraciones, y se desilusiona al ver que los demás se comportan con pocos escrúpulos o pasan por alto sus valores morales.
Más que a nadie, al idealista le preocupa el futuro. Pero suele exagerar al brindar apoyo a quienes no lo necesitan o no lo desean.
Si vive usted con un idealista, tome en cuenta que tal vez tenga expectativas carentes de realismo en cuanto a sí mismo y a los demás. Pregúntele de vez en cuando qué espera de usted y de sus hijos, por ejemplo. Tendrá que hablar con esta persona de metas y planes a largo plazo.
El pragmático
Si es usted una persona de pensar pragmático, tiene una visión positiva y dinámica de la vida misma. Como cree en que debe hacer hoy todo lo posible, jamás lo agobian los problemas. Sabe que mañana le brindará otra oportunidad para tratar de resolverlos.
Aunque ya ve con claridad hacia dónde va, y capta bien la realidad, la planificación pormenorizada no es su punto fuerte. Se concentra en hacer lo que se pueda, con los medios a su alcance. Es persona innovadora, está llena de recursos y no se estanca por querer hacer todo de la mejor manera posible.
Acepta las transacciones, el tomar y dar, y es maravillosamente adaptable, porque no siente la necesidad de enfrentarse a todo el mundo a la vez. Reduciendo a la oposición a sus verdaderas proporciones, usted puede vérselas, lleno de entusiasmo, con lo que parece una tarea imposible. Posee usted, en mayor grado que los demás, un excelente sentido de táctica, así como el toque maestro para negociar.
No espere usted que si hay un pragmático en su vida, él o ella trace planes para el futuro. Fijarse demasiados objetivos agobiaría a esta persona.
El analítico
Si usted es analítico, piensa que existe una mejor manera para hacer casi cualquier cosa. Para encontrar esa manera, el analítico decidirá racionalmente en qué consiste el problema, compilará pacientemente los datos y luego buscará cuidadosamente la fórmula correcta. Una vez hallado el mejor método, tal vez quede para siempre fijo en su mente. Por lo menos, hasta que algo mejor - y habrá que demostrarlo rigurosamente - se le presente.
El analítico es un pensador en términos concretos. Los sentimientos, deseos y fantasías, para él, pueden existir, siempre y cuando no ocupen una parte considerable en la toma de decisiones. También considera extemporáneas las lisonjas y las alabanzas. Por desgracia, su interés por la exactitud y la perfección, sin que las endulce ningún halago, pueden darle la imagen de ser despótico y ultra exigente.
Si algún miembro de su familia es analítico, tal vez sienta usted frustración por su interminable exigencia en que siempre se puede encontrar un método mejor. No interprete como reprobación la falta de entusiasmo; los analíticos tienden a cavilar mucho. Y trate de asegurarse de que el balance en su talonario de cheques esté correcto mes tras mes. Los analíticos consideran que la eficiencia equivale a la competencia.
El realista
Todo cuanto el realista sienta, oiga o viva, en cualquier forma, es para él una realidad emocionante. Todo lo demás es imaginación o teoría y, por tanto, no tiene gran utilidad. Le agradan los hechos, especialmente los que tiene enfrente, porque supone que el mundo es siempre tal como él lo ve.
Desconfía de las transacciones conciliatorias, de las síntesis, del idealismo y de las maneras suaves de tratar con el mundo. Ve claramente sus objetivos y no comprende por qué los demás no pueden verlos de esa manera. Aunque comparte con el pragmático la buena disposición para avanzar sin analizar ni profundizar demasiado, se aparta rápidamente en cuanto la conversación se convierte en una transacción conciliatoria.
Cuando trate usted con un realista, manifieste sucintamente los conceptos, sin entrar en demasiado detalle. Defienda sus ideas. Los realistas menosprecian a las personas condescendientes. Si ha aceptado algo, hágalo; la palabra no cumplida saca a relucir el peor aspecto de la personalidad de los realistas.
Conclusión
Cualquiera sea su estilo de pensar, recuerde que puede tener aspectos de varios de los mencionados.
En todo caso, ahora tendrá algo más claro cuál/es su forma particular. En base a esto, adapte las tareas a su modo personal de pensar, y acepte empleos que se presten mejor a su estilo. Pero rétese a sí mismo, en ocasiones, intentando algo que no le resulte tan natural. Todos somos capaces de ensanchar nuestra mente, y vale la pena hacer un pequeño esfuerzo para aprender nuevas estrategias de raciocinio.
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