miércoles, 8 de octubre de 2008

Cefaleas y migrañas

Cefaleas y migrañas

Muchos dolores en general y el dolor de cabeza en particular se convierten en una sensación desagradable que a todos nos ataca alguna vez y nos incapacita para desarrollar una actividad normal. Pero no hay que confundirse ni medir por el mismo rasero todos los dolores de cabeza.

Para empezar, jaqueca y migraña son dos términos diferentes para definir el mismo trastorno: el dolor de cabeza localizado. La cefalea, sin embargo, es un término más amplio y significa dolor de cabeza generalizado. De esta forma, la jaqueca, junto con la migraña, se refieren a dolores específicos que entran dentro del capítulo de las cefaleas.

La migraña se caracteriza por un dolor en media cabeza - se la conoce con el nombre de hemicránea, porque duele la mitad del cráneo - y va precedida por una sensación de manchas y puntos luminosos en uno de los ojos, además de cansancio. También resulta posible que aparezcan vómitos, un cierto desagrado hacia el medio ambiente y, sobre todo, ante la luz. Su único tratamiento consiste en permanecer en una habitación a oscuras, preferiblemente recostado.

La migraña proviene de una alteración de los vasos sanguíneos, especialmente de la plaqueta, ya que ésta tiene una sustancia que, al parecer, podría producir una reacción química dentro de los vasos, que son quienes provocan el dolor. Pero éste, a veces, no viene solo, sino acompañado de otros fenómenos vegetativos, tales como sudor, vómitos, mareos y palpitaciones.

Los cambios de tiempo, los viajes, los exámenes, los cambios de presión o las responsabilidades constituyen muchas veces las causas principales de las migrañas. La sinusitis se convierte también en causa frecuente de migrañas. Se trata de un problema orgánico, pero también es verdad que la personalidad del individuo influye notablemente. En el caso de la sinusitis, el dolor que se presenta es equivalente al que puede sufrir una persona con meningitis, aunque la diferencia entre ambos reside en que esta última es una enfermedad intracraneal y la sinusitis, extracraneal. Lo que sucede es que se inflama la mucosa del seno frontal (alojado dentro de los huesos de la cara y el cráneo) y provoca entonces dolores por el estiramiento que produce.

Numerosos especialistas afirman que algunos dolores de cabeza se deben, fundamentalmente, a causas intracraneales: tumores, hematomas, enfermedades inflamatorias internas tales como meningitis o encefalitis. Pero también pueden responder a otras causas. Son muchas las jaquecas ocasionadas por problemas de tipo sistemático - por motivos de enfermedad - por síntomas generales, como fiebre, gripe, hipertensión o hipoglucemia.

Pero, además, pueden ser ocasionadas por una intensa contracción de los músculos que comprima los vasos sanguíneos. Por ello, la mejor prevención consiste, por ejemplo, en no mantener posturas inadecuadas durante el trabajo. Los ojos cansados son también factores que influyen en las jaquecas. Lo mejor será vigilar el estado de nuestra vista o evitar todo aquello que dificulte una visión normal. Y no nos olvidemos del alcohol. Los excesos no pueden ser eliminados convenientemente por el riñón, con lo que se produce una excesiva dilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza, con el consiguiente estiramiento de los nervios, que derivará en dolor.

También el tabaco produce dolores de cabeza. Cualquier fumador habrá comprobado que, tras permanecer un tiempo en un ambiente cargado de humo, le ha aparecido dolor de cabeza. Por ello, las personas con tendencia a cefaleas deberán huir de los sitios cerrados en los que exista ambiente de humo. De la misma forma, evitarán también los lugares demasiado ruidosos.

Pero también la jaqueca puede ser hereditaria. Se ha comprobado científicamente que un alto índice de personas que sufren de este mal son hijos de personas que también lo padecen. El individuo nervioso las tiene con mayor asiduidad y es fácil también que se produzca en situaciones de estrés. En realidad, la jaqueca no tiene edad - puede comenzar a cualquiera -, aunque en el niño es atípica y su forma de manifestarse es completamente distinta a la del adulto; en la infancia se manifiesta con dolores en la totalidad del cráneo y se acompaña siempre de vómitos y sudor abundante. En la pubertad ya se presenta la misma sintomatología del adulto. No obstante, en adultos y en niños siempre resulta normal que se presente una jaqueca, y la frecuencia que tenga vendrá determinada por el grado de preocupaciones que origine que origine en el enfermo. Es decir, si la jaqueca es capaz de alterar su vida y sus costumbres, entonces sí se puede afirmar que se produce con excesiva frecuencia.

Abusar del sol puede también producir jaquecas, ya que es un agente vasodilatador. Al producirse una dilatación de los vasos intracraneales y el estiramiento de las terminaciones nerviosas, se segregan unas sustancias que se pierden en el torrente sanguíneo, produciendo un dolor completamente físico-químico.

Cuando subimos una cuesta o una escalera empinada, a veces podemos notar un zumbido, punzadas en las sienes o cierto vaivén de la cabeza, que parece que "se nos va". Esto ocurre si entran en funciones problemas de tipo vascular (taquicardias). No cabe duda de que si realizamos un esfuerzo físico, y nuestro corazón no está habituado a ello, éste trabaja más deprisa y entonces nos sentimos fatigados.

Habitualmente las jaquecas se presentan con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. No obstante, depende de la persona, de su actitud ante la vida, de sus ocupaciones y desocupaciones, para que se vea más o menos afectada por este problema. Es normal que alguien que se encuentre sin nada concreto a realizar se preocupe por cualquier problema y sienta dolores (constituyen el 50 por 100), pero también lo es en el caso contrario - los que se preocupan por todo -. Por suerte, menos de la mitad de los pacientes que visitan al neurólogo necesitan tratamiento medico, aunque, eso sí, precisan una buena charla que a veces aclara sus temores sin necesidad de utilizar ningún tipo de medicamento, aunque a la vez se busquen como causantes posibles trastornos físicos.

¿Y qué mujer no ha sufrido alguna jaqueca producida por la tensión premenstrual o la
menopausia? En la época premenstrual, y en todo lo que está en relación con la endocrinología de la mujer, no hay que olvidar que para compensar su metabolismo hidrosalino, la mujer retiene líquidos; y durante cierto tiempo - hasta que los elimina - se provoca un aumento de contenido líquido del cerebro que causa el dolor de cabeza.

Dependiendo de las causas que originen la jaqueca y los dolores de cabeza en general, conviene tomar una serie de precauciones, entre las que deben figurar - la más importante - una visita al neurólogo. Las pruebas a realizar, tal vez sofisticadas, no deben asustar, ya que sólo se harán cuando el cuadro clínico indique que son necesarias. Si la causa es una hipertensión arterial, por ejemplo, lo lógico será guardar reposo absoluto para no provocar un aumento de esa tensión: tranquilizarse, tomar un sedante, y, sobre todo, ponerse en manos de un especialista lo antes posible; esto suponiendo que sea la primera vez que ocurre, porque si ya sabemos que es nuestro problema porque padecemos de ello hace tiempo, nos limitaremos a seguir los consejos que en su día nos diera el médico. Si el problema está provocado por un tumor, tomar los analgésicos que haya recomendado el médico y, desde luego, visitar al neurólogo o al neurocirujano para que intervengan lo antes posible. Si la causa del dolor fuera una sinusitis, conviene hacer inhalaciones para quitar la congestión de la mucosa de los senos y tomar atibióticos y analgésicos.

No obstante, las jaquecas son difíciles de parar una vez comenzadas, porque ya están en marcha todos los mecanismos que las provocan. En cuanto se empiecen a notar los síntomas (manchas luminosas, puntitos blancos en los ojos, etc.), hay que tomar medidas oportunas (analgésicos).

Aun así, el dolor de cabeza termina por sí solo, pero es demasiado molesto para depender de que quiera irse o no, porque puede darse el caso de que dure una hora y también el que tarde varios días en desaparecer. La jaqueca es un fenómeno subjetivo y el especialista sólo puede decir si hay algún signo de organicidad o si cree que es de tipo funcional, pero nunca lo podrá asegurar al ciento por ciento (si es un dolor real o ficticio). Además, existe la autosugestión, y todos sabemos lo importante que es creer que se tiene un mal para acabar teniéndolo, aunque el médico asegure que no hay nada patológico, sino que las causas son psicológicas.

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